Yo la conocía desde siempre. Compartió el bachillerato en las Teresianas con mi hermana y después siguieron siendo muy amigas hasta el día de hoy. Cada año se reunían en alguna ocasión para rememorar viejos tiempos. Pronto dio paso a la “Mari Tere” que todos recordamos. Aquella que se incorporó rápidamente a “la radio de la juventud”, nombre por el que era conocido aquella radio-escuela de la calle Alarcón Luján, que hizo famosos a un montón de jóvenes locutores locales, en unos tiempos sin televisión y en el que las grandes cadenas copaban los espacios de radionovelas y concursos. Unos prometedores jóvenes malagueños que inundaron las ondas con unos programas cercanos, herederos de los grandes espacios de Radio Nacional y de la SER. Diego Gómez, Domingo Mérida y Mari Tere pusieron en marcha los nuevos espacios publicitarios, los concursos de copla y los certámenes de canciones. En aquellos tiempos se daban premios tales como “un durito de la casa Sobrinos de Félix Sáenz”, en Radio Nacional imperaba “Tobogán” y las tertulias taurinas de D. Juanito y el “enterao”, Con Juan Bautista Ocaña y José Luís Navas entre otros. Más tarde, todos ellos prosperaron en los medios. Mari Tere más que nadie. Su paso por los veranos del Tivoli, concluyo con su acceso a la televisión y el desarrollo de una fulgurante carrera que todos conocemos. Todos ellos crearon un gran revuelo en la vida radiofónica malacitana. Trajeron frescura e innovación a unas radios cuadriculadas y llenas de mensajes subliminales. Todos los que teníamos inquietud por la comunicación, envidiamos a aquellos pioneros, que después han sido el germen de un montón de gente de la radio y la televisión, que han tomado el relevo de aquella maravillosa generación. Uno, que es un modesto conductor de algún espacio radiofónico, se siente muy orgulloso de haber aprendido algo de aquella generación de gente de la radio. Descansa en paz Mari Tere. La nieta del de La Riojana.
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