Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Columna de hoyos | Política

Con la sonrisa de Pablo Iglesias

Pedro de Hoyos
domingo, 24 de enero de 2016, 23:16 h (CET)
Tras tanto años observando la política española uno termina por llegar a convencerse de que el problema de España somos los españoles. Llevamos siglos intentando destruirnos y seremos responsables de lo que pase. O irresponsables.

Las exclusivas que repetidamente ofrece Antena 3 sobre el viaje a Venezuela de políticos españoles, de su participación en seminarios para dividir España o en homenajes a ETA, todo ello subvencionado por el dictadorzuelo del chandal barriobajero, no influirán en los votantes de Podemos. Que la financiación de este partido parezca, de momento no se puede afirmar definitivamente, proceder de Irán tampoco causará el menor daño a sus votantes. A los españoles no les importa.

Las contradicciones que supone ser financiado por potencias extranjeras, incluso por regímenes contrarios a los DDHH como el de Irán, y querer regir la democracia española no causarán mella alguna entre quienes con fe ciega han decidido ponernos en manos de neocomunistas. Los conocidos “éxitos” del comunismo en la historia de la humanidad, tampoco. Ellos, envueltos en su verdad, pasarán por encima de toda la información contraria a sus intereses desdeñándola, despreciándola, considerándola engaños propios de fascistas. Todo el que no piense como ellos es fascista, claro.

Pero debemos recordar que hasta estos precipicios tan peligrosos nos han traído la ceguera de Zapatero con la crisis que negó repetidamente y la de Rajoy con la corrupción de su partido a la que ignoró con insistencia. A unos y a otros sus respectivos votantes les han reelegido machaconamente, despreciando el peligro hacia el que nos iban llevando. En el que estamos.

Ambos grandes partidos son los grandes responsables de la ingobernabilidad de España, de que estemos a punto de caer en manos de antidemócratas, de bolivarianos de cartilla de racionamiento, de demagogos chulescos, de barriobajeros institucionalizados. La verborrea grandilocuente del presidente Zapatero, un zote que puede ser superado en insolvencia por Pedro Sánchez, que negaba la crisis en nombre del obrero al que desahuciaba, impidió tomar a tiempo las medidas contra una crisis que se hizo demasiado grande. A pesar de ello en las siguientes elecciones hordas de votantes corrían a renovar su confianza en el PSOE, especialmente en Andalucía, donde la corrupción institucionalizada no impresionaba a los electores. ¿No somos los españoles un problema para España?

¿Y de los votantes del PP qué defensa se puede hacer? La corrupción ha rodeado al PP desde que es PP, era ya conocida en la Comunidad Valenciana y más allá antes de convertirse en masiva con el caso Gürtel. La ferocidad del latrocinio no impide a millones de españoles renovar periódicamente ante las urnas su fidelidad ante el PP.

“Pase lo que pase” parece ser el lema del votante español que repite una y otra vez su deseo de acabar con España. Y volverá a hacerlo a la primera oportunidad que le den aunque para ello tenga que votar a quienes están apoyando a ETA y están, si como todo indica lo están, premiados y pagados por conocidos demócratas que encarcelan a la oposición, o ahorcan a homosexuales. Con la sonrisa de Pablo Iglesias por bandera. A los españoles no nos importa España.

Noticias relacionadas

Desde siempre, me corroe la envidia cuando leo a Vargas Llosa. No sé si sana o insana (¿existe la envidia sana?), pero envidia, al fin y al cabo. Ha muerto el genio literario en los inicios de esta semana santa. Eso no se lo envidio, aunque es ley de vida, pero sí su prosa, a la que es aplicable aquella frase de Paul Valéry que tanto citaba el maestro Umbral: “la sintaxis es una facultad del alma”.

La tradición de no consumir carne en días específicos de la Semana Santa tiene raíces que mezclan la historia y la teología cristiana. Desde los primeros siglos del cristianismo, el ayuno y la abstinencia se establecieron como medios "para purificar el alma y prepararse para las festividades más importantes".

De repente sales a la calle sin otro propósito que recrearte en los pequeños detalles de la cotidianeidad y la naturaleza te sorprende con su creativa impronta, verbigracia, brotando irredenta por entre los intersticios más recónditos de la urbanística lógica, a través de la que a diario transitamos sin remisión.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto