Entre las figuras retóricas, que en política aumentan la expresividad de frases, hay dos que retratan lo ocurrido con Meritxell Batet, expresidenta del Congreso de los Diputados y diputada frustrada para la XV Legislatura que empieza: Gambito de dama, lance que en el juego de ajedrez sacrifica una pieza para lograr una posición favorable. Y ‘echada al cesto de la guillotina’, una cuba para recoger las cabezas cortadas por decapitación en un ingenio atribuido al cirujano y diputado francés J. Ignace Guillotin, que no inventó el artilugio, aunque lo propusiera para, misericorde, cortar cabezas ahorrando dolores.
Pudiera ser que Sánchez se haya cargado a Meritxell en beneficio propio, ofreciendo su cabeza al independentismo catalán. Una razón que, impulsada por medios próximos al Gobierno, ha circulado durante un tiempo. Estaríamos ante un gambito de dama: Batet sacrificada para conseguir un nuevo gobierno Sánchez. En contra, la gresca de los independentistas catalanes, ERC y Junts per Catalunya, con elección autonómica a la vuelta de la esquina. Y la realidad de la que fue hasta hace unos días tercera autoridad del Estado: cincuenta años, en la cima, carrera política truncada. Reticente, había que buscar. Aparecía Puigdemont con las carantoñas comunistas de la vicepresidenta segunda, que suma o lo intenta. Además, el pacto del gobierno PSOE-UP con el fugado a Waterloo en el maletero de un coche. Y la Oposición, por ahora leal. Para explorar posiciones, en algún círculo se especuló con la posible intervención de actores. Internos y externos: Dinero nacional o extranjero. Asuntos e intereses empresariales de toda condición y tipo, incluso fondos de inversión usados por bancos. Estrategia diplomática por zonas de influencia, o a lo bestia. Clubs sociales. Rotarios adinerados. Hasta la masonería, de acá y allá, con logias supuestas o inventadas: belga, francesa o madrileña. Siguiendo una pista sugerida por un abogado famoso, comida el viernes: Ceviche y pollo en un restaurante peruano, cerca de la estación del metro madrileño de Oporto. Con el café, pregunta a un corresponsal parlamentario en el Congreso de los Diputados, llevado sin pinzas, atento al PSOE desde la transición, próximo al socialismo de antes de ayer; y, autoridad, magister al que aprovechar y resguardar. A quemarropa:
- ¿Por qué Sánchez sacrifica a Batet? - No es Sánchez. Se quemó ella, cuando echó del Congreso al canario de las rastras. No hay gambito de dama. Ella puso su cabeza bajo la guillotina. Puede que cuando lo hizo supiera por qué; o que obedeciera. Se quemó entonces, no ahora. A su lado, analizando hechos y aprendiendo, vimos seis concatenados: Juan Carlos Campo, exministro de Justicia es la pareja sentimental de Batet. En su puesto, de magistrado del Tribunal Constitucional, puede oler lo que se hace allí. La controversia parlamentaria entre Batet y Unidas Podemos surgió por la retirada del escaño al canario Alberto Rodríguez. Unidas Podemos denunció por prevaricación a Meritxell Batet. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la posible prevaricación de Matet, está a punto de salir. Desconocida pero analizada, la fecha de publicación influye en el futuro político inmediato: Investidura Feijóo. En perspectiva otra de Sánchez. O repetición de elecciones generales. Desde esa realidad, seguimos para entrever el devenir de Batet y su carrera política. Pase lo que pase con el resultado de investiduras o elecciones, condenada o absuelta, sus posibilidades menguan. Sin cargo político adecuado. Coto al Consejo de Estado. Restricción a acogida en albergues-cementerios de elefantes. Barrera a chollos. Etcétera. Solo actividad privada. Mientras dure la condena si es adversa. Y siempre. Después, ya prescrita o a punto de olvido, si se atreve o quiere, podrá seguir. Con su biografía de méritos y rémoras. Gambito de dama, o testa en el cesto de la guillotina. La noticia es que la última presidenta del Congreso de los Diputados deja la política en primera fila, según dice ella. Sin más y, quiero creer, sin saber qué va a decidir la sentencia pendiente. Faltan por saber otras cosas, que conoceremos más pronto que tarde. Entre ellas, aunque no sea la más importante, si la ofrenda Meritxell del PSOE es a Podemos, o a otros.
|