En contra de lo que se afirmaba previamente hoy se sabe que no todas las pacientes con artritis reumatoide mejoran durante el embarazo. Si la paciente en el período previo a la gestación se encontraba en remisión o baja actividad es más probable que la mantenga durante la misma. Por eso, se recomienda la planificación del momento de la gestación en este tipo de pacientes, según se puso de manifiesto durante la primera jornada de Reumatología sobre ‘Terapias biológicas en artritis reumatoide’, organizada por la Sociedad Española de Reumatología (SER) y la Sociedad Marroquí de Reumatología, celebrada este fin de semana en Rabat y dirigida a jóvenes reumatólogos del país vecino, con el objetivo de aumentar sus conocimientos en este ámbito.
“Preferiblemente, el embarazo debería planificarse tras haber mantenido en los meses previos una situación clínica de remisión o baja actividad”, según explica la Dra. Susana Romero Yuste, reumatóloga del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra. “También es más probable el mantenimiento de baja actividad en el embarazo en pacientes con negatividad para factor reumatoide y ACPA (anticuerpos anti‐péptidos citrulinados)”, añade.
Asimismo, detalla la experta, “un porcentaje de pacientes tiene brotes que requieren medicación ya que la actividad alta de la enfermedad además de suponer disconfort y riesgo de evolución del daño estructural, se ha relacionado con peores desenlaces del embarazo. En estos casos puede contemplarse el tratamiento con FAMEs que hayan demostrado ser seguros en estas circunstancias. En cuanto a los anti‐TNF α, la ficha técnica los contraindica en embarazadas al no existir ensayos clínicos controlados. Cada vez, sin embargo, hay mas datos de registros e incluso algún estudio prospectivo de cohortes que no inducen a alarma en cuanto a su uso, si la situación clínica lo requiere. Aún así debe realizarse un estricto seguimiento clínico, no deben asociarse a metotrexate y sería recomendable suspenderlos a partir de la semana 30”.
En el período de lactancia muchas pacientes con artritis reumatoide presentan aumento de la actividad de su enfermedad por lo que a la hora de tratar se elegirán opciones terapéuticas que tengan escasa transferencia a la leche materna.
Manejo de la infección tuberculosa
Según la Dra. Beatriz Yoldi, reumatóloga del Hospital Universitario Quirón-Dexeus y una de las coordinadoras del encuentro, junto con los Dres. Rafael Cáliz y Manuel Tenorio, “la llegada de las terapias biológicas ha supuesto un gran avance y cambio en el abordaje terapéutico de los afectados. De ahí la importancia y el beneficio de poder compartir experiencias con otras sociedades científicas internacionales para poder aumentar el conocimiento de los médicos jóvenes en este ámbito, con el objetivo de favorecer una mejor atención de los pacientes reumáticos”.
Otro de los temas de mayor interés para los especialistas del país vecino ha sido la prevención antituberculosa: comorbilidad y vacunación. Las infecciones son uno de los principales factores de morbimortalidad en los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias, destacando por su prevalencia y gravedad la tuberculosis. “Esta infección es endémica en España y también en el Magreb con una incidencia, en esta región, de 83 a 88 casos por 100.000 habitantes. El aumento de tuberculosis en enfermedades inflamatorias se ve favorecido por el uso de las terapias biológicas. En este sentido, la puesta en marcha y desarrollo de la base de datos de la SER en biológicos y el manejo de la infección tuberculosa es de gran importancia, y esta experiencia puede servir de ayuda en la detección de infectados, quimioprofilaxis y seguimiento de estos pacientes”, indica la Dra. Yoldi.
Además, durante esta jornada se abordaron otros aspectos como los mecanismos de acción y dianas terapéuticas de las terapias biológicas, revisión de guías, fallo terapéutico, e inmunogeneicidad, seguridad en neoplasias, estrategias para optimización de dosis o la llegada de los fármacos biosimilares, entre otros.
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