Tras la elección de Lula como nuevo presidente del mayor país iberoamericano, todas las izquierdas celebran ello. El Dr. Cerrón hace lo mismo y busca que ésta le ayude a disipar las rencillas y deserciones internas de PL. Sin embargo, en la web de PL hay una entrevista que él hizo donde califica a los “caviares” como el enemigo principal contra el cual se pueden y deben buscar coincidencias con los “neofascistas”. Como “caviar” caracteriza al grupo de Pueblo donde está Lula, Dilma, Evo, Arce, Correa, Boris, Petro, los Fernández, el FA del Uruguay, etc.
A diferencia del PT de Brasil, quien ha hecho alianzas hasta con la derecha “moderada” contra la ultraderecha, el cerronismo ha hecho lo inverso. Considera al resto de las izquierdas como su mayor adversario y constantemente vota con y tras los fujimoristas.
Es muy contrapuesta la realidad del PT que acaba de convertirse en el primer partido de izquierda del mundo en ganar un balotaje con más de 60 millones de votos, con la de PL, quien se ha convertido en el primer partido de izquierda en haber perdido a más del 96% de los votantes que tuvo 18 meses antes, cuando ganó un balotaje.
PL reivindicaba tener más de 200 mil militantes, pero ha sacado menos de 350 mil votos el 2 de octubre. Ello implica que muchos ya se han desanimado o han sido incapaces de conseguir el apoyo de sus propias parejas, familiares, amistades o colegas de trabajo.
Una ola de deserciones a PL pareciese haberse iniciado con la renuncia de 8 distritales del sur de Lima, la cual parece que se va a extender al norte de la capital y a muchas otras partes del país (y que incluso puede llegar a la bancada).
Las quejas iniciales se refieren a peleas por dineros y puestos públicos. Los disidentes reclaman que no hay una rendición de cuentas de los millones de soles que PL recibe para sus gastos por haber ganado las legislativas y que varios empleos en Salud son repartidos a los huancaínos del entorno cerronista.
Esto pasa a 14 años de que PL nació como un movimiento regional para disputar electoralmente Junín y Huancayo. Hoy allí hay una guerra civil abierta entre perulibristas que se acusan de todo por el control de recursos regionales y municipales. El resultado es que en su bastión han perdido el Gobierno regional y todos sus regidores. De las 9 provincias que tiene ese departamento, PL se ha quedado sin ninguna y ha perdido en todas las 5 provincias que controlaba. En Huancayo, donde residen los Cerrón, no sacaron ni el 5% de los votos y se quedaron sin nadie en el consejo municipal. El Dr. Cerrón hizo un Twitter diciéndole al Presidente que él requiere tener un partido a su servicio. En verdad, con ello, él le está implorando a Pedro Castillo para que él le ayude a impedir la disgregación de su propio partido.
Hace 4 meses, no más, PL le demandó a Castillo que renuncie a PL si es que no quería ser expulsado, como pasó antes con su vicepresidenta, Dina Boluarte. Hoy Castillo no ha hecho campaña electoral por nadie en las regionales y municipales del 2 de octubre y ha dejado que PL se desplome.
PL se jacta de que ha ganado en 78 municipios, pero todos ellos son chicos y la suma de todos representa una mínima fracción con respecto al 1 400 000 habitantes que tiene Junín, el departamento cuyo Gobierno acaban de perder.
La población de las únicas 3 provincias donde ganó PL suman unas 150 mil personas, la décima parte del millón y medio que la que tiene la suma de las 4 provincias donde acaba de ganar JPP, el otro sector de izquierda que llegó al Congreso (aunque con solo 5 parlamentarios frente a los 37 iniciales de PL). Es PL quien precisa de Castillo, pues, este le ha entregado el 42% de los 1.582 prefectos y subprefectos del país. (LR, 31/10/2022).
Todas las constantes críticas de “izquierda” que PL le hace a Castillo es para tratar de capitalizar descontentos a su redil y aparecer como “marxistas” mientras que en los hechos negocian cupos y transacciones con la mayoría derechista del congreso y chantajean también al Gobierno para que les mantenga en el MINSA y en varias dependencias.
La razón por la cual PL acusa al resto de la izquierda de “caviar” es solamente porque esta tiene cuadros que compiten con sus allegados para fondos y puestos públicos. Pese a su fraseología marxista leninista, PL nunca ha mostrado mayor interés en ligarse al movimiento obrero y ser parte de sus luchas. En vez de seguir los lineamientos de Mariátegui de luchar por la conquista del poder para los trabajadores, su lucha es por más puestos en los poderes legislativo y ejecutivo. Un partido cuya estrategia es esencialmente clientelista es uno que puede ir en cualquier rumbo por interés arribista.
Lo que pudo haber sido el primer partido amplio y de masas de la izquierda peruana, si no hace un cambio muy radical, puede acabar en estampida libre.
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