Creo que está bien claro lo que afirmo en el título de este escrito; que “el sanchismo solo quiere romper, en el más amplio sentido de la palabra, nuestra nación”. Y aunque no tendría que aclarar -por sabido- lo que es el sanchismo, lo voy a hacer por si algún despistado no lo ha percibido correctamente.
Es muy fácil: el sanchismo es “el comunismo más rancio y destructor, adoptado por el político más embustero y egoísta del panorama mundial, Pedro Sánchez Pérez Castejón”. Y ese sanchismo letal, aliado con Podemos y Bildu, forma el Gobierno de España y, lo que es peor, apoyado en la totalidad del grupo Socialista del Congreso, compuesto por un total de 120 diputados que aplauden a rabiar.
Sugiero que hagan ustedes un ejercicio de memoria y contabilicen las inmensas tropelías cometidas por este gobierno que tiene como paradigma del buen hacer la exhumación de un cadáver. ¿Saben cuál es la última intención de esos 120 diputados y sus aliados? Pues, ni más ni menos, que destruir nuestra nación para instalar una república antidemocrática peor que la rusa del criminal Putin. Es decir, todo lo contario de lo que prometía este ruinoso -a la vez que presumido- presidente cuando se presentó (con trucos infernales) como candidato a La Moncloa.
En este sentido recuerdo que la paternidad de sus nefastos apoyos a separatistas, a herederos de ETA, antimonárquicos y antiespañoles, es de los 120, sin excepción. Que tendrán que rendir cuentas algún día en el que -probablemente- se hayan acabado los intolerables e injustos indultos que estos vendepatrias han inventado para exonerar a los culpables de alta traición.
Hoy me permito decirles a los componentes de ese grupo que piensan de otro modo (y lo manifiestan de vez en cuando) lo siguiente: están ustedes a tiempo de rectificar. Háganlo por patriotismo. ¡Puede que mañana ya sea tarde!
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