Los datos de inflación vienen a confirmar lo que teníamos de forma adelantada. Al final vemos que la inflación se eleva hasta el 2,6% en agosto y la subyacente corrige una décima hasta el 6,1%. Esto no quiere que los precios no estén subiendo, sino que suben de forma más suave en el caso de la subyacente, mientras que la inflación general crece con más fuerza.
Es cierto que parece que España se consolida en Europa como esa economía que crece más y disfruta ahora mismo de una menor tasa de inflación, pero no olvidemos de dónde venimos. En términos de crecimiento, si partimos desde la pandemia, aún estamos muy lejos de lo que han recuperado el resto de países europeos. De todas formas, ahora mismo lo que se confirma es que son los carburantes los que impulsan la inflación general y será necesario seguir vigilando la evolución en los próximos meses, donde la veremos que cuesta cada vez más que baje la inflación y de nuevo se centrarán las dudas en si el BCE subirá o bajará los tipos de interés.
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