Bono presentaba a la presidenta del Congreso de los Diputados en la tribuna Nueva Economía Fórum: “Me propuso la extravagancia de que fuera su presentador”. La percibía más cerca de los nacionalistas radicales. Es la prueba de que en el PSOE caben todos, desde Maragall a Page. “Esta Armengol tiene peligro”. Acababa de decir que quiere referéndum sobre la monarquía. Llegó a la primera fila cuando me iba. Madre adoptiva de hijos saharauis. Cuando discuto con mis hijos me enfado, pero me desenfado, como con el PSOE. Aunque no comparta lo que dicen, soy y seré del PSOE mientras viva. Es cooperante de Vicente Ferrer, el jesuita que escribió “Hay que ayudar a quien sufre”. El PSOE ha de ayudar a quien lo necesite, aunque no nos vote.
Armengol, nerviosa y vestida en negro, empezó recitando lo preparado: Tonos grises. Los matices existen. Vicente Ferrer. En política porque es la mejor arma para servir. Momentos apasionantes. El Congreso espacio de debate. Para que las cosas vayan mejor. Feminista, ecologista, de izquierda. Llega al Congreso diputada y presidenta sin experiencia.
Después, trasteo del entrevistador: Diálogo con la Sociedad Civil. Ha gobernado Baleares con partidos que no necesitaba. Acuerdos fundamentales. Modificar la Constitución. Vehemente. Hay tensiones y falta buena educación. Hay que hacer esfuerzos, también la prensa. Orgullosa del país. Los retos del Congreso son del país. Superamos pandemia. Diez millones de mujeres trabajan. Subimos el SMI. Tenemos fondos europeos. Buena situación. Revolución tecnológica. Acercar la situación a la gente. La crítica a lo que pasa (en la justicia) es normal. Los insultos son inadecuados. No es cierto que no haya corregido: En la Junta de Portavoces, pide no ser agresivos. Libertad de expresión. Lo importante no es quitar del Diario de Sesiones insultos, las frases no se retiran, se ponen en cursiva. Cuando nos ven en la tele insultando, damos ejemplo. Ante la denuncia de letrados del Congreso, por nombrar Letrado Mayor a Galindo, dice que, nueva en el cargo, hace equipo y pide profesionalidad. Los trabajadores del Congreso son excelentes. Le sorprende que Feijóo hable de terrorismo. Negociación PP con Puigdemont. Ley de amnistía. En cinco meses no se habla de iniciativas de la Oposición. El conflicto territorial en Cataluña es político, lo que hace el PP va en esa línea. Si Feijóo tiene miedo a que se conozca (lo que hizo con Junts) es posible que tema que se sepa lo que haya podido hacer. Siempre ha defendido una España plural, que se acerque a un estado federal. El problema es lo no se puede hacer. Sobre el Sahara, no es objetiva: adoptó a dos hijos saharauis. La solución palestina son dos estados. Referéndum sobre monarquía, en mejor ocasión, pero se puede discutir todo. Con 52 años, no votó la Constitución. Le da igual cómo pasar a la historia. Importa que en el Congreso se hable en cuatro lenguas. No rompe, hace más España. Es un error y falta de respeto usar al Senado como contrapeso. Las opiniones son distintas cuando se está en el Gobierno o en la Oposición. Aprecio a su antecesora, Meritxell Batet, que privó a un diputado del acta que corrigió el Tribunal Supremo, pero no entra en lo que decidió ni dice quien debe pagar. No ha pensado sobre el Debate del Estado de la Nación. El Reglamento del Congreso necesita reforma.
Acabó apuntando “algo muy positivo”: Si nuestros constituyentes fueron capaces de lograr acuerdo para hacer un texto, podemos hacerlo nosotros.
Había curiosidad por ver si la balear, como Presidenta del Congreso tercera autoridad del Estado, aparcaba su condición de activista PSOE para encarnar la autoridad ecuánime que define la Constitución. Bono asoció peligrosidad con monarquía. Sólo. Pero ante la figura política y actividad de Armengol, conviene extremar la atención. Hay algo, demasiado, que no es mesura neutral. Se nota al repasar lo oído, dicho y callado en la mañana. Avisados por Bono, no hay por qué entrar en controversia. Él, expresidente del Congreso que sigue en el PSOE, conoce el percal. Puede que recuerde a Pepito Grillo o al perejil de cualquier salsa, pero, él sabrá por qué y con qué intenciones, tengámoslo en cuenta, espetó: “Esta Armengol tiene peligro”.
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