Dejadme que inicie esta reseña puntualizando que existen varias cintas con este mismo título y es importante ubicar esta para no equivocarse.
La película dirigida por Sebastian Schindel (responsable de cintas como La ira de Dios) repite con el actor Joaquin Furriel que se mete en la piel de un pintor aturdido y perdido pero feliz por la noticia del embarazo de su esposa.
Contexto/sinopsis
Lorenzo Roy es un reconocido artista de pintura recién casado que está buscando un bebé con su mujer, Sigrid, de origen alemán. Después de acudir a una cena de un amigo y reencontrarse con una antigua novia con quien parece tener cierta conexión, salen a flote viejos sentimientos y confesiones que indican que el protagonista tiene dos hijas de una relación anterior a las que no ve.
Rencillas que parecen provocar la desconfiada de su pareja que inicia una serie de manifestaciones que se revelan en forma de actitudes y comportamientos cuando nace el bebé.
La manera de concebir la maternidad de la chica y la incursión de una supuesta matrona desencadenaran una inquietante trama que va tomando fuerza en la mirada escéptica de Lorenzo que servirá de guía para el espectador.
Poco a poco , la locura se adueña de quién muestra una curiosa obsesión por el arte y el mundo bohemio. Ese arte es su forma de expresar su frustración, su confusión ante una situación desesperante.
Estructura narrativa
El espectador no consigue desvelar si la locura de Lorenzo es real o la obsesión de su mujer con la maternidad alternativa es normal. Todo se desarrolla a través de pequeños gestos, elementos que van creando una atmósfera inquietante sin mayor parafernalias de nieblas, sustos ni brumas.
Tan solo la mirad la conductora de Lorenzo, puertas cerradas que acompañan la secuencia de la intriga.
Valoración personal
Tengo por costumbre ver este tipo de peliculas los sábados por la noche, ante la falta de contenido en los canales privados, encuentro propuestas interesantes en las plataformas digitales. Cada vez es más habitual que los usuarios se entretengan de esta manera.
Consigo crear una atmosfera que acompañe a la propia película y me sumerjo en la historia. Luces apagadas, tranquilidad, pantalla grande y solo la luz de la televisión donde se proyecta.
En una de las secuencias iniciales, vemos a la pareja feliz de Lorenzo y Sigrid llegar a casa de su amigo y descubrir que está casado con una antigua novia suya.
Fijaos en la imagen, la pareja cogidos de la mano ante la puerta, dejando un hueco para que se vea también a la otra pareja, en una contraposición de lucha de géneros.
Dos parejas viviendo situaciones opuestas.
Si es cierto que la acción es lenta y lineal, no hay sustos ni revelaciones más allá de la mirada de Lorenzo y de su ex novia que va cobrando fuerza conforme avanza la trama. Incluso su esposa sale de escena en seguida, dejando la intriga palpable. Además, para reforzar esa intriga en la imagen, toda la acción se desarrolla en una casa algo siniestra, cuya decoración y estructura parecen representar el propio caos mental de la pareja.
Solo le pongo un pero y es que me costó seguir los diálogos por la manera de hablar de los argentinos, como para dentro y en ocasiones no les entendía.
(Spoiler) El final, aunque previsible ya que se fundamenta en las sospechas del propio Lorenzo sobre la existencia de otro niño, es brutal.
Me ha gustado mucho. Puntuación: 3/5.
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