El maltratador se hace, aprende e imita desde que tiene uso de razón el comportamiento que observa principalmente en casa. Traduce esa mala figura paterna: Dominante, de menosprecio, de agresión verbal o física en contra de su madre, en una forma natural de relacionarse con una mujer siendo adulto, o con sus amigas o novia durante la adolescencia.
Son mujeres a las que consigue engañar y atraer para que estén un día a su lado, para una vez culminado este objetivo, mostrarse como realmente son: Intolerantes. Son esas mujeres, que junto a ellos después, no tienen derecho a opinar diferente, a decidir qué hacer o a donde ir, a las que no se las permite ser ellas mismas o tener su propio espacio y en donde los celos afloran continuamente.
Por eso, estos comportamientos debemos entre todos de desterrarlos de una vez por todas, para que nuestros hijos, nuestros jóvenes no sigan imitándolos: Evitar frases, palabras, distingos, bromas de carácter sexista y que todavía hoy, públicamente se escuchan y que formaron parte del legado de una España en blanco y negro en la que las mujeres no podían abrir una cuenta corriente sin el permiso de su marido.
Con más frecuencia es asesinada una mujer a manos de un maltratador y parece que nos estemos acostumbrando a ello, casi a diario hay cientos de llamadas al teléfono 016, un número, el que marcan mujeres para denunciar que viven aterradas y otras que no pueden ni salir de su casa porque temen que ese hombre que aún dicen amarlas, pueda estar vigilante o lo que es peor, hacerlas daño. Esos hombres que se educaron con ideas machistas y de posesión y que más tarde creyeron que las mujeres sólo sirven para dar placer en la cama, debemos de decirles que están equivocados y que las dejen vivir en paz, porque una mujer no les pertenece ni antes ni después.
Se debe y se puede educar mejor a nuestros hijos, en casa , en la escuela, si realmente nos importa su futuro para que las cosas cambien, a los adolescentes que empiezan a relacionarse con chicas para que no copien malos ejemplos y los hagan suyos, afearles que no está bien por ejemplo, controlar el teléfono móvil de su novia ni que gritarlas en la calle les va a hacer más hombres, si no todo lo contrario: Y que ese camino a lo que conduce en el mejor de los casos, es a vivir en soledad y no por decisión propia. Se puede y se debe de educar en el respeto a las mujeres y sobre todo a aceptar un No por respuesta, cuando son decisiones de nuestras parejas, madres, hermanas, amigas… y luchar juntos, hombres y mujeres, en contra de esta lacra llamada violencia de género.
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