El idilio que mantiene con Dinamarca desde la cita del año pasado la andaluza Bea González se va a mantener. En un ejercicio de resistencia, pegada y energía desenfrenada, ella y su compañera Delfina Brea hacían historia, elevándose sobre todo y sobre todos, haciéndose con el torneo de Copenhague.
La pista central del Royal Stage empezó en penumbra para dar paso, en medio de las luces y el ruido, a las cuatro contendientes, las dos citadas así como Gemma Triay y Alejandra Salazar, obviamente por ranking y números las principales favoritas, las que más entraban en la quiniela.
El choque arrancaría con más complicaciones con los saques que con los restos, buscando las cuatro constantemente romper, lo que conseguían en tres ocasiones en los seis primeros juegos (el 50% de las veces), dos para Delfi y Bea y uno para Gemma y Ale, una mínima ventaja que sería suficiente para conseguir que las dos jóvenes jugadoras se lo creyesen y se viniesen arriba, obteniendo posteriormente más distancia en el marcador y cerraran la primera manga por 6-2.
Tenían que reaccionar Triay y Salazar, estaban obligadas a ello, y lo hicieron con un inicio de 0-2 que, de nuevo, pasó a una batalla de breaks y contrabreaks en la que en esta ocasión les permitió a ellas salir por delante con firmeza, obteniendo una rotura más en el tramo final, en el último juego, para poner un 3-6 en el luminoso.
Todo estaba empatado, como al principio, pero de nuevo serían las de Rodri Ovide las que tendrían unos primeros compases más serios, con mayor determinación, poniéndose otra vez 0-2, si bien la respuesta llegaría rápida y contundente (2-2). Ninguna pareja quería dejar marcharse a la otra y por eso pasaron el ecuador del set totalmente igualadas. 4-4 en el tercer set, un juego decisivo con Alejandra al saque; fallaba dos golpes la madrileña pero sabía recomponerse e igualar la contienda para irse al punto de oro. Delfi se hacía grande en ese momento para atrapar con globos en el fondo a Salazar y, en un momento dado, cambiarle a la víbora y provocar el fallo rival (5-4). Otro punto de oro que ganaban la argentina y la andaluza, cinco de seis en el partido por solo uno de las cabezas de serie nº2 y eso, al final, cuenta.
Tanto que, en el último empujón, Delfi creció todavía más y haciéndose acompañar de Bea, soltaron todo el miedo a ganar a base de grandes golpes y de fijar en el fondo a las rivales, apretando y, con una bola al cristal de Ale defendiéndose de un remate, poner el 6-2, 3-6 y 6-4 y convertirse en la única pareja en derrotar a las nº1 y nº2 en un mismo torneo y, además, imponerse en la final. Un logro que demuestra su gran crecimiento. ¡Enhorabuena!
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