La esquizofrenia es una enfermedad mental compleja que afecta a alrededor del 1% de la población mundial y entre un 20 y un 50% de los pacientes no responden a los antipsicóticos tradicionales, lo que se conoce como esquizofrenia resistente al tratamiento (TRS). "Esto supone un gran desafío, tanto para las personas enfermas como para los profesionales, ya que conlleva un peor pronóstico y una mayor carga de la enfermedad", explica Roberto Agís, del grupo ITEN (Investigación Traslacional en Enfermedades Neurológicas) del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago.
El Dr. Agíses el director de un estudio destinado a mejorar el diagnóstico, seguimiento y tratamiento de estos pacientes. Se trata del trabajo que se ha publicado bajo el título "Diferencias de miARN relacionadas con la esquizofrenia resistente al tratamiento", en el que ha participado también el Dr. José María Prieto González, del mismo grupo del IDIS, así como varios investigadores del IIS Galicia Sur.
Estudio esperanzador
El Dr. Agís Balboa explica que los miRNA son pequeñas moléculas de ARN que regulan la expresión génica y que se han relacionado con diversas enfermedades, incluida la esquizofrenia. El estudio analizó los niveles de miRNA en la sangre de 40 pacientes con esquizofrenia, 21 con TRS y 19 respondedores a la medicación. Los resultados revelaron un perfil de 16 miRNA que diferenciaba, con una precisión superior al 70%, a los pacientes con TRS de los respondedores.
"Estas diferencias en los niveles de microARN (miRNA) en pacientes con esquizofrenia resistente al tratamiento en comparación con aquellos que responden a la medicación suponen un hallazgo que podría ser crucial en el desarrollo de nuevos biomarcadores y estrategias de tratamiento para la TRS", explica Daniel Pérez-Rodríguez, primer autor del trabajo.
El estudio no solo se limitó a identificar miRNA diferenciales, sino que también exploró las posibles vías moleculares implicadas en la TRS. Se encontró que la respuesta al estrés parece ser un factor clave en la TRS, y se destacaron las proteínas p53, SIRT1, MDM2 y TRIM28 como posibles mediadores de dicha respuesta.
Detección temprana e intervención personalizada
El trabajo abre nuevas posibilidades para el diagnóstico y tratamiento de la TRS. Los 16 miRNA identificados podrían ser utilizados como biomarcadores para la detección temprana de la TRS, permitiendo una intervención más precisa y personalizada. Además, las vías moleculares desveladas podrían ser dianas para el desarrollo de nuevas terapias dirigidas a combatir la TRS de forma más eficaz.
El estudio, publicado en International Journalof Molecular Sciences (IJMS), ha sido uno de los más descargados el pasado año, según acaba de comunicar la propia revista científica. El equipo del IDIS que ha participado en la investigación asegura que se trata de un "paso importante hacia la mejora del diagnóstico, seguimiento y tratamiento de la esquizofrenia resistente al tratamiento", y esperan que futuras investigaciones basadas en estos hallazgos conduzcan a nuevas herramientas y estrategias para mejorar la calidad de vida de los pacientes con TRS.
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