Al vizcaíno García,
que lleva por nombre Koldo, lo cubrirán con un toldo para obviar su fechoría.
Ese toldo abarcaría, a un Ábalos mudo y sordo, que le hizo el “caldo gordo” a su servil asistente y un porvenir imponente por la vía del “transbordo”.
También es bueno saber, que el señor Koldo García, pasó por la sacristía de quien detenta el poder: Y Sánchez lo hizo ascender, a pesar de su semblante, rústico y desafiante nombrándolo con jactancia el rey de su militancia por ser de ella un gigante.
Y fue cajero ambulante confidente y conductor, de la Renfe, ¡qué dolor! un consejero importante.
Cuando se vio en el pescante, cerca de Simón e Illa, encontró en la mascarilla la ocasión más oportuna de hacer una gran fortuna para él y su chiquilla.
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