Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Religiosidad | Fe | Jesucristo | Felicidad

Siguiendo las huellas: una lección de comunión pascual

En los momentos oscuros, podemos recordar las palabras de Jesús y encontrar consuelo en su promesa de estar siempre a nuestro lado
Llucià Pou Sabaté
viernes, 19 de abril de 2024, 09:32 h (CET)

En una tranquila tarde, un hombre caminaba por la orilla de una playa, sumido en sus pensamientos y preocupaciones. De repente, se encontró con una figura que le resultaba familiar: Jesús. Sorprendido, el hombre se detuvo y observó cómo el Mesías se acercaba con una mirada serena y compasiva.


"¿Qué te preocupa?", preguntó Jesús, notando la angustia en los ojos del hombre.


Con un suspiro, el hombre compartió sus inquietudes y temores, expresando su confusión sobre el rumbo de su vida y las dificultades que enfrentaba en el camino. Entonces, Jesús le ofreció una promesa de esperanza: "Ahora te enseñaré el camino de tu vida".


Guiándolo hacia la orilla, Jesús señaló dos hileras de huellas marcadas en la suave arena de la playa. "¿De quiénes son estas huellas?", preguntó.


El hombre observó las marcas con curiosidad. "No sé", respondió con sinceridad.


Jesús sonrió con ternura. "Mira", dijo señalando las huellas más profundas, "estas son las tuyas. Representan los pasos que has dado en el camino de la vida".


El hombre asintió con comprensión. "Y estas otras", continuó Jesús, señalando las huellas más tenues que seguían de cerca las del hombre, "son las mías. Siempre estuve a tu lado, cerca de ti, aunque muchas veces no me veías".


El hombre sintió un nudo en la garganta al comprender la profunda verdad de las palabras de Jesús. "Es verdad", murmuró con humildad, "a veces no es que no te viera, es que no quería verte".


A medida que continuaban caminando por la playa, el hombre notó una tercera hilera de huellas, menos definida que las anteriores.


"¿Y quién es este?", preguntó con curiosidad.


Jesús inclinó la cabeza con tristeza. "Este no eras tú", respondió suavemente, "era yo. Cuando ya no podías más, cuando la carga era demasiado pesada, fui yo quien te llevó en brazos, quien te sostuvo y te guió".


El hombre se sintió abrumado por la gracia y el amor de Jesús. Con lágrimas en los ojos, comprendió que, incluso en los momentos de mayor desesperación y desaliento, nunca había estado solo.


Y así, con el corazón lleno de gratitud y renovada esperanza, el hombre siguió adelante, confiando en que, aunque las huellas en la arena pudieran desvanecerse con el tiempo, el amor y la compañía de Jesús siempre permanecerían en su camino.


En las páginas de la vida, a menudo nos encontramos con momentos de soledad, confusión y desesperación. Pero en esos momentos oscuros, podemos recordar las palabras de Jesús y encontrar consuelo en su promesa de estar siempre a nuestro lado, llevándonos en sus brazos cuando más lo necesitamos. Sigamos sus huellas con fe y esperanza, sabiendo que su amor nunca nos abandonará.


La imagen del Buen pastor fue la primera iconografía venerada de Jesús. Luego hemos preferido la cruz, pues ahí es donde se nos da hasta el extremo. Pero se ha ahondado mucho en el sufrimiento de estas tres horas donde Jesús nos amó hasta el extremo. A mí me gusta también la imagen del buen pastor, donde nos conduce guiándonos por las dificultades hasta encontrar estos verdes pastos que anhelamos, esa felicidad por la que suspira nuestro corazón y que nada llena salvo esta agua viva, que calma nuestra sed de eternidades.

Noticias relacionadas

Una noche de fiesta y alcohol, después de pelear a puñetazos con otros intelectuales como él, concretamente con Jason Epstein y George Plimpton, volvió a casa con un ojo amoratado, un labio hinchado y la camisa ensangrentada. Su segunda esposa, Adele Morales, le regañó. Él sacó una navaja con una hoja de seis centímetros y la apuñaló en el abdomen y en la espalda. Tuvo suerte de no morir.

Resulta sugestiva la emergencia de las religiones no teístas. No me refiero al budismo o al taoísmo, sino a esas otras creencias que proliferan en nuestros días. Ciertas teorías de la conspiración funcionan como religiones, pero, además, se van conformando otras, entre las que cabría destacar la denominada “ecolatría”, por utilizar el nombre que le dio Fernando Savater hace ya tres décadas.

La antipolítica ha encontrado su mayor triunfo: un apoliticismo político que encarna un rechazo consciente a la política tradicional. Y aquí es precisamente donde la paradoja se vuelve elocuente. La falta de propuestas, los escándalos recurrentes, la constante guerra entre bandos, empuja a un desinterés de la política con nombre y apellidos que desemboca en un afán antipolítico visceral, construido alrededor del rechazo. 

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto