Recorremos la vida comprometidos con terceros, empresarios, jefes, superiores... Palmadas que esclavizan, crean, sin saberlo, sueños de ilusiones que se rompen... Los compromisos no generan confianza y futuro, sobre todo si el que sirve es pobre.
Se solía decir: “Es la hora de comer... mientras nos vamos, usted termine el trabajo”. Ese “usted” era el servidor confiado en el favor del jefe... Se equivocaba. El jefe come, el servidor merienda la tartera.
De vez en cuando, en este mundo lleno de egoísmos sin futuro, aparecen personas emprendedoras... nacidas del esfuerzo... del bocadillo en la acera... del despertador al alba... Personas que cuando alcanzan su meta, siguen agarrados a su pasado... a sus acompañantes... a los que creyeron en ellos... a los que pudieron confiar sus dudas... a “sus amigos pobres o ricos, pero amigos”.
¡Qué difícil!... ¿Dónde están esas personas?... ¡Qué difícil! Pero los hay... Que piensan en la necesidad de los que acompañan su carro. Lloran desgracias y secan sus lágrimas con sus obreros... ¡Qué difícil!, pero los hay. Ríen... beben... disfrutan... siempre con los demás... ¡Qué difícil!, pero los hay.
Hoy, recuerdo alguno de ellos, Paco, MARTÍN, Carlos, Chanca, Alfredo... ¡¡Los hay!! Creo que a esos les llaman AMIGOS... ¡¡me alegro haberles conocido!!
|