No, en verdad que no. No estoy de broma, ni se me han cruzado los cables, parece ser que eso es lo que pretenden loa animalistas, que dejemos de comer carme y en su lugar ingiramos insectos, porque de esta manera no sacrificaremos animales, disminuirán las macro granjas, los animales se criarán en libertad, pues no habrá necesidad de sacrificarlos, ni estabularlos y todos contentos. Esto me recuerda a la acusación que hicieron ciertas feministas diciendo que los gallos violaban a las gallinas. Sin comentarios. Ciertamente es verdad que a nivel mundial existe una gran demanda de proteínas que cada día va en aumento, por el crecimiento de la población humana. Antes de continuar considero que se hace preciso definir qué son las proteínas: son un nutriente natural esencial para el desarrollo, reparación y crecimiento del cuerpo humano, aunque también los animales las necesitan. También tienen una función energética, pues aportan la energía de forma que impulsan también el gasto energético. ¿Dónde se encuentran estas? Así en los animales, terrestres y marítimos, como en los vegetales. Ambas son necesarias para los humanos, como he dicho. Las de los animales, tanto como los huevos y la leche, considero que no precisan que se dé alguna explicación de su procedencia, sin embargo las vegetales, las obtenemos de los cereales, legumbres, algas o frutos secos. Estas tienen la ventaja de que no aportan colesterol al cuerpo humano, además de fibra, necesaria para el tracto digestivo. Al no ser portadores de tantas proteínas como los alimentos animales, se hace necesario conseguir una equilibrada combinación en ellos para su consumición. También otra fuente de proteínas procedentes de los animales, no de uso muy corriente son los insectos que se consumen en muchas partes del mundo, principalmente, en las regiones de América Latina, Asia y África debido a su alto nivel nutricional. Hay una sugerencia de la FAO para que, en regiones con bajos recursos económicos, se promueva el consumo de insectos, como se hace en ciertas regiones del planeta. Quienes tengan costumbre de ello y les sepa bien comerse un escarabajo, un gusano o una cucaracha, por mí pueden seguir haciéndolo, si ese es su gusto, también hace más de dos siglos S. Juan Bautista se alimentaba de saltamontes y miel silvestre y no pidió a los demás que consumiesen la misma dieta que él. Que algunos seres humanos, en determinadas ocasiones, se hayan visto en la necesidad de comer ratas, insectos o cualquier otro bichejo, pase, pero que quieran que los que no estamos acostumbrados, porque nuestra civilización ha lo ha admitido, a comer harina de grillos, gusanos de la harina o cualquier otro insecto, no es admisible. Respecto al sufrimiento animal, cuando es sacrificado, ¿Quién me dice que los insectos no sufren cuando los muelen para hacerlos harina, los ponen a la parrilla, o los introducen en las hamburguesas? ¿Hay prueba inequívoca de ello?
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