El pasado viernes, un suceso desgarrador ocurrió en un parque de Valencia, cuando una niña fue gravemente herida tras ser atacada por un perro. Este evento no solo ha generado una profunda preocupación local, sino que también ha despertado un debate sobre las medidas preventivas que se deben tomar para evitar futuras tragedias de este tipo.
No es un caso aislado
Contrario a lo que muchos podrían pensar, los incidentes de ataques caninos son más habituales de lo esperado. Estos eventos a menudo se derivan no de una predisposición agresiva de los perros, sino de un malentendido en la comunicación entre animales y humanos. Es vital reconocer que la mayoría de estas situaciones podrían evitarse con una adecuada educación y comprensión de las señales que los perros usan para comunicarse. Relamidos, bostezos, "ojos de ballena", evitación de la mirada... suelen ser algunos indicadores que nuestros perros utilizan para transmitirnos su preocupación e indicarnos que necesitan terminar la interacción. Si estas señales son ignoradas, el perro pasará a usar recursos más claros, y la comunicación escalará, resultando en gruñidos, ladridos, e incluso marcajes.
Un perro mostrando incomodidad a través de los "ojos de ballena"
Educación canina respetuosa
La educación canina respetuosa se presenta como una solución crucial a este problema. Esta corriente de la educación canina huye del enfoque centrado únicamente en enseñarle al perro unos comandos básicos, sino que se esfuerza en entender profundamente la naturaleza del perro y en crear un vínculo animal-tutor, en el que ambos actúen como equipo, para conseguir un bienestar común. Prácticas como el castigo quedan descartadas en la educación canina respetuosa o amable, puesto que tienen efectos nefastos en la salud mental del perro y, consecuentemente, en el vínculo del mismo con su referente.
La importancia de la supervisión adulta
Toda interacción entre niños y perros debería estar supervisada por un adulto. No debemos olvidar que los niños son individuos que están constantemente aprendiendo a relacionarse con el mundo que les rodea. Es normal que sientan curiosidad por interactuar con el animal de manera invasiva y, por tanto, pueden involuntariamente provocar reacciones defensivas en los perros.
Por eso, recalcamos que la supervisión de un adulto educado en comportamiento canino es indispensable para manejar adecuadamente cualquier signo de ansiedad o agresión por parte del perro.
Un compromiso comunitario
El lamentable incidente en Valencia sirve como un llamado a la acción para que todos, desde autoridades hasta tutores de mascotas, refuercen su compromiso con la educación canina respetuosa y la supervisión responsable. Preguntar siempre antes de aproximarse a un perro desconocido, respetar el espacio de los animales y educar a nuestros hijos en estos valores son medidas absolutamente indispensables para lograr una mejor convivencia entre especies.
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