La tarde del día 26 fue única. En el ambiente se mezclaban calores varios, de verano incipiente, de prisas por llegar a Madrid con tiempo para votar; y de votantes desilusionados o medrosos.
A última hora de la tarde, me senté en la terraza de un bar y antes de que llegara el camarero sonó el aviso del WhatsApp con un anuncio: “La primera vez que Mencía vota”.
Lo abrí y descubrí la fotografía de la neófita votante. Guapa, tipazo, con el pelo largo cayéndole por los hombros y la mirada de mujer inteligente, entregaba su voto. Pero en la fotografía había dos hechos llamativos: El trío generacional. Y los adornos colgados en la pared.
El trío lo formaban Mencía, Mamen y María Esther. Nieta, madre y abuela. Tres generaciones de la misma familia ante una urna.
Y en la pared del colegio electoral, creo que de unas monjas no sé por qué reverendas, había unos adornos que la casualidad había puesto ante la cámara: Pitufos. Uno, con una especie de coleta, tocaba la flauta. Otro llevaba un farol y un pico. Y un tercero, que estaba escondido. Para memorizarlo, resumí: Perro-flauta sin flauta. Iluminado con herramienta en la izquierda. Y el de “para estar escondido”, que es un dicho de un amigo que, además del “para estar escondido”, tiene algunos otros adjetivos expresivos: “tonto a las tres”, “carda ovejas”, “pelamanillas” o “grillo canta siestas”.
Me pareció tan singular que pinché en respuestas y escribí: “¡Felicidades, adulta!. Guarda la foto. Puede ser “foto de futuro”.
Miré lo enviado, repasé la foto y los colgados de la pared y volví a escribir: “¡COÑO!, se me habían pasado los pitufos”.
Después, cogí un periódico que había en la silla de al lado. Era El Mundo del día, con la página doble que obliga al desdoblaje y al escorzo. Alguien, sin mucho interés, lo había dejado doblado por la pagina 8. Allí, en medio de la página, estaba la fotografía de mi paisana Lucía Méndez bajo un título: “Elecciones de vuelta con algunos cambios”. Lo leí. E iba por los abajos de la tercera columna cuando me topé con un anuncio.
Casualidad: las tres últimas palabras de la columna del artículo de Lucía y el texto del anuncio parecían fruto del pitorreo de algún duende de la tipografía, acaso molesto con el diablillo informático de turno:
“El infructuoso acuerdo - terminaba Lucía y seguía el anuncio en letras blancas y azules sobre fondo negro - ¿Problemas de Erección? ¿Eyaculación Precoz?. Una única consulta para obtener el diagnóstico”.
Terminé el artículo y me olvidé de él. Hasta la mañana siguiente.
Como no hay dos sin tres, ni siquiera en asuntos electorales, tras los pitufos (en pared de Colegio de monjas Reverendas) y los no acuerdos (por problema eréctil o anomalía eyaculatoria), apareció una proclamación sublime: “Si hay terceras Elecciones, no habrá terceras encuestas”.
Ocurrió en el Ritz. Allí habían ido a explicar, o tratar de hacerlo, los resultados electorales y los porqués de los errores de las encuestas dos sociólogos: Narciso Michavila, que es Presidente de Gad3; y José Miguel de Elías, que es Director de Investigación y Análisis de Sigmados.
Mientras ellos hablaban, también vía WhatsApp, alguien puso en órbita una imagen mucho más interesante que lo que decían, y no decían, sobre todo lo que no decían, los sociólogos. Se difundía la instantánea de una reverenda, posiblemente oblata, con la cara y barba de Pablo Iglesias y toca blanca, que madrugaba intereses sociológicos y conclusiones con un texto sencillo: “Podemos pone a la venta estampitas de Sor Paso. SOR PASO MADRE DE LA IZQUIERDA (2014 - APOCALIPSIS)”
Es posible que ése fuera el origen del mensaje afligido de uno de los sociólogos que, especialista en comportamientos y equivocaciones ajenas, ha errado estrepitosamente con sus compañeros de profesión.
Un mensaje que hace recordar al diablillo que se coló en medio del artículo de una zamorana y que, claro sobre fondo negro, ponía consistencia para compensar la incapacidad para “lanzar con rapidez y fuerza el contenido de un órgano humano”, que es la definición de “eyacular”.
Y a unos pitufos que están bien como adornos de pared, pero que, sin consistencia, sólo son pitufos: Los Pitufos en la pared del 26-J.
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