Ser artista es, quizá, uno de los oficios más complejos en el mundo, pero creo que, en nuestra América Latina, esa dificultad se vuelve más punzante. Y es que ese sueño, en nuestro territorio, se torna mucho más lejano cada día, las razones suelen ser muchas, pero aún hay jóvenes, que mantienen la llama del arte encendida. Este me parece a mí, es el caso del joven Julio Alexander Espinal Gomez, un artista multidisciplinario que nació en la ciudad de Comayagüela, Honduras. Actualmente tiene veintisiete años y se dedica al arte amateur de manera independiente. Despertó su interés por el dibujo desde muy pequeño, entre los 9 o 10 años de edad, esto gracias a que un día mientras veía dibujando a su mamá, en una sobre funda, se dijo: quiero intentarlo, y lo hizo, le gustó y, a partir de ese momento, comenzó a dibujar hasta como lo hace en la actualidad.
Su trabajo artístico está plenamente enfocado en la escritura del comic/manga y el dibujo en grafito y tinta (cómic al puro estilo del manga) también en preciosas acuarelas y desde hace poco, está experimentando con el arte en formato digital. Su gran aspiración es poder trabajar de manera profesional como artista de cómic/manga, y lo está encaminando con su trabajo más reciente, un manga que ha titulado “Nigthmare” el cual publicó en enero del año dos mil diecisiete y del que hasta la fecha, ya ha logrado publicar seis capítulos en formato físico.
En su país, la aceptación de su obra ha sido notable, ha tenido la oportunidad de mostrar su trabajo en varios eventos realizados en diferentes ciudades de su país sobre la cultura japonesa y galerías de arte entre ellas; “Comik Book Day”“E.G.A Fest”, “Akiba”, “Anime Fest”, “Bunka Anime Fest” “Megacon”, “Anime World Convention” y más recientemente se hizo presente en la galería de Arte que organiza la ONG nacional “RED MASOL (Madres Solidarias) con sede en la capital de Honduras.”
Me resta decir que, la obra del mangaka hondureño Julio Espinal, es una bella metáfora y una transfiguración consciente, sobre las diferentes maneras: que los jóvenes encuentran en nuestra Honduras, para resistir ante toda la cruda y difícil adversidad que nos invade en el andar diario. Su pincel, nos muestra desde los colores; formas muy bien pulidas y figuras bien dotadas, de un trabajo, que lleva mucho tiempo en ebullición y que, ya está dando los frutos, que el ilustrador y nuestro país anhelan.
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