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​Una 'golden visa' para Begoña, la conseguidora

Antes de la llegada al poder de Sánchez, era directiva de Inmark, una 'task force' que se dedicaba a contratar a teleoperadores y comerciales de puerta fría para campañas de venta intensiva
Ángel José González Herrero
viernes, 12 de abril de 2024, 10:08 h (CET)

Cuando eligieron a su marido presidente del Gobierno, a Begoña Gomez le cambió la vida. No solo la personal, también la laboral. Han sido años ajetreados con muchos proyectos, viajes, reuniones y palancas de las que tirar.


Presentación1


Antes de la llegada al poder de Sánchez, era directiva de Inmark, una task force que se dedicaba a contratar a teleoperadores y comerciales de puerta fría para campañas de venta intensiva de adsl y esas cosas, pagando unos sueldos de miseria y con una rotación de personal bestial.


También fue profesora de un curso de 'fundraising"- 'captación de fondos' en castellano- de la Complutense, en el que impartía apenas 15 horas al año de clase. Coincidiendo con la llegada de su esposo a la secretaría general del PSOE en 2014, el curso pasa a la categoría de máster, aunque Begoña siguió con un papel menor y las mismas pocas horas. En 2019, de manera súbita e inesperada, con su marido recién elegido presidente, Begoña da el salto y la nombran codirectora del máster. Unos meses después, la cosa se eleva a los altares y la Universidad transforma el máster en una catedral hecha a medida de Bego, que pasa a dirigirlo con el dinero de La Caixa y de Realia entre otras grandes empresas del país. Todo pese a no tener el más mínimo requisito para ello: ni es licenciada, ni tiene tesis, ni artículos ni ponencias publicadas, ni nada de nada que pueda justificar siquiera remotamente llevar el peso y la dirección de una cátedra. Posteriormente, encontraron a un testaferro para hacer de catedrático virtual, pero ella era la que llevaba todo el cotarro.


Durante estos años en Moncloa, más allá de la cátedra, le ha dado tiempo a hacer muchas cosas: presentarse en foros y ante todo tipo de empresas y organizaciones como una profesional de la "captación de fondos públicos" - que la mujer del presidente del Gobierno vaya por ahí diciéndole a todo quisqui como se puede conseguir dinero público es una desvergüenza que en un país serio hubiera provocado ya un cambio de ciclo político -; firmar escritos de recomendación para que empresas amigas ganen concursos públicos ( y que los acaben ganando pese a presentar una oferta de precio de las mas caras); recibir posteriormente dinero de esas empresas recomendadas para financiar las actividades de su cátedra; reunirse largo y tendido con los dueños de Globalia semanas antes de que esta empresa recibiera del Gobierno que dirige su marido un rescate de mas de 600 millones de euros ( y recibir dinero de esa empresa rescatada para financiar el Africa Center, una fundación del instituto de Empresa de la que fue nombrada directora en 2018, el año de la llegada al poder de su marido; y como colofón, reunirse con Victor de Aldama, el comisionista principal de la trama Koldo y de la rescatada Globalia.


Malos tiempos para aquellos que aún niegan que la política del Estado es un permanente contubernio y putiferio entre políticos y empresarios prebendarios, como les llama el bueno de MIlei. Buenos tiempos para todos aquellos conseguidores y beneficiados - cientos de miles, millones- que se mueven en las turbias aguas de la subvención, la ayuda pública, el privilegio y el contrato y concurso públicos. Begoña Gomez es hija de todo este fango lavado con dosis de ese detergente y suavizante al que llaman 'interés general' y 'justicia social'.


Con esta carrera, parece poco pecado mentir en su currículum, ya que asegura ser licenciada, cuando lo único que tiene es un curso en una academia privada, nada parecido ni remotamente a ningún título oficial de universidad, ni homologado ni reglado. Begoña solo pisó la Universidad para medrar en ella con el master, la cátedra y lo que le hiciese falta.


Aún nadie la acusa ni ha presentado indicio alguno de que se haya llevado dinero, pero los indicios de tráfico de influencias son indiscutibles, por lo que es lógico que su marido y por ende todo el Psoe anden muy preocupados y nerviosos. Empezaron reaccionando con el silencio total nivel tabú del trece -'de este tema ni se habla' , que es la forma evidente de aparentar nerviosismo y motivar a la prensa a sacar más cosas. Y así fue. Tras más de dos semanas sin amaine de tormenta y a razón de portada diaria, la nueva consigna fue la hipérbole -estrategia casi peor que el silencio-. Así, salieron ministros a calificar las informaciones de "disparate cósmico", "deleznables" y lanzadas por parte de "miserables". Siguieron con lo de que son "bulos" que tratan de denigrar a diarios como El confidencial o El Debate, que están llevando el peso del caso.


Lo último es desviar la atención con dos clásicos. Primero sacar a pasear a Franco. El Sánchez se hizo un NODO inesperado entre huesos de víctimas de la guerra en el Valle de los Caídos. Y al día siguiente, y desde ahora, catarata de medidas populistas, que tienen un doble objetivo: que se deje de poner el foco en Begoña y conseguir algún voto más en las tres elecciones que se sucederán en pocas semanas, unas detrás de otras. Han empezado de nuevo con la matraca de la Vivienda, plato populista preferido de Sanchez en las elecciones del año pasado - el quinto pilar del estado de bienestar dice sin pestañear el tipo-. Que dice el amigo que se ha dado cuenta súbitamente que lo de la Golden Visa -aprobada por Rajoy para dar la nacionalidad española temporalmente a extranjeros que inviertan en vivienda más de medio millón de euros- es una cosa injusta para privilegiar a los ricachones, que hace subir el precio de la vivienda y que hay acabar con ello con urgencia. Por ello, el tipo, se montó una visita exprés a una promoción de vivienda protegida en Sevilla - debe ser la única que hay en toda España, país en el furgón de cola de casas de protección oficial de toda Europa-. Pues se planta allí y dice con toda su cara de cemento armado que hay que acabar con la Visa. Lo dice el mismo que hace tan solo año y medio incrementó el privilegio, y la 'injusticia' de la medida, subiendo de dos a tres años la duración de la nacionalidad.


El efecto de este visado en el mercado inmobiliario es inexistente, ya que las casas compradas con ella no alcanzan el 0.2% de todas las viviendas compradas en España desde que se aprobó. Como mucho, afecta a un tipo de compraventa de lujo, subiendo más los precios a los ricos precisamente, a nadie más.


Todo en general ha alcanzado unos niveles de desvergüenza y bajos fondos que no me extrañaría un pelo que Sánchez le regalara a Bego una Visa Golden platino para que se le vaya pasando el disgustito que tiene la buena mujer, que yo creo que se huele que la época de las palancas se le ha acabado a ella y a Joan Laporta.

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