Los peces diádromos, que incluyen por ejemplo a los salmones, las anguilas o los reos, están disminuyendo en toda su distribución atlántica y la situación de su futuro es muy preocupante debido a la actividad humana y la amenaza adicional que supone el cambio climático.
Las partes interesadas y los responsables políticos europeos conocen muy bien los beneficios culturales o ecológicos que aportan estas especies migratorias entre aguas dulces y saladas. Sin embargo, la situación crítica de estas poblaciones en la vertiente atlántica europea demanda una actuación conjunta e inmediata para optimizar la gestión de estos recursos naturales.
En este contexto, el proyecto europeo DiadES, financiado por la Unión Europea ha sido el primero en el continente en analizar y valorizar en términos monetarios los servicios, conocidos como ecosistémicos, proporcionados por estos peces que se encuentran en declive.
El proyecto ha cubierto para ello todo el espacio atlántico europeo: el río Ulla en España, el río Minho/Miño en la frontera hispano-portuguesa, el río Mondego en Portugal, el río Loira y la cuenca de los ríos Gironde-Dordoña-Garona en Francia, los ríos Tamar, Frome y Taff en Reino Unido y el sistema Waterford harbour-Three sisters en Irlanda y los ríos guipuzcoanos. Este último caso de estudio ha sido liderado por AZTI con el apoyo de la Diputación de Gipuzkoa, socio asociado del proyecto.
“Clásicamente se tenían identificados servicios ecosistémicos de aprovisionamiento, como el suministro de alimentos; de regulación, como el intercambio de nutrientes entre los hábitats costeros y continentales; y culturales, como la pesca recreativa. Sin embargo, existen pocas estimaciones monetarias de la importancia de estos servicios para convencer a los responsables de aplicar una gestión aún más ambiciosa. Según nuestro estudio, solo con algunos de los servicios ecosistémicos que hemos identificado, su valor ascendería, en Gipuzkoa por ejemplo, de un mínimo de 25 millones de euros”, ha destacado la investigadora de AZTI, Arantza Murillas.
Los primeros resultados del proyecto sugieren que los servicios culturales son cada vez más importantes, ya que estas especies generan importantes beneficios inmateriales vinculados con los festivales gastronómicos, las asociaciones de personas en torno a estos recursos, la educación e investigación medioambiental, el conocimiento y empleo de técnicas de pesca tradicionales o incluso, al patrimonio natural. Todo ello hace que el denominado valor de legado asociado a estos recursos sea de gran relevancia, mayor incluso que los valores monetarios asociados a otros servicios más tradicionales (como la provisión de recurso, aunque no tenga un destino comercial).
“Mejorar e incorporar a la gestión de estos recursos y sus pesquerías la evaluación de los servicios ecosistémicos relacionados con los peces diádromos, incluida toda la diversidad de servicios ecosistémicos a los que contribuyen las especies y la salud de los hábitats que las sustentan, es una necesidad importante para avanzar hacia un enfoque ecosistémico de su gestión”, añade Murillas.
Atlas interactivo y juego de rol
La iniciativa, que ha contado con la participación de personal investigador en aspectos ecológicos y de economía ambiental, ha desarrollado dos herramientas digitales que facilitan una gestión a largo plazo y a gran escala de las especies diádromas.
Por un lado, se ha producido un atlas web interactivo (https://iwa.diades.org/) que pone a disposición de todos los públicos los principales resultados del proyecto: la distribución actual de los peces de estudio tanto en el mar como en los ríos de la costa atlántica europea; la identificación y una primera estimación semicuantitativa de los servicios ecosistémicos asociados a las especies diádromas en los nueve casos de estudio; y la distribución hasta 2.100 en la costa atlántica para dos escenarios climáticos.
“Es una herramienta fácil de usar que pretende sensibilizar a los usuarios sobre los riesgos de pérdida de recursos y servicios ecosistémicos debidos al cambio climático”, ha subrayado la investigadora de AZTI.
Por otro lado, se ha creado el serious game DiadESland, un juego de rol formativo en el que los jugadores y las jugadoras asumen el papel de gestores de cuencas hidrográficas y se responsabilizan de llevar a cabo una estrategia de gestión a lo largo de 60 años teniendo en cuenta los objetivos de biodiversidad y los niveles de servicio ecosistémico a alcanzar.
El objetivo del juego, que se ha probado en una veintena de sesiones en los cinco países del proyecto con diferentes perfiles (investigación, gestión, cargos electos, pesca, profesorado, estudiantes y asociaciones), es llevar a las partes interesadas y a los gestores a considerar escenarios de gestión alternativos en un entorno sometido a cambios globales, a lo largo del tiempo y a gran escala.
Financiado por el programa europeo Interreg Espacio Atlántico, DiadES ha contado con un presupuesto de cerca de 3 millones de euros y un consorcio liderado por INRAE y formado por 10 socios de los cinco países europeos de la vertiente atlántica: Portugal, España, Francia, Irlanda y Reino Unido.
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