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Etiquetas | Platero y Rocinante | Entrevista | Amanda Ezna | Poeta | Veganismo | Animalismo | Compositora | Cantante
​Entrevista a la poeta vegana, compositora, cantante y activista animalista Amanda Ezna

«Mientras el Vaticano está repleto de gente y de oro, matamos 3.000 animales por segundo»

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Entrevista a la poeta vegana y activista animalista Amanda Eznab, quien, después de publicar dos extraordinarios libros de poesía (La placenta del mundo y Sonatas y naufragios), y tener un tercero casi acabado (El soliloquio de las flores), en estos tiempos nos revela su faceta de compositora musical y cantante.


Amanda foto PRINCIPAL


1. Amanda, he puesto tu nombre en el buscador y he encontrado, entre otras cosas, una pequeña biografía tuya, en un portal de poesía. Te la pongo tal cual la he hallado y dime qué añadirías o quitarías tú, ahora, de ella: “Amanda Eznab es una poeta española nacida en Sitges, Barcelona, en 1993. Sus poemas han sido publicados en diversas antologías y revistas de España, Argentina y Portugal. Ha publicado los poemarios La placenta del mundo (Amargord Ediciones, 2019) y Sonatas y naufragios (Buenos Aires Poetry, 2022). Actualmente reside en Alter do Chão, Brasil.”

Añadiría que actualmente resido en España, que soy cantante y que estoy componiendo canciones para mi primer disco.


2. ¡Fantástica noticia! ¡Este mundo siempre necesita canciones! Hoy más que nunca.

Según sé, como poeta tienes un libro aún inédito que está a la espera de una editorial que lo acoja: “El soliloquio de las flores”. ¿Qué nos puedes contar sobre esta obra?

En verdad, es un libro que aún no está terminado. Comenzó a existir antes de hacer y publicar mi segundo libro “Sonatas y naufragios”, y sobrevive hasta ahora, a pesar de mí, pues he sufrido una crisis artística en este último tiempo. De cualquier modo, está ahí esperando, como un amor al que se ha renunciado.


Es una obra que pretende poner la voz enteramente en la naturaleza, vernos a través de ella, filtrarnos en sus ojos, sus procesos, sus ciclos. Asumir su belleza, su irracional armonía, y vernos desde ahí. Ver lo desbocado de muchos de nuestros hábitos consensuados y aceptados: frente a nuestro monólogo antropocentrista, el soliloquio de las flores.


En algún momento la terminaré.


3. Yo te conocí por un vídeo que hay en youtube sobre tu paso por Voces del Extremo. De inmediato, escuchándote, supe dos cosas: He aquí una enorme poeta, y 2) he aquí una poeta por entero porque recita como las aves.

O por ellas.


4. Háblame de cómo estás ahora, me comentas que resides ya y nuevamente en España. ¿Podrías contarme más cosas sobre tu llegada a la construcción de canciones y del cantar letras en ellas?

Actualmente he regresado a vivir a España, Sitges, específicamente, lugar donde nací, después de una larga y aislada época en la amazonía brasileña. Fue una vivencia llena de trascendencias, profunda, intensa y fértil, tanto como puede serlo la floresta, pero necesité, a pesar de haberme fundido y confundido en ella, regresar hacia mi lugar natal.


En lo artístico, tras haber atravesado una crisis profunda que me costó asimilar, me encuentro retomando mis estudios de música, que había aparcado en mis años selváticos, con intención de escribir, ya no tanto, o no sólo, libros, sino canciones.


Quien es o ha sido mi lector más cercano sabe que me ofrendé plenamente al acto de escribir y purificar, a través de la palabra, la vivencia humana sobre la tierra, por lo que me fue muy difícil la determinación de alejarme, tanto de la selva cuanto de aquel ritual permanente de escritura/lectura.

De cierta manera, sentía una lealtad indescriptible hacia la poesía: construí una vida completa alrededor de ella. Pero una pulsión que desconozco hacia la música comenzó a pulsionarme, a colisionarme. Fue desconcertante, pero hoy me siento satisfecha pues estoy más cerca de aquello que mi intuición señalaba: necesité que las palabras, adoradas desde su origen silencioso, pudieran emerger en mi voz, convivir corpóreamente con ellas, restituirlas y reconstituirlas en la música.

Necesité cantarlas. Y, finalmente, esa necesidad se volvió una realidad palpable: estoy llegando al manantial que buscaba, guiada por el viento y por aquellas brújulas extrañas que crean y recrean nuestros caminos. Estoy escribiendo, componiendo y cantando.


5. Deseo escuchar ya esas canciones, deben ser, como poco, singulares. Esto me lleva a interrogarme, preguntarte, sobre tu yo creador, tan rico y único. Considero, y creo que muchas y muchos, que eres de las artistas de la palabra musical más rica, poderosa y original de nuestros tiempos. Sobre todo, es importante destacar que eres de las pocas poetas veganas y que escribe obras donde exaltas la libertad animal y luchas contra su esclavitud. ¿Crees que, por ahora, el mundo literario te tiene en la estima que mereces?

No soy consciente de ello. Pero cuando escribo poesía siento algo volcánico, como si me fundiese en un río elemental y profundo, en un gesto ancestral de mi misma.


No creo que el mundo literario me tenga en esa estima, pero soy, probablemente, algo responsable de ello: he escapado de los encuentros entre escritores, no he presentado aún mi segundo libro ni una sola vez… Pero sí que muchos poetas y académicos me han escrito devolviéndome una mirada atenta sobre mis libros. Siempre recordaré el gesto de Antonio Orihuela, que, cuando le pasé tímidamente mi primer libro, no dudó en hacer que se publicara en su casa editorial.


6. En tu posición como vegana y activista por todo el mundo vivo ¿en qué punto estás? Quiero decir... ¿nos queda esperanza? ¿Tú a qué te aferras para levantarte cada mañana del lecho y salir por la puerta al mundo?

Creo que somos una especie difícil y extremadamente ensimismada en sí misma, valga doblemente la redundancia, pues es doble nuestro ensimismamiento. Si me gusta el queso o el helado me da igual que haya miles de vacas sufriendo atrás (cuando además somos seres creativos y podemos inventar alternativas…), si me gusta usar joyas me da igual que derrumben y envenenen hectáreas de selva y de belleza para conseguirlo. Y si soy el “empresario” que hay detrás, me da igual todo, pues importa mi beneficio y mi ascensión social. A mí todo esto me asusta, creo que sería más saludable una actitud nacida en la humildad. No creer que porque todos hacemos algo es necesariamente correcto. Ser humildes y sensatos y revisar todos nuestros actos. Un payé dijo que para ser felices y plenos en nuestro vuelo, antes tenemos que cuidar el lugar donde pisamos. Y eso significa revisar todo lo que consumimos y lo que traiga detrás una cadena de sucesos absolutamente desfavorables para la Tierra y sus habitantes.


De cualquier modo, aun así, muchas veces me encuentro en la esperanza: aquello de descubrir que cuando nos entregamos a la empatía y la humildad, sin importar el origen o el punto de partida, llegamos al mismo lugar, me hace confiar en una fuerza amorosa que nos transciende y es más allá de nosotros, a pesar de nosotros, y en nosotros.


Aunque regresaré un instante a los sucesos que nos envuelven como humanidad. Solo uno de ellos, silencioso y cruel. Actualmente hay un enfrentamiento que afecta al amazonas y todos sus habitantes, humanos y no. Indígenas y otras disidencias se niegan a la construcción de un tren que pretende cruzar y escindir por la mitad el territorio amazónico de Brasil para transportar granos transgénicos con mayor eficiencia. Es todo terrible alrededor de ello: ver la inmensa diversidad amazónica siendo destruida, sustituida por estériles campos de granos transgénicos, saber que más del 80% de esos granos está destinado a alimentar a animales criados para ser sacrificados, saber el estado en el que viven, y mueren, esos 680 millones de animales que sacrificamos por día en nuestro planeta, regresar la mirada a las poblaciones humanas que viven y sufren las consecuencias de las plantaciones transgénicas, oír los árboles cayendo, los grandes ecosistemas de la selva cayendo, los animales salvajes siendo acorralados, regresar la mirada otra vez a esos otros 3000 animales que matamos por segundo. Así, en circuito cerrado. Yo, honestamente, me pregunto cómo es posible que dejemos en manos de las industrias y sus lógicas de producción el cuidado de algo tan preciado como son los animales y los grandes ecosistemas. Comprendo que vivir es una experiencia intensa, a veces avasalladora, y que nos confiamos entre todos todo, pero me gustaría que dejemos de romantizar ciertas cosas y seamos más prácticos. Siguiendo con el ejemplo que he puntualizado: no hay forma de sostener una alimentación basada en proteína animal si no es con todas estas consecuencias, no hay modo de hacerlo. Posicionarse en esto desde una mirada práctica, que comprende las lógicas de producción, ya es un modo de comenzar a cuidarnos y alienarnos con esa fuerza amorosa que nos trasciende.


Foto amanda cantando


7. Te he visto en directo recitando poemas musicados por tu hermana, en un proyecto musical que llevabais adelante por entonces. ¿Tu hermana y tú seguís con ese proyecto? ¿Cómo hacéis para uniros y grabar? ¿Cómo ensambláis dos cabezas una misma creación?

Va tan unida que finalmente me decanté por escribir canciones… Aunque me sigue fascinando la unión de la poesía leída junto a la música.


Con Julia, teníamos un proyecto dirigido a ello, bajo el nombre de iumana. Verdaderamente, preparábamos poco los espectáculos, eran en una buena parte fruto de la improvisación: al final, tanto en el fondo de las palabras como en el fondo de la música, habitan las emociones. Si conectas con ellas, te encuentras con el otro. Es el nexo de todas las artes, desde donde todo se constela.


8. El calentamiento global es una realidad, lo era hace décadas cuando las y los primeros que nos alertaban sobre ello, pedían compromiso global, y ya muestra sus más claros primeros desastres resultantes. ¿Cómo vives esta realidad? ¿Cómo encajar desde la poesía, que es una voz alta, un estruendo de tal altura?

Creo que el mayor acto poético que podemos generar es sostener una vida austera y consciente, lo que es lo mismo. Sin abismarse demasiado, pero comprendiendo los procesos que hay detrás de todo lo que consumimos y llevando la luz y la claridad allí.


Parece que no, pero respondo a tu pregunta, pues el modo de encajar en la poesía o en cualquier expresión artística todo ello, es vivenciándolo, comprendiéndolo y transformándolo en la realidad: la palabra emerge de la ebullición de esa transformación.


9. La mayor parte de los ecologistas nombran la crisis climática apartando de la ecuación a los animales, que son los primeros que padecen el desastre climático. Los silvestres mueren o han de desplazarse a zonas donde el clima les sea más soportable. ¿Qué crees que diría un oso blanco de las nieves si pudiera llegar hasta el micrófono de un Parlamento humano, o un pájaro, o la boca de la secuoya?

Es casi un poema tu pregunta, por lo que creo que se responde a sí misma. Que cada lector oiga.

Pero creo que, aun con todo, nos tendrían compasión, pues he conocido en los animales, y no solo en los que denominamos mascotas, aquello inconmensurable del amor. Porque, al fin y al cabo, somos nosotros los que hemos perdido el hilo precioso y preciso de la vida, con el que se tejen los idílicos paisajes y ecosistemas… Nos mirarían, largo y tendido, y eso bastaría.


10. Si te encontrases por la misma acera viniendo hacia ti a un político, de los peores (todos lo son, peores, pero me refiero de los que controlan más en la maquinaria de los males de esta tierra), en tu lenguaje poético, en unos pocos versos, ¿qué le dirías al oído para que se lo llevase a la noche en su cama?

Más que a un político, yo veo al ser humano que hay detrás, la infancia que habrá tenido… su carga ancestral. Así que no sé, ¿le diría de ir a tomar una birra? Bromeo, probablemente no me daría cuenta de quién es, soy muy distraída.


11. ¿Cómo los humanos creen y aman a seres mitológicos como los ángeles, las vírgenes, los dioses, que ni se ven ni se tocan, y sin embargo avasallan y masacran a seres vivos a millones en este mundo que son aún más sagrados que aquellos?, ¿por qué tanta ceguera?

Porque los seres mitológicos son creaciones suyas. Aquello del ensimismamiento.


Aún son pocos los humanos que se echan a un lado y descubren cómo lo sagrado está en todas las plantas, los animales, los elementos…


Cuando en nuestra mayoría comprendamos, si sucede, que todo en nuestra realidad es sagrado, bajemos a Dios de la cruz o cualquier otra representación y lo sintamos en los hongos, el musgo y el río, cuando lo saquemos de las iglesias y lo veamos dentro de los ojos de los animales y en los árboles… entonces todo se recobrara a sí mismo. Y a nosotros en ello. Porque nosotros también somos sagrados.


Mientras tanto perpetuamos guerras, matamos 3000 animales por segundo y avasallamos grandes ecosistemas, aunque el vaticano esté repleto de gente todos los días del año. De gente y de oro extraído de las entrañas de la Tierra y con una violación absoluta hacia las poblaciones indígenas de Latinoamérica o Abya Yala, en su denominación originaria.


Nos falta humildad y sensatez. A caudales. Una hormiga es un ser enigmático.


12. En tu obra “sonatas y naufragios” expresas que estuviste “en la primer Gran Matanza”. Cuéntame sobre este verso...

La voz poética sobre la que se construye Sonatas y naufragios pretende ser una voz sin edad, testigo y testimonio silencioso, que trasciende el tiempo. Una voz que oyó y vio todo sucediendo casi accidentalmente, alguien que miraba, asombrada, mientras sostenía, calladamente, los gestos del amor, que hacían posible la supervivencia.


Esto lo comprendí después de haber terminado la escritura de todo el libro, mientras tanto solo percibía que ese era el lugar desde donde se me abrían los ojos. Por eso ese verso “Yo estuve en la primer gran matanza que no aparece en los libros”. Cuando lo escribí, y recuerdo su momento, llovía a caudales en la selva y era madrugada, comprendí quién era la persona que escribía. Dije, vale, es una voz antigua, alguien que viene de lejos mirando. Que todo lo ha visto: matanzas y guerras, exabruptos inenarrables, gestos de superioridad irrevocables y terribles hacia los animales, ecosistemas, disidentes y diferentes. Vale, dije, vamos a ver qué dice. Y seguí escribiendo.


13. ¿Qué les dirías a los niños y a las niñas, si supieses que van a hacerte caso, que les sirva para sus vidas?

Primero me iría a jugar con ellos, y les preguntaría que me aconsejan ellos…


A mí me hubiera gustado oír que todo lo que necesito está adentro. Que no hay nada escindido, nada errado. Que dentro de uno se abren todos los caminos. Y que no hay ninguna prisa, todas las flores van abriéndose, los frutos y sus aromas van apareciendo, y la lluvia y el sol, y las estrellas. Y los amigos. Y los amores. Me hubiera gustado que me recuerden, más de una vez, que vivir es, siempre, como oler un albaricoque y comenzar a comerlo.


14. ¿Qué debería tener escrito cada viviente de este pueblo en la puerta de su casa, en la parte interna, una frase, y que pudiera leerla siempre antes de salir de la casa al mundo?

Eres uno solo, pero tu huella es la de 8 mil millones. Sé consciente y prudente. O de otro modo:

Hablamos el mismo idioma que los árboles y los pájaros: intentemos no tergiversarnos al traducirnos.


O aquel saludo de los mayas: inlak’ech – halaken: yo soy otro tú, tú eres otro yo.


O el namasté de los hindús, si fuese profundamente comprendido: reconozco la divinidad que hay en ti.


15. ¿Contiene la poesía un poder secreto, más poderoso que el lenguaje común?

Creo que en la poesía las palabras dicen lo que dicen y ese es su mayor secreto. La profundidad y los pliegues de una sola de ellas puede deslumbrarte. Y cuanto más le sostienes la mirada más descubres los túneles y los puentes entre ellas. Una metáfora, entonces, es casi un milagro, una invención lumínica, una posibilidad de decir algo desde el otro lado de las cosas, desde un reverso que desconocemos, desde un lugar más cercano al sueño. Y aun sin metáforas ni grandes o pequeñas ceremonias literarias, en la poesía se encuentra la esencia de la expresión, algo como mirar dos personas bailando, conceptualizando desde el cuerpo sensaciones inenarrables. Y quedarse luego en silencio, intentando sostener con las manos del pensamiento aquello que fue agua, que fue aguacero mojando las calles de tierra de tus interiores, y comprender, humildemente, que es inasible. Que solo queda aquel aroma, y que aquel aroma basta.


16. Para finalizar, Amanda, en cuanto a tu faceta de compositora de canciones y cantante, ¿en qué punto estás? Creación meramente o ya has grabado algo?

Estoy en la fase de componer las canciones y armar la estructura del disco, algo tan parecido, en su carácter creativo y compositivo, a la formación de un poemario, en el que trabajas poema a poema, diria primero, palabra a palabra, y luego en comprender el diálogo que ocurre entre poema y poema. Preveo cercano el momento de grabarlas.

«Mientras el Vaticano está repleto de gente y de oro, matamos 3.000 animales por segundo»

​Entrevista a la poeta vegana, compositora, cantante y activista animalista Amanda Ezna
Ángel Padilla
viernes, 28 de junio de 2024, 09:58 h (CET)

Entrevista a la poeta vegana y activista animalista Amanda Eznab, quien, después de publicar dos extraordinarios libros de poesía (La placenta del mundo y Sonatas y naufragios), y tener un tercero casi acabado (El soliloquio de las flores), en estos tiempos nos revela su faceta de compositora musical y cantante.


Amanda foto PRINCIPAL


1. Amanda, he puesto tu nombre en el buscador y he encontrado, entre otras cosas, una pequeña biografía tuya, en un portal de poesía. Te la pongo tal cual la he hallado y dime qué añadirías o quitarías tú, ahora, de ella: “Amanda Eznab es una poeta española nacida en Sitges, Barcelona, en 1993. Sus poemas han sido publicados en diversas antologías y revistas de España, Argentina y Portugal. Ha publicado los poemarios La placenta del mundo (Amargord Ediciones, 2019) y Sonatas y naufragios (Buenos Aires Poetry, 2022). Actualmente reside en Alter do Chão, Brasil.”

Añadiría que actualmente resido en España, que soy cantante y que estoy componiendo canciones para mi primer disco.


2. ¡Fantástica noticia! ¡Este mundo siempre necesita canciones! Hoy más que nunca.

Según sé, como poeta tienes un libro aún inédito que está a la espera de una editorial que lo acoja: “El soliloquio de las flores”. ¿Qué nos puedes contar sobre esta obra?

En verdad, es un libro que aún no está terminado. Comenzó a existir antes de hacer y publicar mi segundo libro “Sonatas y naufragios”, y sobrevive hasta ahora, a pesar de mí, pues he sufrido una crisis artística en este último tiempo. De cualquier modo, está ahí esperando, como un amor al que se ha renunciado.


Es una obra que pretende poner la voz enteramente en la naturaleza, vernos a través de ella, filtrarnos en sus ojos, sus procesos, sus ciclos. Asumir su belleza, su irracional armonía, y vernos desde ahí. Ver lo desbocado de muchos de nuestros hábitos consensuados y aceptados: frente a nuestro monólogo antropocentrista, el soliloquio de las flores.


En algún momento la terminaré.


3. Yo te conocí por un vídeo que hay en youtube sobre tu paso por Voces del Extremo. De inmediato, escuchándote, supe dos cosas: He aquí una enorme poeta, y 2) he aquí una poeta por entero porque recita como las aves.

O por ellas.


4. Háblame de cómo estás ahora, me comentas que resides ya y nuevamente en España. ¿Podrías contarme más cosas sobre tu llegada a la construcción de canciones y del cantar letras en ellas?

Actualmente he regresado a vivir a España, Sitges, específicamente, lugar donde nací, después de una larga y aislada época en la amazonía brasileña. Fue una vivencia llena de trascendencias, profunda, intensa y fértil, tanto como puede serlo la floresta, pero necesité, a pesar de haberme fundido y confundido en ella, regresar hacia mi lugar natal.


En lo artístico, tras haber atravesado una crisis profunda que me costó asimilar, me encuentro retomando mis estudios de música, que había aparcado en mis años selváticos, con intención de escribir, ya no tanto, o no sólo, libros, sino canciones.


Quien es o ha sido mi lector más cercano sabe que me ofrendé plenamente al acto de escribir y purificar, a través de la palabra, la vivencia humana sobre la tierra, por lo que me fue muy difícil la determinación de alejarme, tanto de la selva cuanto de aquel ritual permanente de escritura/lectura.

De cierta manera, sentía una lealtad indescriptible hacia la poesía: construí una vida completa alrededor de ella. Pero una pulsión que desconozco hacia la música comenzó a pulsionarme, a colisionarme. Fue desconcertante, pero hoy me siento satisfecha pues estoy más cerca de aquello que mi intuición señalaba: necesité que las palabras, adoradas desde su origen silencioso, pudieran emerger en mi voz, convivir corpóreamente con ellas, restituirlas y reconstituirlas en la música.

Necesité cantarlas. Y, finalmente, esa necesidad se volvió una realidad palpable: estoy llegando al manantial que buscaba, guiada por el viento y por aquellas brújulas extrañas que crean y recrean nuestros caminos. Estoy escribiendo, componiendo y cantando.


5. Deseo escuchar ya esas canciones, deben ser, como poco, singulares. Esto me lleva a interrogarme, preguntarte, sobre tu yo creador, tan rico y único. Considero, y creo que muchas y muchos, que eres de las artistas de la palabra musical más rica, poderosa y original de nuestros tiempos. Sobre todo, es importante destacar que eres de las pocas poetas veganas y que escribe obras donde exaltas la libertad animal y luchas contra su esclavitud. ¿Crees que, por ahora, el mundo literario te tiene en la estima que mereces?

No soy consciente de ello. Pero cuando escribo poesía siento algo volcánico, como si me fundiese en un río elemental y profundo, en un gesto ancestral de mi misma.


No creo que el mundo literario me tenga en esa estima, pero soy, probablemente, algo responsable de ello: he escapado de los encuentros entre escritores, no he presentado aún mi segundo libro ni una sola vez… Pero sí que muchos poetas y académicos me han escrito devolviéndome una mirada atenta sobre mis libros. Siempre recordaré el gesto de Antonio Orihuela, que, cuando le pasé tímidamente mi primer libro, no dudó en hacer que se publicara en su casa editorial.


6. En tu posición como vegana y activista por todo el mundo vivo ¿en qué punto estás? Quiero decir... ¿nos queda esperanza? ¿Tú a qué te aferras para levantarte cada mañana del lecho y salir por la puerta al mundo?

Creo que somos una especie difícil y extremadamente ensimismada en sí misma, valga doblemente la redundancia, pues es doble nuestro ensimismamiento. Si me gusta el queso o el helado me da igual que haya miles de vacas sufriendo atrás (cuando además somos seres creativos y podemos inventar alternativas…), si me gusta usar joyas me da igual que derrumben y envenenen hectáreas de selva y de belleza para conseguirlo. Y si soy el “empresario” que hay detrás, me da igual todo, pues importa mi beneficio y mi ascensión social. A mí todo esto me asusta, creo que sería más saludable una actitud nacida en la humildad. No creer que porque todos hacemos algo es necesariamente correcto. Ser humildes y sensatos y revisar todos nuestros actos. Un payé dijo que para ser felices y plenos en nuestro vuelo, antes tenemos que cuidar el lugar donde pisamos. Y eso significa revisar todo lo que consumimos y lo que traiga detrás una cadena de sucesos absolutamente desfavorables para la Tierra y sus habitantes.


De cualquier modo, aun así, muchas veces me encuentro en la esperanza: aquello de descubrir que cuando nos entregamos a la empatía y la humildad, sin importar el origen o el punto de partida, llegamos al mismo lugar, me hace confiar en una fuerza amorosa que nos transciende y es más allá de nosotros, a pesar de nosotros, y en nosotros.


Aunque regresaré un instante a los sucesos que nos envuelven como humanidad. Solo uno de ellos, silencioso y cruel. Actualmente hay un enfrentamiento que afecta al amazonas y todos sus habitantes, humanos y no. Indígenas y otras disidencias se niegan a la construcción de un tren que pretende cruzar y escindir por la mitad el territorio amazónico de Brasil para transportar granos transgénicos con mayor eficiencia. Es todo terrible alrededor de ello: ver la inmensa diversidad amazónica siendo destruida, sustituida por estériles campos de granos transgénicos, saber que más del 80% de esos granos está destinado a alimentar a animales criados para ser sacrificados, saber el estado en el que viven, y mueren, esos 680 millones de animales que sacrificamos por día en nuestro planeta, regresar la mirada a las poblaciones humanas que viven y sufren las consecuencias de las plantaciones transgénicas, oír los árboles cayendo, los grandes ecosistemas de la selva cayendo, los animales salvajes siendo acorralados, regresar la mirada otra vez a esos otros 3000 animales que matamos por segundo. Así, en circuito cerrado. Yo, honestamente, me pregunto cómo es posible que dejemos en manos de las industrias y sus lógicas de producción el cuidado de algo tan preciado como son los animales y los grandes ecosistemas. Comprendo que vivir es una experiencia intensa, a veces avasalladora, y que nos confiamos entre todos todo, pero me gustaría que dejemos de romantizar ciertas cosas y seamos más prácticos. Siguiendo con el ejemplo que he puntualizado: no hay forma de sostener una alimentación basada en proteína animal si no es con todas estas consecuencias, no hay modo de hacerlo. Posicionarse en esto desde una mirada práctica, que comprende las lógicas de producción, ya es un modo de comenzar a cuidarnos y alienarnos con esa fuerza amorosa que nos trasciende.


Foto amanda cantando


7. Te he visto en directo recitando poemas musicados por tu hermana, en un proyecto musical que llevabais adelante por entonces. ¿Tu hermana y tú seguís con ese proyecto? ¿Cómo hacéis para uniros y grabar? ¿Cómo ensambláis dos cabezas una misma creación?

Va tan unida que finalmente me decanté por escribir canciones… Aunque me sigue fascinando la unión de la poesía leída junto a la música.


Con Julia, teníamos un proyecto dirigido a ello, bajo el nombre de iumana. Verdaderamente, preparábamos poco los espectáculos, eran en una buena parte fruto de la improvisación: al final, tanto en el fondo de las palabras como en el fondo de la música, habitan las emociones. Si conectas con ellas, te encuentras con el otro. Es el nexo de todas las artes, desde donde todo se constela.


8. El calentamiento global es una realidad, lo era hace décadas cuando las y los primeros que nos alertaban sobre ello, pedían compromiso global, y ya muestra sus más claros primeros desastres resultantes. ¿Cómo vives esta realidad? ¿Cómo encajar desde la poesía, que es una voz alta, un estruendo de tal altura?

Creo que el mayor acto poético que podemos generar es sostener una vida austera y consciente, lo que es lo mismo. Sin abismarse demasiado, pero comprendiendo los procesos que hay detrás de todo lo que consumimos y llevando la luz y la claridad allí.


Parece que no, pero respondo a tu pregunta, pues el modo de encajar en la poesía o en cualquier expresión artística todo ello, es vivenciándolo, comprendiéndolo y transformándolo en la realidad: la palabra emerge de la ebullición de esa transformación.


9. La mayor parte de los ecologistas nombran la crisis climática apartando de la ecuación a los animales, que son los primeros que padecen el desastre climático. Los silvestres mueren o han de desplazarse a zonas donde el clima les sea más soportable. ¿Qué crees que diría un oso blanco de las nieves si pudiera llegar hasta el micrófono de un Parlamento humano, o un pájaro, o la boca de la secuoya?

Es casi un poema tu pregunta, por lo que creo que se responde a sí misma. Que cada lector oiga.

Pero creo que, aun con todo, nos tendrían compasión, pues he conocido en los animales, y no solo en los que denominamos mascotas, aquello inconmensurable del amor. Porque, al fin y al cabo, somos nosotros los que hemos perdido el hilo precioso y preciso de la vida, con el que se tejen los idílicos paisajes y ecosistemas… Nos mirarían, largo y tendido, y eso bastaría.


10. Si te encontrases por la misma acera viniendo hacia ti a un político, de los peores (todos lo son, peores, pero me refiero de los que controlan más en la maquinaria de los males de esta tierra), en tu lenguaje poético, en unos pocos versos, ¿qué le dirías al oído para que se lo llevase a la noche en su cama?

Más que a un político, yo veo al ser humano que hay detrás, la infancia que habrá tenido… su carga ancestral. Así que no sé, ¿le diría de ir a tomar una birra? Bromeo, probablemente no me daría cuenta de quién es, soy muy distraída.


11. ¿Cómo los humanos creen y aman a seres mitológicos como los ángeles, las vírgenes, los dioses, que ni se ven ni se tocan, y sin embargo avasallan y masacran a seres vivos a millones en este mundo que son aún más sagrados que aquellos?, ¿por qué tanta ceguera?

Porque los seres mitológicos son creaciones suyas. Aquello del ensimismamiento.


Aún son pocos los humanos que se echan a un lado y descubren cómo lo sagrado está en todas las plantas, los animales, los elementos…


Cuando en nuestra mayoría comprendamos, si sucede, que todo en nuestra realidad es sagrado, bajemos a Dios de la cruz o cualquier otra representación y lo sintamos en los hongos, el musgo y el río, cuando lo saquemos de las iglesias y lo veamos dentro de los ojos de los animales y en los árboles… entonces todo se recobrara a sí mismo. Y a nosotros en ello. Porque nosotros también somos sagrados.


Mientras tanto perpetuamos guerras, matamos 3000 animales por segundo y avasallamos grandes ecosistemas, aunque el vaticano esté repleto de gente todos los días del año. De gente y de oro extraído de las entrañas de la Tierra y con una violación absoluta hacia las poblaciones indígenas de Latinoamérica o Abya Yala, en su denominación originaria.


Nos falta humildad y sensatez. A caudales. Una hormiga es un ser enigmático.


12. En tu obra “sonatas y naufragios” expresas que estuviste “en la primer Gran Matanza”. Cuéntame sobre este verso...

La voz poética sobre la que se construye Sonatas y naufragios pretende ser una voz sin edad, testigo y testimonio silencioso, que trasciende el tiempo. Una voz que oyó y vio todo sucediendo casi accidentalmente, alguien que miraba, asombrada, mientras sostenía, calladamente, los gestos del amor, que hacían posible la supervivencia.


Esto lo comprendí después de haber terminado la escritura de todo el libro, mientras tanto solo percibía que ese era el lugar desde donde se me abrían los ojos. Por eso ese verso “Yo estuve en la primer gran matanza que no aparece en los libros”. Cuando lo escribí, y recuerdo su momento, llovía a caudales en la selva y era madrugada, comprendí quién era la persona que escribía. Dije, vale, es una voz antigua, alguien que viene de lejos mirando. Que todo lo ha visto: matanzas y guerras, exabruptos inenarrables, gestos de superioridad irrevocables y terribles hacia los animales, ecosistemas, disidentes y diferentes. Vale, dije, vamos a ver qué dice. Y seguí escribiendo.


13. ¿Qué les dirías a los niños y a las niñas, si supieses que van a hacerte caso, que les sirva para sus vidas?

Primero me iría a jugar con ellos, y les preguntaría que me aconsejan ellos…


A mí me hubiera gustado oír que todo lo que necesito está adentro. Que no hay nada escindido, nada errado. Que dentro de uno se abren todos los caminos. Y que no hay ninguna prisa, todas las flores van abriéndose, los frutos y sus aromas van apareciendo, y la lluvia y el sol, y las estrellas. Y los amigos. Y los amores. Me hubiera gustado que me recuerden, más de una vez, que vivir es, siempre, como oler un albaricoque y comenzar a comerlo.


14. ¿Qué debería tener escrito cada viviente de este pueblo en la puerta de su casa, en la parte interna, una frase, y que pudiera leerla siempre antes de salir de la casa al mundo?

Eres uno solo, pero tu huella es la de 8 mil millones. Sé consciente y prudente. O de otro modo:

Hablamos el mismo idioma que los árboles y los pájaros: intentemos no tergiversarnos al traducirnos.


O aquel saludo de los mayas: inlak’ech – halaken: yo soy otro tú, tú eres otro yo.


O el namasté de los hindús, si fuese profundamente comprendido: reconozco la divinidad que hay en ti.


15. ¿Contiene la poesía un poder secreto, más poderoso que el lenguaje común?

Creo que en la poesía las palabras dicen lo que dicen y ese es su mayor secreto. La profundidad y los pliegues de una sola de ellas puede deslumbrarte. Y cuanto más le sostienes la mirada más descubres los túneles y los puentes entre ellas. Una metáfora, entonces, es casi un milagro, una invención lumínica, una posibilidad de decir algo desde el otro lado de las cosas, desde un reverso que desconocemos, desde un lugar más cercano al sueño. Y aun sin metáforas ni grandes o pequeñas ceremonias literarias, en la poesía se encuentra la esencia de la expresión, algo como mirar dos personas bailando, conceptualizando desde el cuerpo sensaciones inenarrables. Y quedarse luego en silencio, intentando sostener con las manos del pensamiento aquello que fue agua, que fue aguacero mojando las calles de tierra de tus interiores, y comprender, humildemente, que es inasible. Que solo queda aquel aroma, y que aquel aroma basta.


16. Para finalizar, Amanda, en cuanto a tu faceta de compositora de canciones y cantante, ¿en qué punto estás? Creación meramente o ya has grabado algo?

Estoy en la fase de componer las canciones y armar la estructura del disco, algo tan parecido, en su carácter creativo y compositivo, a la formación de un poemario, en el que trabajas poema a poema, diria primero, palabra a palabra, y luego en comprender el diálogo que ocurre entre poema y poema. Preveo cercano el momento de grabarlas.

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La gran mayoría de los proyectos artísticos, tanto en el ámbito público como en el privado, llegan al público gracias a los gestores culturales. Estos profesionales actúan como intermediarios entre los artistas o creadores y su audiencia, ya sea gestionando espacios como museos, teatros o salas de conciertos, o como promotores de ellos.

Canon Europa ha creado la exposición fotográfica ‘World Unseen’ (“Mundo invisible”), en la que se invita a los visitantes –personas con discapacidad visual, familiares, amigos y entidades de sector- a disfrutar de la fotografía de una forma accesible e inmersiva. Esta muestra itinerante recorrerá varios países como España, Alemania, Italia, Francia, Portugal, Suiza, Suecia, entre otros. A Madrid llegará el 25 de octubre con la colaboración de la ONCE.

 
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