El acoso escolar lleva siendo, desde hace años, una de las principales lacras de la sociedad. Y es que, con la vuelta al colegio, también aumenta la preocupación de las familias ante posibles casos de bullying. Si los padres se encuentran en una situación de sospecha, los expertos de DAS Seguros destacan que detectar lo que está ocurriendo y saber qué pruebas se necesitan para denunciarlo, es clave a la hora de actuar rápidamente y poder buscar una solución.
La mayoría de los actos de abuso ocurren dentro de los centros educativos. Por ello, desde DAS indican que, en primer lugar, los padres deben reunirse con los responsables del colegio o instituto. Natalia Mañas, abogada especialista del Centro de Asistencia Jurídica de DAS Seguros, afirma que “quizás muchos padres no quieran intervenir tan directamente, pero una primera toma de contacto puede ser un escrito exponiendo la situación y solicitando soluciones, para luego tener una entrevista personal con la dirección, los profesores o algún miembro del consejo escolar”. “Tampoco está de más enviar otro escrito al AMPA para ponerlos al corriente de lo sucedido”, añade.
Actualmente, el problema del acoso escolar se ve agravado, además, por la existencia de las redes sociales y el ciberbullying, que se nutre del anonimato que da Internet para continuar con el acoso más allá de las aulas. Los expertos indican que algunas de las pruebas para denunciar el acoso pueden ser informes periciales médicos sobre el estado de la víctima, copias de correos electrónicos, grabaciones de conversaciones tanto en audio como en vídeo, fotografías, pantallazos de WhatsApp o de otras aplicaciones de mensajería instantánea, así como los testimonios de otros compañeros del colegio, profesores y familiares de la víctima.
Cabe destacar que muchos centros ya tienen planes de contingencia para actuar en estos casos. Planes que, según los expertos, deben activarse en cuanto exista la sospecha de que está produciéndose una situación de bullying. Aun así, destacan que, si el colegio no toma medidas, o las que toma no se consideran suficientes, es recomendable que la familia acuda a los órganos territoriales de educación. “La Inspección Educativa tiene protocolos de intervención específicos para estos casos en los que se examina detenidamente la situación y, si se detecta evidencias de acoso, se procede a implantar un plan de intervención y hacer un seguimiento del mismo. En casos de extrema gravedad, el asunto se pone en manos de la Fiscalía de Menores, al estimarse que se ha cometido algún delito” explica Natalia Mañas.
Si la vía administrativa no consigue poner fin al problema, los expertos indican que el siguiente paso para denunciar el acoso escolar es acudir al juzgado. De hecho, los padres ya pueden encontrar hoy en día abogados especializados en bullying. Desde DAS afirman que, en muchas ocasiones, el acoso escolar incluye conductas delictivas como las amenazas o las agresiones físicas y, ante este tipo de situaciones, se debe acudir a la vía penal. De esta manera, en función de la gravedad de la conducta realizada, se pueden imponer penas como el internamiento en un centro de menores, trabajos en beneficio de la comunidad o pena de libertad vigilada.
El acoso escolar causa daños tanto en la víctima como en su entorno y esos daños morales deben ser indemnizados. “Lo normal es que el pago de la responsabilidad civil corra a cargo de los agresores (o sus padres si son menores de edad). No obstante, si ha habido negligencia por parte del centro educativo, también se puede reclamar de forma subsidiaria una indemnización al mismo”, concluye.
En cualquier caso, desde DAS Seguros se sugiere que se tomen cartas en el asunto lo antes posible, para que así el acoso cese y el niño afectado pueda hacer vida normal sin ningún tipo de temor y se vea respaldado por su círculo más cercano y un profesional, si es necesario.
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