“No hay médicos, ni los están buscando. Son los recortes”, una afirmación que sintetiza una carencia clave y común a todas las comunidades autónomas de nuestro país. Son los recortes acumulados desde 2010. Para muestra, dos botones de dos colores, Andalucía y Asturias.
En Andalucía -nos dice el Sindicato Médico Andaluz (SMA)- el estrepitoso fracaso de la oferta del Servicio Andaluz de Salud (SAS), efectuada en mayo, de plazas vacantes a los médicos que terminan su especialidad con la intención retenerlos en la sanidad pública, abocará a la sanidad pública andaluza, si no hay rectificación, a una grave crisis. Son los recortes acumulados.
En Asturias -nos dice Jaime M. Menéndez, médico interino de Atención Primaria- el principal problema es la falta de personal. Ningún centro de salud tiene nunca las consultas médicas atendidas al 100% (salvo muy excepcionalmente), porque siempre falta una o más por cubrir. Las guardias en los centros de salud no se llenan en su totalidad, y se pide a los facultativos que prolonguen su jornada ‘voluntariamente’. Las jubilaciones no superan a las incorporaciones de médicos en Atención Primaria. Son los recortes acumulados.
Con el PP en Andalucía
En la sanidad pública andaluza, los principales problemas son -según la Marea Blanca de Andalucía- la falta de personal y todas sus consecuencias, saturación asistencial, listas de espera para especialidades, tiempos de demora en la atención primaria y el poco tiempo dedicado a los pacientes. En Andalucía gobierna el PP. La causa determinante son los recortes acumulados que han venido sufriendo los presupuestos de la sanidad pública.
La situación de la Atención Primaria es de desbordamiento. Faltan médicos porque los contratos que se ofrecen no son estables y quienes tiene plaza se están jubilando sin tener suficientes profesionales para sustituirlos. Y como no hay médicos suficientes, los cupos de usuarios que han de atender tal plantilla disminuida están disparados en la mayoría de ambulatorios.
La decisión del gobierno autonómico andaluz de abrir la atención primaria a la sanidad privada fue la chispa que desencadenó las movilizaciones del pasado 25 de marzo de decenas de miles de ciudadanos en las ocho capitales provinciales andaluzas convocadas por la Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas para denunciar el proceso de “privatización silenciosa”.
Por eso, se ha producido un aumento significativo de los seguros privados de salud. En Andalucía hay ya casi dos millones de pólizas de seguros privados y cerca de un 33% del gasto sanitario total es gasto sanitario privado. El deterioro de la sanidad pública, las listas de espera y la escasa calidad asistencial han empujado a mucha gente a suscribir pólizas de este tipo.
Un paso atrás ante las movilizaciones
Recientemente el gobierno autonómico andaluz de Moreno Bonilla ha echado marcha atrás y en el proceso negociador ha aceptado cambiar la orden que externaliza la Atención Primaria, eliminando del texto las referencias a la Atención Primaria y a la posibilidad de que empresas privadas trabajen con medios públicos. Todo ello en un preacuerdo con cuatro sindicatos: UGT, CCOO, CSIF y el de enfermería Satse. Sin embargo, el SMA no lo ha firmado.
Para el SMA las condiciones laborales y retributivas que ofrece el SAS son cada vez menos atractivas para los nuevos especialistas. Contratos temporales, retribuciones poco competitivas, horarios rígidos y turnos rotatorios que imposibilitan la conciliación del trabajo con la vida familiar, una política de incentivos contraproducente y una carrera profesional burocratizada y desconectada de la práctica clínica son algunos de los factores que explican la huida de los médicos de la sanidad pública. De hecho, estudios recientes revelan que la edad media de los médicos ya es inferior en el ámbito privado que en el público.
Con el PSOE en Asturias
Posiblemente la sanidad pública asturiana sea mejor que la madrileña y la andaluza, pero ciertamente es bastante peor de lo que era antes de la crisis y los recortes de 2010. Y tiene los graves problemas comunes a todas las comunidades autónomas en España. Asturias es la comunidad española con más inversión pública por habitante. Sin embargo, hay un importante aumento de los seguros privados, que actualmente están creciendo por encima de la media nacional. En 2019 había 152.495 personas con seguro privado, en 2020 subió a 155.202 y en 2021 se elevó a 164.481.
En palabras de Jaime M. Menéndez: “En los hospitales hay listas de espera impresionantes como en el servicio de traumatología y, lo que es peor, en servicios básicos como radiología. Las recientes mejoras han consistido meramente en que haya menos diferencias de carga de trabajo entre los médicos ya establecidos y las nuevas incorporaciones, lo que hace que el puesto sea menos rechazable para los nuevos porque reparte la carga asistencial de forma un poco más igualitaria. Pero médicos no hay ni los están buscando. E igual pasa con los administrativos”. Son los recortes acumulados.
Que no nos confundan en tiempos electorales. Porque se necesita personal sanitario -una necesidad en todo el territorio nacional- gobierne quien gobierne. Porque la emigración no puede ser la mejor alternativa para las nuevas enfermeras, fisioterapeutas y médicos. Esa es la misma demanda pendiente en toda España.
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