Las estrategias políticas de Estados Unidos en relación con Rusia han experimentado fluctuaciones y cambios significativos a lo largo de los años, influenciadas por factores geopolíticos, cambios en el liderazgo y acontecimientos internacionales. El recién fallecido Kissinger, que fue Secretario de Estado en USA, habla con mucha claridad de la doctrina de la contención y como se ganó contra URSS por el espíritu americano a pesar de las distintas opiniones. Esta doctrina fue una estrategia política y militar que se desarrolló durante la Guerra Fría con la Unión Soviética. George F. Kennan fue quien dijo que los Estados Unidos deberían adoptar una política de contención para resistir la expansión de la influencia soviética: no luchar abiertamente, sino contener la expansión del comunismo y la influencia soviética en todo el mundo, y así con el tiempo las tensiones internas y las contradicciones dentro del sistema soviético llevarían a su declive (como así fue). La contención no se limitaba a la acción militar; también incluía medidas diplomáticas, económicas y de propaganda.
Esta ha sido la tónica de USA a lo largo del tiempo: frenar la propagación del comunismo mediante la cooperación con aliados y el fortalecimiento de las instituciones democráticas y capitalistas. Lo que me parece interesante es que todo esto se forja en 1947, cuando Europa está fascinada con la URSS, sin creer las atrocidades que había dentro y fuera de la corporación comunista. Cuando vemos el fracaso de Estados Unidos en Vietnam y la injusta matanza que hubo, quizá no tenemos el contexto de esta estrategia para aplicar en las crisis internacionales causadas por el expansionismo ruso de querer conquistar los países colindantes, como también hicieron con Corea. Digamos que USA hizo un papel de “sheriff del mundo” para evitar que cayera en manos de aquel sistema comunista con hambre de expansión.
Kissinger estuvo implicado tanto con la contención, como también con la Diplomacia de la Distensión, estrategia que buscaba reducir las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética a través de acuerdos de limitación de armas y la mejora de las relaciones bilaterales. También con ese fin se fortaleció la OTAN, para hacer frente a aquel peligro. Parecía que con 1989 y la caída del muro de Berlín la OTAN era solo una galería de vanidades, pero se ha vuelto a activar... Habla muy bien Kissinger de que el sistema soviético "invariablemente ha producido estancamiento, corrupción y un nuevo tipo de sistema feudal." Pero por desgracia no han sabido gestionar la crisis política (conversión) y muchos de la antigua federación rusa desearon la vuelta del comunismo lo que enaltece a Putin. Las complejidades y desafíos asociados con la transición de la Unión Soviética a la Federación Rusa y la evolución del sistema político y económico en esa región son muchas, pues la transición de un sistema socialista a uno basado en el mercado es un proceso complicado y desafiante. La desaparición de estructuras y servicios que eran comunes en la era soviética puede haber creado dificultades para algunas personas, especialmente si no se han establecido sistemas alternativos efectivos. Nos cuesta entender eso desde fuera, pero el sistema funcionaba a base de unos servicios comunes que todavía existen como la calefacción centralizada en la ciudad para todos los ciudadanos, pero no ha habido por desgracia un cambio al sistema de mercado y muchas personas se han encontrado engañadas, viviendo en pobreza, por no tener estructuras adecuadas. Así ha aparecido una nostalgia hacia la anterior era comunista, en algunos casos, que puede deberse a la percepción de que ciertos aspectos de la vida eran más estables o predecibles en ese momento. La caída del comunismo también trajo consigo transformaciones socioeconómicas que afectaron a diversas capas de la sociedad. Y es que la transición al capitalismo en Rusia ha seguido siendo una política de castas: los antiguos mandatarios han seguido llevando el poder, y la aparición de desigualdades económicas sigue existiendo. Mientras que esta nueva oligarquía de poder ha prosperado en el nuevo sistema, otros han enfrentado dificultades económicas y pobreza. La falta de una redistribución efectiva de la riqueza y la propiedad ha contribuido a estas disparidades. La mayor parte de los recursos está en manos de los llamados tetrarcas que dominan los combustibles fósiles, bancos, industrias principales…
La figura de Vladimir Putin ha sido central en la política rusa desde el cambio de milenio. Algunos ciudadanos pueden percibir su liderazgo como una fuente de estabilidad en comparación con las incertidumbres de la década de 1990. Sin embargo, este período también ha sido criticado por restricciones a la libertad política y de prensa. Los cambios legales que ha provocado para seguir en el poder cada vez más tiempo también son preocupantes. La transición hacia una democracia plena y un sistema de mercado eficiente puede llevar tiempo y enfrentar diversos obstáculos. El establecimiento de instituciones democráticas sólidas y la gestión transparente y responsable de la economía son aspectos cruciales para el desarrollo sostenible. Es fundamental comprender la complejidad de estos procesos de cambio político y económico y reconocer que las percepciones y experiencias pueden variar entre los ciudadanos rusos. La gestión de la transición y la construcción de un sistema político y económico justo y eficiente son desafíos continuos que requieren un enfoque cuidadoso y equitativo. Estados Unidos en su papel de sheriff del mundo occidental no lo hizo bien todo ni mucho menos, pues se deja guiar además por intereses económicos. Así, no supo ser muy oportuno en Asia, y esto lo señala también Kissinger: "después de retirarse de tres guerras (Vietnam, Irak, Afganistán) en dos generaciones –cada una iniciada con aspiraciones idealistas y amplio respaldo público pero terminando en trauma nacional– Estados Unidos tiene problemas para definir la relación entre su poder (todavía enorme) y sus principios”. El ex Secretario americano señala que Rusia se mueve en ciclos de expansionismo que le han hecho añadir muchos miles de kilómetros cuadrados anuales a su territorio entre 1552 y 1917 (llegando de Europa a América, con 22 millones de kilómetros cuadrados). Una tendencia que se ha mantenido de forma llamativamente consistente “desde Pedro el Grande hasta Vladimir Putin” (ver su libro de 2015: “Orden mundial: Reflexiones sobre el carácter de las naciones y el curso de la historia”, trad. castellana en editorial Debate). Noto que al análisis de Kissinger le faltan datos importantes: fue la tenacidad del "farol" de Reagan del "escudo nuclear" y sobre todo de Juan Pablo II de ofrecer una resistencia moral ante el sistema soviético, lo que junto a Gorvachov provocó la caída del sistema. Henry Kissinger no es conocido por haber hablado extensamente sobre el papel específico de ellos en la conversión de la Unión Soviética. Sin embargo, es cierto que estos tres líderes desempeñaron papeles clave en eventos que contribuyeron a la transformación y eventual disolución de la URSS. - La presidencia de Ronald Reagan en Estados Unidos (1981-1989) fue marcada por una postura firme contra la Unión Soviética. Su política de confrontación militar y económica, conocida como "Reaganomics" y "la carrera armamentista", presionó económicamente a la URSS y contribuyó a la escalada de la Guerra Fría. Sin embargo, más tarde, en su segundo mandato, Reagan adoptó una postura más conciliadora, buscando una relación más constructiva con Gorbachov. - Gorbachov asumió el cargo de líder de la Unión Soviética en 1985. Su programa de reformas conocido como "Perestroika" buscó modernizar y reformar la economía soviética, mientras que la política de "Glasnost" permitió una mayor apertura y transparencia. Gorbachov también buscó una reducción de tensiones con Occidente y un desarme nuclear. Su liderazgo y la adopción de políticas reformistas fueron fundamentales para el cambio en la URSS. - El Papa Juan Pablo II (Karol Józef Wojtyła), desempeñó un papel significativo en la resistencia anticomunista en su Polonia natal. Su apoyo a los movimientos pro-democracia y su posición moral influyeron en la conciencia política en Europa del Este. Su reunión con Gorbachov en 1989 también se considera un hito simbólico en el proceso de cambio. Estos líderes influyeron de manera significativa en eventos que llevaron a la transformación de la Unión Soviética y al fin de la Guerra Fría. El cambio en las políticas de Reagan, la visión reformista de Gorbachov y el papel moral y de resistencia del Papa contribuyeron a un período de cambios fundamentales en Europa y en el escenario mundial. La caída del Muro de Berlín en 1989 y la disolución de la URSS en 1991 son hitos clave que marcan la culminación de este proceso. Pero después de unos años, ha seguido ese afán expansionista o de conflicto que siempre ha tenido, durante todos esos siglos, con los países colindantes: - Después del colapso de la Unión Soviética, Chechenia buscó independizarse de Rusia. Esto condujo a dos guerras chechenas (1994-1996 y 1999-2009) en las que Rusia buscó mantener su control sobre la región. El conflicto de Chechenia marcó un punto temprano de tensión y resistencia a la influencia rusa en la región del Cáucaso. - En 2008, se produjo un conflicto armado entre Rusia y Georgia en torno a las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia. Rusia intervino militarmente y reconoció la independencia de estas regiones, lo que llevó a tensiones con la comunidad internacional. La complejidad de la situación y el miedo de una escalada hizo que no hubiera intervención internacional. Pienso que esto ha hecho que esta falta de “contención” en los conflictos expansionistas rusos recientes, ha hecho que la Rusia de Putin se sintiera valiente para atacar posiciones de Europa en los últimos años. - Así, la guerra civil en Siria, que comenzó en 2011, ha involucrado a actores regionales e internacionales, incluidos Rusia y Estados Unidos. En este caso, las potencias occidentales y la OTAN han estado involucradas en formas indirectas, como el apoyo a grupos rebeldes moderados y la realización de operaciones militares contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS). La presencia rusa en Siria, a partir de 2015, ha sido un factor adicional que ha complicado el panorama. - Y por último, tras la revuelta en Ucrania y la salida del presidente pro-ruso Viktor Yanukovych en 2014, Rusia anexó la península de Crimea, que anteriormente pertenecía a Ucrania. Este acto fue condenado por gran parte de la comunidad internacional y llevó a sanciones económicas contra Rusia, y la OTAN ha fortalecido su presencia en Europa del Este. Se desató primero un conflicto en el este de Ucrania entre fuerzas respaldadas por Rusia y el gobierno ucraniano. Rusia negó su participación directa, pero ha sido acusada de apoyar a los separatistas en la región de Donbás. Con la excusa de la protección de minorías étnicas rusas y en la defensa de sus intereses estratégicos, la Rusia de Putin ha invadido Ucrania en la guerra que sigue hoy en 2023. Estados Unidos, con la OTAN y la Unión Europea están haciendo frente a la invasión rusa en Ucrania. El atentado atroz causado por el grupo terrorista Hamas en noviembre de 2023 ha causado un conflicto con Israel. Como mar de fondo está la formación del posible Estado de Palestina, que a los países islámicos no les interesa reconocer para no reconocer al israelita. Apoyado por Irán y otros grupos armados islamistas está en contra de Israel, que en la formación de su Estado ha invadido y pone ocupaciones o enclaves de judíos en territorio de Cisjordania, lo que está generando más odio; la ocupación del territorio palestino alargará más y más el conflicto. Israel se está defendiendo de la agresión terrorista y está contraatacando (sin proporcionalidad, matando a muchos civiles) en el territorio de Gaza. Esto puede favorecer a Putin en cuanto que quiere hacer la comparación entre su acción en territorio ucraniano y la de los judíos. La debilidad del potencial económico de la actual Rusia y el complejo sentido expansionista de la actual China que sí es pujante en lo económico hace que el conflicto se relativice, pues USA está pensando en seguir con su hegemonía mundial vigilando de cerca al gigante asiático. Esto muestra la interconexión de los conflictos regionales con las dinámicas geopolíticas globales. Una visión de esa zona conflictiva siempre es compleja y multidimensional pues el conflicto en Israel se conecta con otras realidades geopolíticas.
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