Esta semana recordamos que el rezo del Santo Rosario tuvo un importante papel en la batalla de Lepanto que obtuvo la victoriael 7 de octubre de 1571 de la armada formada por la Liga Santa de Felipe II y el papa San Pio V, frente a la armada turca poniendo fin a la presión musulmana sobre el Mediterráneo cuyas costas eran atacadas constantemente por los piratas berberiscos.
La armada cristiana estaba al mando de Don Juan de Austria, hermano de Felipe II, que contaba con el marino granadino Don Álvaro de Bazán y que gracias a su empuje y decisión consiguió la derrota de los enemigos.
En palabras de Cervantes “fue la más alta ocasión que vieron los siglos”, aunque terminara con un brazo estropeado, razón por la que fue apodado como “el manco de Lepanto”. La batalla fue precedida por el rezo del Santo Rosario cuya devoción difundió Santo Domingo de Guzmán contra la herejía albigense de Francia y todos los combatientes creyeron en la intervención de la Virgen que les ayudó a obtener la victoria.
Don Álvaro de Bazán, aunque de familia navarra, fue un granadino que nació en el palacio que poseía en el cauce del rio Darro, debajo de la colina de la Alhambra donde aún se le recuerda con un medallón de bronce y una placa de mármol en la que se lee: A la memoria del insigne granadino D. Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, General de la Armada, vencedor de Lepanto, Túnez, las Islas Terceras y altamar. Nacido en la casa señorial que ocupaba el solar de éstas, en 12 de diciembre de 1526. Fallecido en Lisboa el 9 de febrero de 1588.
Hoy, en la fachada de un banco, pasa algo desapercibida. El Ayuntamiento también le dedicó una calle que cruza la Gran Vía, precisamente por donde he estado trabajando hasta mi jubilación. Estos detalles quizás tengan poca importancia, pero la devoción del Santo Rosario sigue viva en Granada. En la parroquia de Santo Domingo luce en un altar la imagen de la Virgen que ocupó el fanal de popa de la galera que mandaba Don Álvaro en Lepanto y la capilla está adornada con pinturas alusivas.
Por supuesto existe en Granada una cofradía de Semana Santa de la Virgen del Rosario a la que cada año acompañan fuerzas de la Armada y al terminar la procesión se canta en la plaza la salve marinera.
Insistiré de nuevo sobre la devoción al Santo Rosario que la Virgen encargó en sus apariciones a los pastores de Fátima y a Santa Bernardita de Lourdes y que todos los devotos de María debemos rezar a diario.
El Santo Rosario lo mismo que ayudó a derrotar a los turcos no hay duda que derrotará a tanto demonio como nos anda inquietando con doctrinas y costumbres perniciosas. Podremos cerrar el móvil o el aparato de televisión durante un cuarto de hora al día para recabar el auxilio de María.
|