En breve saldrá al público el más reciente poemario erótico Cállame a besos, de Salvador Calva Morales. Con la autorización del autor, y como una forma de adelanto, comparto las líneas que escribí para dicho libro.
Aquí lo que titulé Cállame a besos: de la libertad de expresión y sexual a la herejía: Todos queremos decir algo, tenemos mucho para compartir, en esa misma dimensión y proporción todos tenemos mucho que callar. Poder decir o no lo que sentimos está en la dimensión del ejercicio de la libertad de expresión de las personas. Callar está en el rango del atrevimiento, la prudencia y la sabiduría. Decir sin restricción alguna lo que consideramos justo, lo que necesitamos externar para desahogarnos, y saber callar, nos traslada a las orillas de la felicidad.
Somos felices, en gran medida, por el ejercicio de la libertad de expresión; así, accedemos a una vía de regocijo en los lenguajes y en los puntos ocultos de la lengua gracias a sacar lo que no podemos callar. Por otra parte, es evidente que el ejercicio de la sexualidad plena es también una parte vital de la felicidad de las personas.
Transitamos a niveles supinos de felicidad en la medida que accedemos al goce y disfrute de las dimensiones que se despliegan cuando se conjugan la libertad de expresión y la libertad sexual. Es aconsejable mirar Cállame a besos libro elaborado sobre la dicha cuasi plena de un escritor sincero confundido con el cinismo: Salvador Calva Morales, cuya sinceridad emana de hallarse en la cima existencial y creativa, por eso puede darse el lujo de decir lo que otros repiensan antes de abordar.
Calva Morales ya había dado muestras desde su primer poemario, Perfume y fuego, de que estando en su plenitud no se va a guardar nada, ni va a callarse algo, por eso dice muchocomo articulista y vate.
Copioso acervo para compartir a menos que lo callen –según sus propias palabras–, a besos: …no me digas que te jure amor eterno solo tómame y cállame a besos
Sopesando el manantial de las personas vastas es desde donde deben aquilatarse los silencios; el silencio de una persona de creatividad abundante que pide ser callada a besos. Abordo lo anterior para advertir al lector a fin de que no se pierda en los espejismos de las interpretaciones directas y simples, que frente a la poesía de Salvador surgen como guarda templos que custodian la aprehensión del soma–el amrtaindú– de su obra.
Los poemas de Salvador Calva están plagados de fondos y cimentaciones psicológicas, filosóficas y esotéricas. Dicho de otra manera, su poesía debe verse a la luz de siete filtros y cuarenta y nueve interpretaciones como lo sugerían los antiguos cabalistas, porque, en la modestia que le caracteriza, disimulasus recursos herméticos y hermenéuticos a las cuales acude frecuentemente como refugio que le vigoriza.
Si alguien lo duda, recuerdede Perfume y fuegosu poema Tres por tres:
tres heridas / la carne se desprende / de los huesos / tierra / aire / agua / fuego / la ignorancia es sufrimiento / heridas mal cerradas / necesarias y justas / cicatrices congeladas / el recuerdo ahí queda / al viento el sufrimiento / el salario de la experiencia / la conciencia es clara / Luz / más Luz / ¡sursumcorda! / los corazones al cielo / almas prestas / el Sol las alimenta / rayos de luz taladran mi cerebro / fuego a mi cuerpo / la mansedumbre reina / merezco por mi lucha / vivir en la eterna conciencia / gozar del éter / del saber infinito / de la dicha de estar vivo / gracias maestros encarnados
En ese poema Salvador echa mano de la leyenda mística del Maestro Hiram, acude al simbolismo alquímico para encarar el amor fraternal. Salvador lo pone como base de los siguientes cincuenta poemas que integran ese libro que, en una interpretación directa, aparentemente solo se quedan en el ámbito sensual, es decir, sensorial.
En esta ocasión nos repite la dosis. Salvador inicia Cállame a besos con Mandato:
mandato del abuelo / de ir siempre adelante / legado de alfa lomo plateado / marcaré la senda / de los míos / tercera ola de quitar piedras del camino / tarea nada fácil de cumplir / caridad / fe / esperanza / día a día de atención plena / satisfacción eterna / ejemplo siete y ocho / meta nueve y cero / y más allá / mandato del abuelo / de ir siempre adelante /legado de un ser humano sin igual
En Mandato Calva Morales hace visible su línea hereditaria más allá de lo meramente físico, pues acude a la numerología y al aquí y ahora de la atención plena, para colocar en el trasfondo los principios de la Palingenesia:
…meta nueve y cero / y más allá / mandato del abuelo / de ir siempre adelante /legado de un ser humano sin igual
Como hábil mago, Salvador intercala chispazos simbólicos que podrían tener una lectura llana erótica, pero en vista de sus conocimientos ocultistas, deben degustarse –sabor/saber– de otra manera, por ejemplo, en Mil veces más, parece que únicamente se refiere al deseo adictivo de sexo del varón compulsivamente enamorado, pero no, no solo eso, también apunta a la imaginación creativa, a la inspiración, al numenque detona al genio constructor del bardo, del artista, del hombre libre; en este caso a su musa favorita, Erató:
al siguiente día / la conciencia te da vueltas / por el placer que ganó / nuestra batalla / flor y corazón / al mismo tiempo palpitando / y las neuronas locas / queriendo volver a ti mujer
El poeta Calva se refiere a las neuronas locas como una especie de “caja negra” en la cual se gestan los procesos mentales que él bien conoce por su formación científica, por sus largos años dentro de laboratorios y clínicas.
En el terreno de lo erótico, el autor es cuidadoso y firme de dejar visible el placer mutuo, del cultivo a la pareja, de prodigar éxtasis, de tal manera que no se sirve de la bella dama, no se la apropia, no se agota en ella y duerme la siesta egoísta. El literato se regodea en la otredad y eso le regala placer extremo, tal y como lo refleja en Sí o sí:
para vivir los dos es necesario / vivir juntos / arribar juntos / fundirnos sin remedio / ser uno ya en cada momento
En fin, este poemario es un mazo de tesis, hipótesis y provocaciones abordadas desde lo poético, aparentemente solo erótico, que van de lo oculto a lo exotérico, de lo sensual a lo íntimo y de lo profano a lo sacro, para ahí refrendar su vocación y convicción hereje.
Por todo lo anterior, por el reconocimiento de la felicidad provocada por el ejercicio de la libertad de expresión, de la libertad del ejercicio de la sexualidad, de las múltiples dimensiones de la realidad, de las bases científicas y alquímicas en las que se guarece el autor, por su asiduidad y arduo trabajo generador, de seguir así, Salvador Calva Morales se está perfilando como un referente, al menos en Puebla, de la poesía erótica de la tercera década del siglo XXI.
En esa magnitud debe empezar a verse el trabajo de Salvador, y el presente libro como un eslabón de ese engranaje sistémico llamado Colección Biblioteca Salvador Calva Morales.
Remato diciendo que por su arrojo y vocación hereje, Salvador Calva Morales se comporta literariamente como si fuera un obispo negro de sotana púrpura provocador de mentes ávidas de explicaciones profundas.
Cállame a besos… y te compartiré mi universo íntimo, mi sanctasanctórum.
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