En el punto hallarás lo que buscas: resiliencia. Abel Pérez Rojas.
Somos muchos los que estamos haciendo frente a las adversidades con entereza, alegría, trabajo, creatividad, esperanza y con el convencimiento firme de que desde las artes se pueden cambiar las cosas para bien, porque éstas curan, sanan y expanden nuestro potencial. El artista plástico mexicano Antonio Sulayez (@sulayez) es un resiliente desde las artes plásticas.
¿Quién es Antonio Sulayez o simplemente Sulayez?
Antonio Ruiz Cano Suyalez nació en Puebla el 7 de julio de 1963. Desde 1985 a la fecha ha cursado diversos talleres de dibujo, serigrafía, óleo, acuarela, entre otros. En 1987concluyó sus estudios como arquitecto. Paulatinamente fue incursionando como creador plástico.
Durante los años 2011 y 2012 realizó viajes a Europa interesado en conocer el arte en las ciudades que visitó: Madrid, Barcelona, Roma, Assisi, Venecia, Milán y París. Un año después, en 2013, viajó a la India y Nepal, profundizando en su cultura y conocimiento ancestral en varias visitas a templos y museos.
Ha participado en múltiples exposiciones individuales y colectivas, combinándolas con sus habilidades como promotor cultural. Ha sido miembro de varios grupos de pintores, escultores y fotógrafos en Puebla, Oaxaca y la Ciudad de México.
Ahora que hago este breve recuento de la trayectoria de mi querido amigo Sulayez caigo en cuenta que no recuerdo bien como lo conocí, pero su ojo crítico y sus comentarios puntuales y certeros captaron mi atención. Luego, conforme fui conociendo su obra plástica me quedó muy claro que se trata de un artista de altos vuelos y que tiene mucho por dar al mundo a través de sus obras.
En las diversas conversaciones que hemos sostenido siempre sale a relucir la aparente realidad que no lo es, y que, tiene adormecidas a la mayoría de las personas.
Sulayez sostiene que la vida es un constante despertar. Coincido con él en el sentido de que las artes propician que abramos los ojos a algo más profundo, a una realidad que es más “real” comparada con aquella falsa que nos iguala con las multitudes, que nos convierte en un código, una matrícula, un simple turno al final de la fila o un número de identificación en la lista de deudores o del padrón de electores.
Es en el nodo que busca desentrañar el entramado somnífero, en el que debe entenderse, valorarse y gozarse la vertiente abstracta de la plástica de Sulayez.
Por ejemplo, en Introspección (óleo/tela, 2 m. x .55 m), a lo lejos parece una especie de nuez o cerebro inmerso en un mar de líneas, pero de cerca el espectador cae en cuenta que se trata de un ser humano en posición de recogimiento atravesado por haces de luz que rompen con la profundidad cósmica.
El ser humano en su insondable soledad montado en una nave llamada Tierra cruzando por el infinito. El ser humano cerrando los ojos para abrirlos sin abrirlos y experimentar su pequeñez que le da consciencia de su yoidad. El ego poniendo límites para contrastar con la posibilidad de la otredad.
Imposible seguir avanzando en la vena abstracta de Sulayez sin tener que acudir a a la poesía. Contrasto con mi poema Punto (2018):
En ese punto hallarás / lo que buscas: / la brevedad y el vacío, / la coordenada de partida, / el origen creador de todas las cosas, / la primera gota; / el centro de la consciencia, / el germen del verdadero despertar. / En él verás las pupilas que añoras, / las palabras que intuyes, / pero que no irrumpirán, / porque no es el tiempo / ni son las circunstancias. / Tú en el punto y el punto en ti, / quédate ahí / vuelve mañana.
Es ahí donde encuentro el entorno alquímico en el que se ha gestado la resiliencia como divisa. La resiliencia como caractitud –a propósito, les recomiendo leer al respecto el libro Caractitud de Salvador Calva Morales–, como fórmula de combate y pacificación.
Me queda clara la afirmación que al respecto me suelta Antonio en una reciente entrevista que le realicé: “a través de mi obra busco intentar rescatar o al menos contribuir a la liberación del espectador de la dictatorial Matrix”.
Me coloco en los zapatos de quien en breve realizará una extensa gira de exposiciones por Ecuador, para entender que se trata de un provocador a través de su obra. Antonio Sulayez busca provocar, incomodar, cuestionar y sacar del estado de comodidad a quien vea lo que hace.
A la luz de esta vena abstracta, el pintor poblano ha creado al hombre robot, una especie de fenotipo de extremidades alargadas y cabeza cuadrada, para llevarlo por el universo de líneas y huellas cromáticas, con lo cual crea analogías y metáforas del hombre limitado en su pensamiento, pero con la posibilidad siempre latente de expansión. Tal es el caso de El hombre de las 1000 razones (óleo y lienzo, 1m x 1.50m), el hombre robot entre esferas, una especie de cuadratura del círculo o la circunferencia del cuadrado.
Entre más reflexiono con detenimiento sobre la obra de Antonio, más caigo en cuenta que necesito hacerlo a través de otras entregas como la presente.
Es ineludible tener que hablar de los universos plasmados en otra ruta que ha emprendido, de su línea de desnudos y de su re significación de materiales a partir del uso de elementos de desecho en sus cuadros.
En breve regresaré a la vieja área de trabajo de Antonio para hablar de espiritualidad, magia, filosofía, nuevas tecnologías y poesía, porque, como usted ya se habrá dado cuenta, él es un poeta que honra la poiésis (ποíησις: hacer, producir, fabricar) en su sentido primo: crear.
Desde la plástica, desde su espacio en la Plazuela del Torno o del Factor es un profeta de la resiliencia.
cuatro por cuatro espacio abreviado / ángulo sucinto que todo lo guarda / diálogo fértil / intercambio fugaz / geometría sacra / vaivén vigoroso / líneas y trazos / confrontación sin igual / intercambio de tinta / de aceite / de agua / supino matiz / anoto / burilo / borro / intento de nuevo / laberinto de lienzos / cromo inmortal (Sulayez. APR. 2023)
Sulayez, el pintor resiliente, tiene su espacio de trabajo en el estudio 23 del Barrio del Artista(8 norte, número 410), enclavado en el corazón del Centro Histórico de la ciudad de Puebla, en México.
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