Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Libertad de expresión | Control | Pensamiento | Twitter

Acerca de la libertad de expresión

“Los ciudadanos eran espiados y sancionados por 'pensar mal' hasta convertirlos en no personas”, (Orwell, 1984)
Jorge Hernández Mollar
sábado, 16 de julio de 2022, 11:40 h (CET)

Deseo pedir disculpas porque el jueves pasado me secuestró ese misterioso virus enemigo de la humanidad, conocido como COVID-19 y que tantos estragos está haciendo en la salud y en la vida de millones de personas en el mundo. Afortunadamente la variante que me ha visitado ha sido despedida con cajas destempladas mediante una buena dosis de paracetamol, lo que me ha permitido reencontrarme de nuevo con todos mis lectores.


Dos años y medio de pandemia nos han obligado a cambiar muchos hábitos y costumbres. SI a esta desgracia le sumamos las indeseables consecuencias de la guerra desatada por la invasión de Rusia sobre Ucrania y el triste espectáculo que nos ofrece todos los días la parodia en la que Sánchez y sus socios han convertido la política nacional, es comprensible que los españoles nos sintamos atacados de una especie de delirio o confusión mental.


Esta misma confusión es la que me ha causado un incidente con la red social Twiter de la que soy usuario. Durante el transcurso de una amable conversación con el director de un importante medio de comunicación nacional,  y al referirme a la actual situación del PSOE escribí textualmente que “van a un suicidio colectivo”. La reacción de la red fue inmediata: “limitamos de forma temporal algunas de las funciones de tu cuenta”, a lo que añadieron esta peregrina explicación: “incumplir las reglas que promueven el suicidio o las autolesiones”. 


La gravedad de este hecho no reside en el disparate que en sí supone la razón que aluden los administradores para censurar mi libertad de expresión en esa red de comunicación social, sino en la creciente opresión a la que nos quieren someter los “controladores del pensamiento” como ya profetizó Orwell en su obra 1984. “Los ciudadanos eran espiados y sancionados por “pensar mal” hasta convertirlos en no personas”, tal y como aventuraba en su afamada novela.


La disyuntiva está clara. O nos abandonamos en manos de robots sin alma que nos vigilan constantemente a través de las nuevas tecnologías que manipulan  los poderosos para tiranizarnos o nos mantenemos vigilantes ante esta nueva realidad y nos rebelamos contra esta nueva forma de esclavitud. Decía George Washington que “si nos quitan la libertad de expresión nos quedamos mudos y silenciosos y nos pueden guiar como ovejas al matadero”


Para no permanecer mudos y silenciosos, el derecho al ejercicio de esa libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana y todo hombre debe prestar a cada cual el respeto a ese derecho aunque lo ejercite a través de un medio de comunicación tradicional o en cualquiera de las redes sociales al uso. Ahora más que nunca me siento obligado a difundir la libertad y la verdad en cualquier foro o redes sociales que me apetezca ¿cómo si no iba a defender la libertad personal de los demás?

Noticias relacionadas

Ya han pasado más de mil días y la guerra en Ucrania presenta una escalada sin precedentes. En este tiempo se ha demostrado una vez más que los conflictos armados no sirven para nada. Que no tienen ningún sentido más allá de destruir y asesinar al otro. Solo porque a un sociópata se le ocurre dar una orden.

La historia se repite. El ser humano vuelve a tropezar en la misma piedra una vez tras otra. A principios del siglo XVI Maquiavelo nos anticipaba (sin pretenderlo) las consecuencias de la DANA. Tengo la suerte de asistir a clase de Historia Universal de la Edad Moderna en la Universidad de Málaga. Días atrás, mientras debatíamos sobre la historia de la Europa del siglo XVI, nuestra profesora proyectó en la pantalla un fragmento de la obra de Maquiavelo “el Príncipe”.

El profeta Jeremías hace sonar la alarma cuando escribe: “No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían, yo no les hablé, pero ellos profetizaban. Pero si ellos hubiesen entrado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras” (23: 21, 22).

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto