“Ahora que estamos en campaña electoral (si es que alguna vez hemos dejado de estarlo) deberíamos recordar a los guionistas que arman el argumento a los candidatos que tienen una enorme responsabilidad con lo que dicen. Un planteamiento erróneo u ofensivo pensado para el corto recorrido de la campaña política puede tener consecuencias indeseables. Es como el que tira una piedrecilla a la cima de una montaña nevada y en su trayecto hacia el valle se convierte en una bola de nieve gigante que arrasa todo lo que encuentra en su camino, incluso al incauto candidato".
Este texto lo escribe Enrique Sierra en el contexto del mal intencionado cartel que pedía echar fuera de Barcelona a los enfermos de Alzheimer, deseo que se ilustra con las fotos de los hermanos Pascual y Ernest Maragall. El todo se vale en política es como dice Sierra la piedrecilla lanzada a la cima de una montaña nevada que en su trayecto hacia el valle se convierte en una bola de nieve gigante que arrasa todo lo que encuentra en su camino hacia el valle. La mentira aunque sea piadosa según la teología católica siempre se convierte en un boomerang de funestas consecuencias para quien la vomita.
“En estos últimos años hemos sido víctimas de un bombardeo. Los obuses no han hecho ninguna víctima mortal, ni tan siquiera existen lesiones que se puedan apreciar con los ojos. Los proyectiles no se han lanzado desde aviones del ejército, ni desde baterías de cañones, sino desde las cabeceras y titulares de los diarios, de los editoriales de las radios, las bocas de los locutores de telenoticias, desde las mesas llenas de micrófonos de las ruedas de prensa. Los soldados no iban de uniforme, ni llevaban galones, cascos y porras. Iban vestidos de calle, a menudo con americana y corbata. Por eso las heridas no son visibles, ya que las víctimas solo sangran por dentro”, (Ramón Camats).
La periodista Astrid Meseguer entrevista a Guillermo del Toro, director de cine y le pregunta. “¿Qué momento es este?” El cineasta le responde: “Un momento en que la verdad y la mentira cruzan las líneas en la dialéctica que mantienen con el mundo muy claramente. La capacidad tan grande de engañarnos y de engañar, de ser crueles con los otros. Y aquella sensación que tenemos es muy apocalíptica, que es que todo se terminará en los siguientes dos minutos. Vivimos en un momento social muy comprometido. Hemos llegado al punto en que no sabemos discernir qué es verdad de la mentira, y lo que es peor, no saber qué es real”.
Pablo Casado cuando dijo con faz airada que en Cataluña los maestros prohíben ir al wáter a los niños que se lo pidan en castellano o que les ponen piedras en la mochila si en el recreo hablan en castellano, ya sabía que lo que decía era mentira. Los intereses políticos prevalecían sobre la verdad. Cuando en marzo de 2023 telemáticamente compareció ante el juez cínicamente dijo que no había contrastado la noticia leída en los medios de comunicación. El mal ya había sido hecho y un leño más se añadió en la hoguera de la intolerancia, la confrontación y el odio.
Lector, con el fin de ayudarte a comprender porqué la mentira está tan generalizada y haciendo estragos por doquiera, transcribiré dos textos que aportan luz a un proceder que tanto daño ocasiona:
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. he aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves, aunque tan grandes y llevadas por impetuosos vientos, son gobernadas por un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un viento pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana, pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma obertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce” (Santiago 3: 1-12).
Jesús añade más claridad a las palabras de Santiago. A los fariseos que se consideraban justos, es decir buenas personas Jesús les llama hipócritas, es decir, mentirosos: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8: 44). Jesús casa homicidio con mentira. Esta es la razón porque la mentira engendre tanto odio y violencia. Los mentirosos vomitan el veneno que Satanás inyecta en sus corazones.
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