La democracia es la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno; una intervención que se materializa con el depósito en una urna de la opción de cada ciudadano para obtener una decisión común con la que construir una mayoría parlamentaria que, siguiendo lo establecido por las leyes, permita la formación de un Gobierno.
Como consecuencia, en democracia aparecen dos hechos que son la esencia del sistema: El voto, que es la herramienta que usa el pueblo para definir su voluntad. Y, aún más importante y consecuencia del hecho de votar, el acuerdo social para aceptar el resultado de la votación, que es lo que aúna energías y transforma las voluntades individuales en un afán de todos.
En estos momentos, realizada la intervención del pueblo con la votación en las Elecciones Generales del 20-D y conocido el resultado, parece oportuno escrutar el escrutinio. O, lo que es lo mismo, examinar los datos para formar juicio de lo ocurrido a la luz de las leyes que regulan la convivencia.
Lo ocurrido en estas elecciones es que el pueblo, como en todos los comicios celebrados en democracia, ha entregado su capacidad de decisión a los partidos que han concurrido a las elecciones otorgándoles cupos de poder en partes iguales (escaños) para que decidan según establece una legislación que se concreta en el artículo 99 de la Constitución.
Conociendo el proceder de los partidos a lo largo de la historia, a la hora de enjuiciar, parece conveniente, y aséptico, prescindir de cuestiones de entidad no mensurable y de ofertas electorales con un grado de compromiso indefinido para circunscribirse a sólo dos cuestiones: Los cupos de poder obtenidos (escaños). Y los intereses, personales y de partido, que se ventilan a la hora de construir la plataforma que permita formar gobierno.
En este sentido, de los 350 cupos de poder, o escaños, que hay en el Congreso de los Diputados, los distintos partidos políticos han conseguido: PP 123, PSOE 90, Podemos 69, Ciudadanos 40, Independentistas (ERC, DiL, PNV, EH-Bildu) 25, IU-UPeC 2, y CC 1.
Con estos datos, sin entrar a considerar los intereses de cada formación y los particulares de sus líderes, se observa lo siguiente:
Para lograr un Gobierno, presidido por un miembro del PP o de otro partido o Coalición, se necesitaría alguna de estas dos opciones: Conseguir 176 apoyos para solicitar la confianza de la Cámara y lograr la investidura según establece la Constitución. O, pasadas 48 horas, lograr una mayoría simple en la que los síes superen a los noes.
A la vista de los resultados, la primera opción únicamente sería posible con la unión de PP-PSOE en un Gobierno de Concentración, o con la alianza entre tres grupos políticos (totales o de forma parcial) distintos a Independentistas, IU-UPeC y CC, que, con ellos o sin ellos, permita superar los 176 escaños en un Gobierno de Coalición múltiple. Para conseguir la segunda, las posibilidades aumentan, pues bastaría alguna de las variantes que permiten que los síes superen a los noes con la abstención en la votación de los electores necesarios.
Por ello, procede contemplar los intereses, personales y de partido, de quienes pueden conseguir la investidura en cada uno de los dos supuestos:
Gobierno de Concentración PP-PSOE
- La modalidad tiene algunas ventajas para PP y PSOE porque mantiene el bipartidismo, robustece la entidad de ambos y aprovecha la próxima legislatura para: Hacer reformas útiles (Definición Territorial del Estado, Cuestiones Catalana y Vasca, Posible Reforma Constitucional, Integración en Europa, actualización del memorándum de entendimiento con la UE en materias varias,…) Afianzar posiciones políticas. Consolidar, promocionar o sustituir líderes. Como inconveniente para ambos, únicamente cabe contemplar el desgaste propio, que parece más acentuado en el caso socialista y que puede ser aminorado justificando el acuerdo en aras del bien común y sólo por el tiempo necesario.
- Para el caso de los otros grupos y coaliciones, el gobierno de Concentración, por comparación entre formaciones, perjudica a todos por los siguientes motivos:
- Podemos ha de permanecer quieto, amansándose sin poder y sometido al dictado de dos partidos que le superan en entidad.
- Ciudadanos puede aprovechar el tiempo para robustecerse, pero sometido al magma ideológico popular en el que los adversarios jóvenes (Sáenz de Santamaría, Nadal, Pablo Casado, Alonso,…), claramente superiores, pueden aniquilarlo.
- Independentistas, que habrán de contener sus afanes de independencia y hasta claudicar de sus tesis si la acción del Gobierno es eficaz.
- IU-UPeC y CC, sin relevancia, habrán de soportar el inconveniente de su escasa entidad y una actividad limitada.
Gobierno de Coalición múltiple
Que admite dos variables en función del concurso o no del PP.
UNA: - Si el PP forma coalición con los que aparecen como posibles socios (C’s, CC y parte o totalidad del Grupo socialista) y en oposición a los ideológicamente no afines (independentistas y IU-UPeC), obtendría las mismas ventajas que en el Gobierno de Concentración, en las que participarían sus coaligados. Como inconvenientes: El “desgaste” provocado por una oposición que podría recurrir a actividades extraparlamentarias. Y los “roces” surgidos en la acción de gobierno.
Si, como variante, se contemplara la posibilidad de un Gobierno con Presidente no popular, los perjuicios serían tan desmedidos que la harían imposible.
DOS.- Gobierno de Coalición sin el PP, con PSOE, Podemos, Ciudadanos y la totalidad o parte del resto de formaciones políticas. En este caso, entre las realidades de cada formación y líderes, cabe citar:
PP.- Como inconvenientes, habría de soportar el desgaste de la Oposición y no participar de los beneficios de una posible acertada acción de Gobierno. Pero también obtendría algunas ventajas: Evitar responsabilidades: Hacer un cambio ordenado de líder. Formar grupos de trabajo nuevos. No soportar los posibles perjuicios derivados de una acción de Gobierno errada.
PSOE.- Como ventajas: La toma del poder, Dirigir la acción política y beneficiarse de los aciertos posibles. Como inconvenientes: Desgaste del poder en solitario con beneficios para los coaligados. Pérdida de entidad en beneficio de Podemos y C’S. Contraste con Podemos, con posibilidad de fagocitación, sometido a imposiciones difíciles de contrarrestar y generadoras de “corrimientos ideológicos” con pérdidas de apoyos para el futuro. Tensión con C’s e Independentistas generadora de deterioro de imagen y decadencia de partido. Destrucción de una generación de líderes convertidos en irrecuperables. Y deterioro del partido…
PODEMOS.- Como inconvenientes: Pérdida de identidad, “por amansamiento”. Deterioros debidos a la heterogeneidad de la coalición. Posibles faltas de entidad, unidad y coherencia… Como ventajas: Canibalismo político con dilución y absorción del PSOE. Constitución en partido de Gobierno. Posibilidad de convertir las agrupaciones coaligadas en un partido en el que puede encontrar acomodo IU-UPeC…
CIUDADANOS. Como ventajas: Acceso al poder de un partido emergente que se hace partido de Gobierno. Creación de una imagen, dialogante, que permite la ubicación en el centro político. Desarrollo del líder. Formación de cuadros…Como inconvenientes: Incurrir en responsabilidad. Someter las ideas propias al dictado del resto de los coaligados, importantes en el caso de la organización del Estado. Ceder puesto centrista en beneficio del PP…
INDEPENDENTISTAS. Como única ventaja, la posibilidad de desarrollar tendencias que conduzcan a un independentismo/soberanismo difícil de precisar. Como inconveniente, el desgaste de la acción de gobierno y lo que comporta.
Por lo anterior, una vez repasadas las realidades y circunstancias de Formaciones políticas y sus líderes, en atención a los intereses de partido e individuales, parece que la eventualidad más viable sea la que corresponde a un Gobierno de Concentración PP-PSOE, por tiempo determinado, acordado para realizar acciones de interés nacional, asentar formaciones y propiciar la trasmisión de liderazgos.
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