Existe alguien peor que Jigsaw, más retorcido y perturbado. Sí, y es una mujer . Y no es Amanda. John Krammer vuelve a sus orígenes, la saga vuelve a contar la historia como lo hacía antes. Antes de que se volviera inverosímil, de que empezaran a entrar otros personajes y desapareciera la esencia pura de esta franquicia, para los aficionados a la saga y a Tobin Bell. Y, precisamente por eso, es estupenda.
De hecho la imagen del cartel de presentación de esta parte no tiene nada que ver con la película en sí ni con ninguna de las torturas, pero ya sabemos la tendencia morbosa y melodramática de los cineastas a vender algo por puro marketing.
Vamos a jugar a un juego
Cuando Saw formaba parte de su propio juego, confundiendo a los participantes, haciéndoles creer que era un muerto más, desvelando el premio final, el giro, en una secuela que se deja de líos argumentales y vuelve a las raíces, lo que le gusta a los fans. Vuelta a lo original.
Porque sus sucesores, esos que sobrevivían a las pruebas o que tenían algún enlace con el propio Krammer, eran aún más retorcidos que su maestro y no concedían la supervivencia en las pruebas. Estaban mal planteadas.
¿En qué momento se desarrolla esta parte?
La acción transcurre entre los episodios 3 y 5 ya que hay un salto. Como una especie de spin off del propio Krammer recuperándose así mismo.
Sabemos que John Kramer estaba enfermo de cáncer y muere al final de la parte III como consecuencia del tumor cerebral, de hecho dentro de su cabeza había dejado una grabación para explicarlo todo. Pero en esta ocasión, regresamos a ese pasado en el que John está enfermo de cáncer y desesperado acude a un supuesto médico especialista en un tratamiento experimental revolucionario que lo cambiará todo.
Eso es lo que le hacen creer. Pero todo forma parte de una estafa, y no hay nada que a John Krammer le reviente más que las injusticias….
Lo de la tortura es lo de menos, sabes perfectamente que cada una de las víctimas que John ha elegido van a morir (se supone) y además, estás deseando que mueran porque se lo merecen. Pero hay componentes propios de la cinta original y detalles tan esperados que se hace disfrutar. Jigsaw: el de siempre, el que queremos.
Tobin Bell está mayorcete y se le notan los años pero su inocencia y bondad siguen palpitando en ese corazón de asesino en serie que la sociedad ha convertido en una marioneta reciclable a su antojo. Una mente retorcida e inteligente que utiliza la psicología para convencerte de que realmente “él no mata a nadie”, te da la oportunidad y la ocasión de que subsanarte de tus pecados, si lo logras o no, depende de ti. Aunque para ello tengas que sacrificar una parte de ti, tal vez vital, y ya no vuelvas a ser el mismo si sobrevives.
Muchos espectadores dicen que es demasiado macabra, cruda y violenta y eso es precisamente lo que buscan los aficionados a este género. Pero hay una parte de emotividad dentro del personaje que lo hace enternecedor.
¡Por muchas partes más de Saw!
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