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De esto que sabíamos que el ocio toledano estaba cerca de todo, cerca de las provincias de Madrid, de la de Cuenca, de Guadalajara, de Ávila, de Cáceres y de Ciudad Real, al menos. Es decir, cerca de todo al ubicarse en el centro del país y a salto de mata de cualquier espacio.
¿Por qué y para qué lloran y rezan por el alma del papa Francisco aquellas personas fieles que siguen al pie de de la letra el dogma cristiano de su infalibilidad? Si el papa es infalible, ya tiene ganada la gracia eterna de su jerarca divino, por tanto debiera ser motivo de alegría su muerte terrenal. El juicio final será para él un mero trámite de confirmación de su excelencia individual.
Por las mismas fechas en que cinco siglos atrás se desarrollaba la Dieta de Worms, falleció en la Ciudad del Vaticano Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, hombre a quien se atribuyen ideas reformistas dentro de su Iglesia. Como Lutero, criticó duramente el afán de lucro dentro de esta institución y declaró sin inhibiciones que le dolía ver a sacerdotes o monjas con un automóvil último modelo.
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