Profesionales sanitarios y pacientes disponen a partir de diciembre de una nueva alternativa para el tratamiento del VIH. La Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha otorgado la financiación pública a cabotegravir + rilpivirina. Se trata de la primera terapia antirretroviral de acción prologada inyectable una vez cada dos meses para el tratamiento del VIH y ha sido desarrollada a través de una colaboración de dos compañías farmacéuticas, ViiV Healthcare y Janssen.
En la toma de medicación diaria existen todavía retos médicos y emocionales. Según la Agencia Europea del Medicamento, “Para algunas personas infectadas por el VIH tratadas con una combinación diaria estable y eficaz de medicamentos ARV (antirretrovirales), la disponibilidad de un ARV de acción prolongada que reduce la frecuencia de dosificación presenta una mejora significativa al aumentar la satisfacción general con el tratamiento y reducir la carga asociada con la toma diaria de comprimidos”.
Las principales guías clínicas para el abordaje del VIH (guías americanas del DHHS y guías españolas de GESIDA) ya han actualizado su contenido para recomendar el uso de este tratamiento antirretroviral de acción prolongada.
Según las guías de GESIDA, “Algunas de las ventajas que ofrece son: menor frecuencia de dosis,… reducción del estigma o de la preocupación por la revelación del estatus VIH asociado a la toma de pastillas, el recuerdo diario de la condición de persona con VIH o evitar la preocupación de viajar a países con leyes restrictivas para este colectivo”.
Este medicamento de acción prolongada basa su mecanismo de acción en un sistema de nanopartículas o nanocristales que permiten que, tras su administración a través de inyección intramuscular, la medicación se vaya liberando de manera gradual en el organismo, manteniéndose la concentración de los fármacos durante 2 meses, momento en el cual deben ser administrados nuevamente.
La llegada de este tratamiento de acción prolongada a España se produce tras un amplio desarrollo consistente en 7 ensayos clínicos. Algunos de ellos en marcha desde hace más de 5 años. En este desarrollo clínico, que cuenta con la participación de más de 4.000 pacientes, España ha participado de manera muy activa: 44 centros españoles y más de 650 pacientes, aproximadamente la mitad de los pacientes europeos.
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