Nos queda constancia por los Evangelios que el mandato que dio Jesús a sus apóstoles fue: “Id y predicad el Evangelio por todo el mundo”, y que a Pedro le dijo: “Te haré pescador de hombres”. El Cristianismo es una religión de paz y amor, en ningún momento, ni en ninguno de sus textos, especialmente en los Evangelios, se dice que en su predicación se utilice la fuerza ni la coacción. Hacerse cristiano se deja a la elección de cada individuo, a nadie se le obliga a ello.
Todos los cristianos somos iguales y tenemos el mismo valor ante los ojos de Dios. Ninguno es más que otro. Si alguno es preferente es el desvalido, el falto de amor o el sufriente. Bien claro lo dejó Jesús cuando dijo: “En el Reino de los Cielos los últimos serán los primeros”. No solo los potreros en llegar al cristianismo, sino también los últimos de la sociedad, considerados sin favoritismo alguno.
Sin embargo, en el Coram a la mujer se le da un valor inferior al hombre. Ésta vale la mitad del otro. Es más, en el reparto de la herencia ella recibe la mitad de lo que le corresponde a él porque es inferior, y, en el caso de que haya de testificar en un juicio, la palabra de la mujer vale la mitad que le del hombre, es decir, que para que su testimonio valga ha de ser refrendado por dos mujeres.
La Aleya 38 de la Sura IV del Coram dice específicamente:“los hombres están por encima de las mujeres, porque Dios ha favorecido unos respecto a otros…las mujeres piadosas son sumisas a las disposiciones de Dios; son reservadas en ausencia de sus maridos (…).
"Aquellas de quienes temáis la desobediencia, amonestadas separadas en sus habitaciones. Golpeadlas..."
A grandes rasgos podemos decir que la Sharía es el código detallado de la conducta de todo buen musulmán, aunque algunas de sus prácticas violen flagrantemente los derechos humanos, que, en algunos casos pueden considerarse crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad. Es el caso de las guerras religiosas para extender su fe, en las que es práctica común el “cree o muere”, o emplear a los esclavos de ambos sexos como botines de guerra en actos sexuales como cautivos y concubinas.
La Aleya 2 dela Sura 190 declara: “Cuando hayan transcurrido lo meses sagrados, matad a os idólatras, donde quiera que los encontréis. En la 2, 191, “matadlos doquiera que los halléis”. Hay un hadiz que especifica: Matad a los mayores entre los idólatras…
La Yihad, palabra árabesignifica esfuerzo, sacrificio para realizar una labor especialmente difícil, esequiparable a la lucha por extender el Islam, por cualquier medio posible incluida la guerra.
El fanatismo musulmán en su deseo de extender el Islam por todo el mundo ha adoptado la definición bélica de la yihad, es decir, la expansión de éste mediante la guerra y si es necesario el terrorismo, iniciando una guerra santa contra los infieles que son todos los que no practican la doctrina de Mahoma.
Periódicamente los medios de información nos hacen saber actos de esta vandalismo terrorista, están en las mentes de todos, con los quieren atemorizar al mundo mediante el terror, la coacción y los asesinatos indiscriminadosen los que no distinguen niños, mayores o ancianos.
En el Islam, la mayoría de sus adeptos, viven anclados en la época medieval, por ello la llamada “alianza de las civilizaciones!” no se podrá llevar a cabo, y será un fracaso todo lo que se intente para conseguirla.
Hay una gran diferencia entre el premio prometido a los cristianos, una vez fallecidos, es la contemplación de Dios, a los musulmanes solo se le prometen placeres carnales. Especialmente a cada yihadista le esperan 72 vírgenes que le proporcionarán innúmeras satisfacciones sexuales.
|