La sardina y la caballa pueden "desaparecer" de la dieta de los españoles a causa del cambio climático, debido, entre otras cuestiones, a que España es uno de los países “más expuestos” a las consecuencias del calentamiento “extremo” en sus mares.
Así lo defiende la revista ‘Consumer’ en un artículo según el cual la “huida” de algunas especies hacia aguas más frías “puede hacer que aumenten los costes, por lo que los precios pueden aumentar de forma considerable”, según precisó este martes en un comunicado.
En él puntualizó que el consumo actual de pescado en los hogares españoles está “en el nivel más bajo de toda la serie histórica” y en 2022 se situó en 18,5 kilos por persona al año, frente a los 22,72 kilos de 2021, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
En este sentido, el gerente de la Asociación de Organizaciones de Productores Pesca España, Antonio Nieto, defendió que, “en un contexto de inflación como el actual, los alimentos pesqueros son de los que menos han disparado sus precios”.
En la actualidad, el sector pesquero español genera el 20% de la producción total de la Unión Europea (UE), con la captura de más de 300 especies de pescados y mariscos en todo el mundo, y, según recordó la publicación, los pescadores “insisten” en que las “alteraciones” que el cambio climático provocan en la pesca “no afectan actualmente a los consumidores a nivel de abastecimiento”, consciente de que “en unos años esto puede cambiar”.
Por su parte, la experta en Ciencias Ambientales Elena Ojea advirtió de que, “si el sector no se adapta, los peores escenarios apuntan a pérdidas de más del 50% de la productividad pesquera”. “En muchos países de los trópicos, la pesca no podrá cubrir la demanda de alimentos como ahora”, lamentó.
Para ‘Consumer’, las soluciones pasan por realizar “una gestión adaptativa”, convencida de que “hay que ajustar la extracción al estado real del stock de peces y planificar la actividad bajo escenarios de cambio climático”.
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