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El ADN, la molécula de la vida que revolucionó la ciencia

A 72 años del descubrimiento de la doble hélice, destacamos su legado, los avances recientes y el futuro que nos anuncia la genética
Redacción
viernes, 25 de abril de 2025, 09:51 h (CET)

Cada 25 de abril, el mundo conmemora el Día Internacional del ADN, un tributo al hallazgo que cambió para siempre nuestra comprensión de la vida: la estructura de doble hélice del ácido desoxirribonucleico (ADN). En 1953, James Watson, Francis Crick, Rosalind Franklin y Maurice Wilkins desentrañaron este enigma biológico, sentando las bases de la genética moderna. Pero ¿qué hace al ADN tan extraordinario? ¿Cómo ha evolucionado su estudio en siete décadas? Y ¿qué nos promete para el futuro?


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ADN: el manual de instrucciones de la vida


El ADN es una molécula larga y enrollada que contiene las instrucciones genéticas para el desarrollo, funcionamiento y reproducción de todos los organismos vivos. Está compuesto por cuatro bases nitrogenadas —adenina (A), timina (T), citosina (C) y guanina (G) —, que forman pares (A-T y C-G) en una escalera retorcida: la doble hélice. Estos pares se organizan en aproximadamente 3.000 millones de combinaciones en humanos, almacenadas en 23 pares de cromosomas.


Según el Proyecto Genoma Humano (2003), nuestro ADN alberga entre 19.000 y 20.000 genes codificantes de proteínas, aunque solo el 2% del genoma cumple esta función. El resto, alguna vez llamado "ADN basura", hoy se sabe que regula la expresión génica, influyendo en procesos como el envejecimiento o la respuesta al entorno. En 2023, el consorcio Telómero-a-Telómero (T2T) completó la secuenciación del genoma humano al descifrar regiones previamente inaccesibles, revelando nuevas claves sobre enfermedades hereditarias.


1953: el descubrimiento que reescribió la biología


La historia del ADN es también una de rivalidades y reconocimientos tardíos. En 1953, Watson y Crick publicaron en Nature el famoso modelo de doble hélice, basado en datos críticos de Rosalind Franklin, cristalógrafa británica cuyo trabajo con difracción de rayos X (la "Fotografía 51") evidenció la estructura helicoidal. Franklin, fallecida en 1958, no fue incluida en el Nobel de 1962, pero su legado hoy se reivindica como pilar de la genética.


El descubrimiento no solo explicó cómo se transmite la información genética, sino que abrió la puerta a la ingeniería genética, la medicina personalizada y la biotecnología.


De la doble hélice a CRISPR. Revoluciones en la ciencia


En las últimas décadas, el ADN ha sido protagonista de avances asombrosos. La técnica CRISPR-Cas9, desarrollada en 2012 y constantemente perfeccionada desde entonces, permite editar genes con una precisión sin precedentes. En 2023, la FDA aprobó la primera terapia CRISPR para la anemia de células falciformes, y en 2024, se aplicó experimentalmente en modelos animales con potencial para corregir mutaciones asociadas al Alzheimer.


La medicina forense también se ha transformado. Bases de datos de ADN como GEDMatch —usada en 2018 para identificar al Asesino del Golden State— hoy permiten resolver crímenes antiguos con técnicas modernas. En 2025, se estima que hasta el 70% de las investigaciones policiales en Europa incorporan análisis genéticos, según informes de tendencias forenses.


Pero no todo son aplicaciones prácticas. El ADN antiguo ha revolucionado la antropología: en 2022, se secuenció ADN de restos de hace 2 millones de años en Groenlandia, y en 2024, un estudio en Cell reveló que los humanos modernos portamos hasta un 2% de ADN neandertal, vinculado a respuestas inmunitarias y adaptaciones climáticas.


Epigenética: cuando el entorno escribe en el ADN


La epigenética —cambios en la expresión génica sin alterar la secuencia de ADN— ha emergido como un campo crucial. Factores como dieta, estrés o contaminación modifican marcas químicas (como grupos metilo) en el ADN, afectando desde el riesgo de cáncer hasta el envejecimiento. En 2025, empresas especializadas en análisis epigenéticos ofrecen test que predicen la edad biológica mediante estos marcadores, mientras estudios recientes vinculan traumas infantiles con huellas epigenéticas detectables décadas después.


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Sintetizando la vida: el futuro del ADN


La biología sintética promete revoluciones aún mayores. En 2023, científicos del Instituto J. Craig Venter crearon el primer genoma artificial de una bacteria funcional. Para 2025, existen empresas que diseñan ADN personalizado para producir enzimas capaces de degradar plásticos o generar combustibles limpios.


Además, el almacenamiento de datos en ADN avanza rápidamente: Microsoft y ETH Zürich han logrado guardar 500 TB en un gramo de ADN sintético, una tecnología que podría en el futuro reemplazar los servidores tradicionales, combinando eficiencia energética y durabilidad.


El ADN como faro científico


Desde su descubrimiento en 1953, el ADN ha sido clave para entender la vida, curar enfermedades y explorar nuestro pasado. Aunque surgen dilemas éticos —como la edición germinal o la privacidad genética—, su potencial es inmenso. Como escribió Watson en su relato autobiográfico La doble hélice: “Habíamos descubierto el secreto de la vida”. Y ese secreto, hoy más que nunca, ilumina el camino hacia un futuro donde la genética no solo explica la vida, sino que la transforma.

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