Vi hace poco un vídeo de cómo dos serpientes se enfrentaban. Una tenía veneno, la otra fuerza… al final, morían las dos. Me acordé de la complejidad de la política en Oriente próximo. Sobre todo porque no es solamente la guerra entre dos poblaciones o ejércitos, sino que es más amplio el panorama.
Israel está en guerra con ciertos grupos islamistas, tanto de los pueblos colindantes como más alejados, que no aceptan su dominio en el reciente Estado que va tomando territorios nuevos. Eso nos recuerda el estado de guerra que había en la zona desde hace más de 3500 años. El conflicto de Gaza está así determinado por una serie de voces discordantes que no quieren ceder, ni reconocer el Estado de los contrarios (Palestina-Israel).
Detrás de ese conflicto están Estados Unidos e Irán, en los respectivos bandos. Irán, al igual que otros países de la región, enfrenta tensiones internas y externas que influyen en su política y relaciones exteriores. La cuestión de la armonización de las fuerzas internas, incluidas las tribales y las facciones políticas, es crucial para la estabilidad del gobierno y del país en su conjunto. En el caso de Irán, el régimen liderado por el ayatolá y otros líderes clave tienen que equilibrar diversas agendas políticas y sociales, incluidas aquellas relacionadas con la retórica antisemita y antiisraelí, con la necesidad de mantener la cohesión interna y la legitimidad del gobierno. La política exterior de Irán, que a menudo incluye posiciones anti-Israel, debe entenderse en este contexto más amplio de política interna y regional.
Irán con su ayatolá tiene que compaginar esos sentimientos internos con su política internacional para evitar un ataque como pasó con Irak. Además, su situación anterior fue de aliado de Estados Unidos, imagino que por el tema del precio del petróleo, aunque eso pasó a una situación de beligerancia latente, que no ha saltado al conflicto armado todavía.
Los ataques de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023 se ha visto en conexión con esa doble política de Teherán.
La agresividad de Israel provoca actos como el asesinato del general Qasem Soleimani en enero de 2020, que tuvo repercusiones significativas en la política y la seguridad en Oriente Medio. Soleimani era el comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, una unidad de élite encargada de operaciones militares fuera de las fronteras de Irán, especialmente en países como Irak, Siria y Líbano. El 3 de enero de 2020, un dron estadounidense lanzó un ataque aéreo en el aeropuerto de Bagdad, en Iraq, que resultó en la muerte de Soleimani y de Abu Mahdi al-Muhandis, líder de las Fuerzas de Movilización Popular iraquíes, una milicia respaldada por Irán. Estados Unidos justificó el ataque afirmando que Soleimani representaba una "amenaza inminente" para la vida de los estadounidenses en la región y que estaba planeando ataques adicionales contra intereses estadounidenses.
Irán prometió vengar la muerte de Soleimani y lanzó ataques con misiles contra bases militares estadounidenses en Iraq, aunque no hubo bajas estadounidenses en esos ataques. Dicen que la venganza es un plato que se sirve vacío…
Desde territorio yemení ha habido ataques a Israel por parte de la milicia hutí, al igual que desde el sur de Líbano por Hezbolá. En Damasco, instalaciones iraníes que albergaban miembros de la Guardia Revolucionaria han sufrido ataques. Siria ha sido un campo de batalla no sólo entre su población sino entre Israel e Irán, con la intervención de las fuerzas militares rusas de Putin, respaldando al presidente sirio Bashar al-Assad con ataques, suministro de armas, asesoramiento militar y despliegue de tropas en el terreno. Su participación ha sido un factor determinante que ha contribuido significativamente a la dinámica del conflicto y ha tenido importantes implicaciones políticas, militares y humanitarias tanto a nivel nacional como internacional.
En el mundo árabe, está ganando adeptos la causa anti-semita en los últimos meses, y por parte de muchos países colindantes el peligro se va desplazando desde Irán a Estados Unidos-Israel; de ahí que Irán necesite tomar algunas actitudes de ataque, para mantener su posición.
Irán, aliado ruso, ha cambiado la guerra de Ucrania con los drones militares de bajo coste. También ha reforzado sus alianzas con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Sigue una política de equilibrio para no causar enfrentamientos directos con Estados Unidos.
Los hutíes en el mar Rojo sufren en su propio territorio las consecuencias de enfrentarse directamente a Israel y a sus aliados occidentales. Al afectar al comercio mundial, se ha visto frenada su ofensiva.
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