ESTANFLACIÓN: El Reino Unido ha estado en el ojo del huracán este año, con una de las tasas de inflación más altas del mundo después del triple golpe del aumento de los costes de la energía, un mercado laboral muy ajustado y una caída de la libra esterlina. Mientras tanto, el crecimiento se ha visto afectado por una gran reducción de los ingresos de los consumidores, la recaudación de impuestos del gobierno, una baja productividad y el Brexit. El derroche de gasto no financiado de más del 7% del PIB del nuevo gobierno de Truss es una bendición mixta para los inversores. Los grandes obsequios de apoyo fiscal y energético amortiguan la recesión que se avecina y reducen drásticamente el pico de inflación, pero a un coste arriesgado de más deuda y presión inflacionaria. Esto está afectando a la libra esterlina y al mercado de bonos (ver gráfico). Pero el comportamiento del FTSE 100 este año sigue siendo un claro recordatorio de que las Bolsas no son iguales a las economías.
GASTO: El "plan de crecimiento" del presupuesto de emergencia del Reino Unido del viernes está configurado para regalar alrededor de 30.000 millones de libras en recortes de impuestos, lo que equivale a más del 1% del PIB. Esto implicará la eliminación del aumento del 1,25% de la seguridad social de principios de este año, junto con un retraso en el incremento del impuesto de sociedades de abril de 2023 del 19% al 25%. Menos probable, pero posible, es un recorte del 2% al 12% del impuesto sobre la compra de viviendas. Los precios subieron de media un 7% este año, y ya son el activo con mejor comportamiento en los mercados. Los recortes de impuestos se suman a la ayuda de la crisis energética de 150.000 millones de libras para los consumidores (durante dos años) y empresas (seis meses). Esto es igual al 6% del PIB.
IMPACTO: Este apoyo espectacular es bienvenido a corto plazo, lo que permite al Reino Unido alejarse del borde de la estanflación. Esto es evidente en el reciente desempeño 'menos malo' de activos sensibles como el FTSE 250. Pero empeorará el gran déficit presupuestario del 6% del Reino Unido y casi el 100% de deuda/PIB, al mismo tiempo que trabajará en contra del Banco de Inglaterra, que está aumentando los tipos de interés rápidamente para enfriar la inflación, e implícitamente la economía. Esto mantendrá a los inversores en vilo, y la libra esterlina y los precios de los bonos bajo presión.
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