Esta es la frase socorrida de los críos cuando con el balón rompen un cristal, o desparraman la ropa que la vecina tiene en el tendedero. Con ella intentan eximirse de la culpa y evitar el castigo que pueda sobrevenirles. Con los críos tiene un pase, pero cuando la blanden partidarios de determinados cargos políticos para liberarlos de la pena que pueda corresponderles, suena a excusa de mal pagador.
El Tribunal Supremo ha ratificado el fallo de la Audiencia Provincial de Sevilla en la que se condenaba a los expresidentes socialistas, Manuel Chavez y José Antonio Griñán por el “Caso de los EREs”. Para éste se confirma la pena de prisión. Es un duro golpe no solo a la política andaluza sino a todo el PSOE, por ello, inmediatamente los corifeos y palmeros de los cargos políticos que se encuentran incursos en esta sentencia se han apresurado a intentar liberar de culpa a los dos expresidentes de la Junta que hemos referido.
Está demostrado por dos Tribunales de Justicia, el de Andalucía y el Supremo, que hubo una red de corrupción política diseñada,instaurada, ejecutadae integrada en la Junta de Andalucía, también incluida la UGT, por la cual entre 2000 y 2009 se malversaron, como mínimo 680 millones de euros. Aún queda por cuantificar el año 1999, 2010 y 2011, por lo que esta cantidad puede llegar a los mil millones de euros que se repartieron entre amigos, familiares y allegados a los cargos directivos de la Junta.
Da pavor adentrarse en el laberíntico entramado que confeccionaron los dirigentes de la Junta, Susana Díaz, Chaves, Griñán, Magdalena Álvarez y así hasta un total de 20 ex altos cargos, más la patulea de subalternos que realizaban las “menudencias”. Ni Maquiavelo podría presumir de haber diseñado una tan tupida red de corrupción en cuya urdimbre se encontraban todos los que eran “algo” en la Junta. Pero ahora, quienes quieren liberar de culpa a los máximos responsables, los hechos ocurrieron durante su mandato, arguyen que éstos no se beneficiaron ni aprovecharon delos beneficios que produjo este repugnante contubernio. Cuando el niño con el balón rompe un cristal, al perjudicado le da las quejas al padre de la criatura.
Los padres de este horrible engendro son los presidentes que he mencionado, por lo que deben de responder del despilfarro del dinero de los andaluces. Hay una figura jurídica que se llama culpa in vigilando que es la responsabilidad civil por daños causados por las personas respecto a las que otras tienen un especial deber de vigilancia. No culpo a los dirigentes de la Junta de que se hayan beneficiado económicamente, hay muchas piezas del caso aún por dilucidar, así que no es bueno poner la mano en el fuego por nadie, pero sí son reos de la culpa referida ya que, durante su mandato, se llevaron a cabo tan execrables conductas.
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