“Yo no me considero un novelista del azar. Lo inesperado forma parte de la vida. No hay en mis libros una interpretación mística o teológica, cuento historias en las que intento representar el mundo como lo entiendo”. Auster.
El placer de poder leer Un país bañado de sangre, la más reciente historia de donde una posible ficción se convierte en morbosa realidad, sobre el país que tiene como vigía Paúl Auster, editado por Seix Barral se debe a la gentileza de Patricia Martínez Cuadrado, que me ha servido un ejemplar en pdf, con el que fundirme en su envolvente trama donde la violencia, la sangre que se derrama diariamente paralela a una muerte insaciable que recorre la historia de Norteamérica, portando el compromiso y denuncia de un mágico narrador, que se enfrenta contra enajenación alienada del factor humano por los poderes dominantes. Crudo estado con los más variados disfraces, la explotación del hombre por el hombre en todos los campos de la tierra.
Riguroso ensayo, que manifiesta todo un reto a una nación que desde un plano insobornable trasmite un realismo y exactitud literaria enfrentada aquí a una dura crítica y examen que desnuda la propia historia de su país, Estados Unidos. Un país bañado de incertidumbres violentas, que forman parte biográfica del autor, así como en anécdotas históricas y un análisis certero de los datos, y acompañado de las impactantes fotografías de Spencer Ostrander sobre el uso de las armas en tan poderoso país con total libertad, imposible de ser contenida.
En el discurrir de la historia, todo trasciende a modo de dramas imparable, de contradicciones y desequilibrios El genocidio indio y la esclavitud. “América nunca ha abordado estos asuntos”.
Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, 1947) una vez más se presenta como testigo y protagonista de la narración. Precisa a la vez lo escalofriante de su vivir diario, que viene de lejos.
Nada es nuevo para el creador desde la muerte de su abuelo, a disparos de pistola de su abuela. Algo imposible de olvidar. Patinar con el del suicida ejemplo de la barbaba amenaza en su propio país, desnudando las maquinaciones. “Donald Trump no es solo una amenaza para EE UU, es una amenaza para el mundo, un maniático y un psicópata” que lidera una nación que nació con vocación “integradora e inclusiva” pero que se fundó, a su juicio, en “dos crímenes”:
De nuevo, un fantasma recorre los espacios no solamente en Europa, sino en todo el mundo. Las cartas están echadas, cuando las marionetas que somos, pastamos en el prado, bien poco podremos hacer, solo somos juguetes rotos y los altos poderes establecidos. Podemos y debemos gritar los que somos conscientes. “Abajo todo excepto la derrota”.
Si Trump ganara las próximas elecciones en Norteamérica la herencia hitleriana bien aprendida por de este hijo de Hitler, se convertiría en el fantasma del terror mundial. De dicha forma y manera, expone la justa medida, en todos los capítulos de la serena y desafiadora narración que ofrece este maestro de la palabra, bien escrita y comprometida. No queda espacio para la nostalgia.
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