El miércoles 7 a las 12.07 pm se inicia la sesión del Congreso del Perú. Viendo el video que ha transmitido el canal de dicha institución, se ve que la gran mayoría de los curules estaban vacíos. Se canta el himno nacional durante poco más de 3 minutos. Luego, el Presidente del Parlamento, el General (r) José Williams, informa que Pedro Castillo ha roto la constitución al disolver ilegalmente el Congreso. Dice que abre la posibilidad para que los portavoces de las bancadas puedan usar la palabra, pero todas estas ya habían acordado ir a la vacancia, y nadie de ellos habló. Luego pasa a leer la moción que llevaba su firma y la de la vicepresidenta del Congreso, Martha Moyano, según la cual dictaminaban la destitución del Presidente y que el puesto vacante sea dado por sucesión constitucional a la vicepresidenta. Apenas acabó la lectura del documento, se pasó inmediatamente a votar.
Desde que se acabó de entonar el himno hasta el inicio de las votaciones pasaron menos de 6 minutos. El Congreso decidió expulsar de su puesto al único Presidente peruano electo con más de 8,8 millones de votos. Se dio todo eso sin que un solo parlamentario pudiese pronunciarse, ya sea porque va a votar a favor, en contra o en abstención. Tampoco nadie habló para formular alguna enmienda, para sugerir un adelanto de elecciones, para pedir que comparezca el mandatario, para que vaya una misión a dialogar con él o para que se pida más tiempo para esclarecer lo que se venía dando.
Parlamento viene de parlar, pero en en este caso, nadie quiso parlar para tratar de convencer al otro sobre su punto de vista o explicar su voto ante el pueblo. Ni siquiera se permitió al mandatario constitucional o a cualquiera de sus abogados, ministros o congresistas allegados allí presentes el salir en su defensa. En el video del canal del Congreso se veía que la mayoría de los congresistas no estaban en sus curules y que ninguno de ellos estaba leyendo el documento a votar, lo que parece debiera ser un requisito mínimo.
Vacancia exprés
Sin intervenciones de nadie, sin escuchar una sola voz o una propuesta de enmienda, sin que circulen las copias por escrito del texto a votar y sin ninguna defensa de parte del aludido, el Congreso produjo la vacancia más veloz de la historia peruana. No conozco otro caso similar en otra parte del mundo.
Los 18 congresistas oficialistas que decidieron vacar al Presidente lo hicieron sin atreverse a sustentar su posición. Luego, Waldemar Cerrón, quien fue uno de los primeros en votar por expulsar a Castillo y llevar a su vicepresidenta al poder, a los 2 días llamó a rechazar a Boluarte y a apoyar a Castillo. Solo 1 del bloque magisterial votó por Castillo, mientras que le FEANATU pide ahora que se vaya Dina y el Congreso. Nadie de JPP votó contra la vacancia, pero su principal alcaldesa (la de Chiclayo) llama a reconocer a Castillo como el único presidente.
A Castillo se le puede cuestionar porque pronunció un mensaje llamando a disolver al Congreso e intervenir las instancias de la justicia, sin movilizar a las masas, sin consultar o informar previamente a sus ministros y abogados, sin el aval de las fuerzas armadas y policiales, lo que condujo a un descomunal suicidio político.
Sin embargo, la forma tan supersónica y antidemocrática cómo se dio la votación para sacarlo y que a él se le haya encarcelado cuando aún era presidente constitucional demuestra que el Congreso nunca ha dejado de ser golpista. Lo fueron la mayoría de sus miembros desde el primer día en que Castillo ganó el balotaje del 6 de junio del 2021, cuando quisieron desconocer los resultados electorales, cuando pidieron la intervención de los militares, la OEA y EEUU, cuando le propusieron 3 mociones de vacancia en 12 meses (récord mundial), cuando le censuraban ministros y cuando lo convirtieron en el único presidente del mundo al cual el parlamento no le dejaba salir a cumplir compromisos internacionales.
Crisis constitucional
Desde el primer momento en que Castillo ganó los comicios advertí que el Perú marchaba hacia una dualidad de poderes (entre un Legislativo golpista y un Ejecutivo conciliacionista), lo cual solo podría concluir con que uno de ellos deponga al otro. Al final fue el parlamento quien lo hizo. Si bien hoy desde la ultraderecha hasta sectores de la izquierda acusan a Castillo de haber actuado inconstitucionalmente, la forma en la cual no se le dejó gobernar y se le terminó expulsando del poder es totalmente antidemocrática.
Desde marzo 2018 hasta diciembre 2022 en el Perú hemos tenido a 7 personas con la banda presidencial: El 23/3/2018 Pedro Pablo Kuczyinski es obligado a dimitir por el congreso fujimorista para ser sustituido por su vice Martín Vizcarra, quien gobernó hasta el 9/11/2020, pero en mayo 2020 por pocas horas su vicepresidenta Mercedes Aráoz fue ungida por el Congreso como la Presidenta para buscar evitar ser cerrado por Vizcarra. Luis Merino, Presidente del Congreso, pasó del 10 al 15 de noviembre como Presidente cuando se produjo la vacancia de Vizcarra. Luego Francisco Vizcarra fue el mandatario hasta el 28 de julio en que juramentó Castillo, el cual el 7/12/2022 fue vacada y remplazado por su vicepresidenta Dina Boluarte.
Hoy en las calles hay grandes marchas, las cuales demandan el cierre del Congreso y que se vayan todos. La solución no es adelantar las elecciones generales para que salgan los mismos y mantengamos el mismo cuadro de incertidumbre, sino ir a cambiar una constitución que genera tanto caos y miseria. Urge una nueva asamblea constituyente, paritaria, plurinacional y soberana donde estén presentes todas las regiones, tengan representación las naciones originarias, los afrodescendientes, las organizaciones sindicales, campesinas y populares, los ronderos y reservistas.
¿Vacancia es ilegal? ¿Castillo debiera seguir como Presidente?
Vacancia del 7 no cumplió con el reglamento del Congreso. Según el inciso C del artículo 89-A del reglamento del Congreso del Perú:
"c) El Pleno del Congreso acuerda día y hora para el debate y votación del pedido de vacancia, sesión que no puede realizarse antes del tercer día siguiente a la votación de la admisión del pedido ni después del décimo, salvo que cuatro quintas partes del número legal de Congresistas acuerden un plazo menor o su debate y votación inmediata. Si fuera necesario se cita, para este efecto, a una sesión especial. El Presidente de la República, cuya vacancia es materia del pedido, puede ejercer personalmente su derecho de defensa o ser asistido por letrado, hasta por sesenta minutos."
La moción de vacancia presentada el miércoles 7 al mediodía por el Presidente del Congreso, José Williams, y la vicepresidente del Congreso, Marta Moyano, es muy diferente a la presentada previamente por Edward Málaga. Es una cuarta, la misma que fue leída en menos de 4 minutos. La votación de esta se dio a los pocos segundos luego de que el relator la leyó. Un tiempo miles de veces más escueto que el plazo mínimo oficial de 3 días.
En dicho reglamento se plantea la posibilidad de acortar ese periodo que únicamente podría darse cuando "cuatro quintas partes del número legal de Congresistas acuerden un plazo menor o su debate y votación inmediata. Si fuera necesario se cita, para este efecto, a una sesión especial." De 130 congresistas, el 80% o las 4/5 partes es 104. Nunca se produjo una votación para admitir esa nueva moción de vacancia o que esta se vote rápido, y los que votaron a favor no llegaron a la cifra de 104 congresistas (se quedaron cortos por 2 a 3 votos). Entonces, no se cumplió con el número mínimo para aceptar una cuarta moción de vacancia (la exprés).
Sin el número mínimo, sin debate y sin debido proceso
Apenas el relator leyó la cuarta y final moción de vacancia, no se dio "cita, para este efecto, a una sesión especial." Simplemente que en la sesión ordinaria se pasó directamente al voto. A nadie se le vio con una copia en papel de tal documento. Nadie habló ni pudo intervenir para proponer una opinión o una enmienda.
Tampoco se cumplió este pedido "El Presidente de la República, cuya vacancia es materia del pedido, puede ejercer personalmente su derecho de defensa o ser asistido por letrado, hasta por sesenta minutos." Ni al Presidente ni a ninguno de sus letrados o a nadie de su entorno se le comunicó o invitó a dicha sesión. Ni siquiera le hicieron llegar una copia previa al jefe de Estado de la moción que debería haber hecho frente. En todo juicio al acusado se le permite conocer la acusación de la parte acusadora y, además, se exige que esta sea hecha por escrito y dándole un tiempo prudencial para que la pueda leer y prepara su defensa.
Sin embargo, para el más alto cargo del país y para el único peruano electo con más de 8,8 millones de votos, no se le permitió que pase por un debido proceso.
Se supone que uno no puede ser juez y parte. Esta vez, el mismísimo Presidente del Congreso, quien debió haber guardado cierta neutralidad por eso mismo, fue quien redactó y presentó con su firma la moción de vacancia, coartó el debate y dirigió la sesión. Ni siquiera tuvo la hidalguía de que tanto ella como su vicepresidenta Moyano pasasen al llano y dejasen la moderación del pleno a otra persona que buscase adoptar una actitud más neutral.
A Castillo se le apresó cuando nadie discutía que era el presidente constitucional y sigue en el penal, pese a que no se ha cumplido el reglamento del Congreso y por ende él debiera estar en Palacio.
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