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Los ERE, el TC y la mafia estacionaria

En el caso de los ERE tenemos toda una vasta estructura dentro de la Junta, creada para robar 700 millones de euros de nuestros impuestos y repartir tan jugoso botín entre amigos
Ángel José González Herrero
jueves, 18 de julio de 2024, 09:56 h (CET)

Mancur Olson teorizó sobre el origen criminal y mafioso de los estados, esas estructuras surgidas de grupos de bandidos itinerantes que cansados de hacer, una y otra vez, el pillaje bajando a las poblaciones desde lo alto del monte para volver a subirlo con el botín, decidieron convertirse en bandidos estacionarios, estableciéndose de manera permanente en aquellos lugares que saqueaban. Desde entonces esas bandas ofrecieron protección permanente a sus saqueados, a cambio de seguir dejándose esquilmar sólo por ellos, evitando la entrada una y otra vez en el territorio de otras bandas, quizá menos afables. 


Portada mafia


Así surgieron los estados como mafias criminales con el objetivo de parasitar a grupos de campesinos, asentamientos, pueblos, comarcas y, finalmente, países enteros. Durante siglos, esas mafias crecieron y evolucionaron: su instinto de supervivencia permitió su desarrollo y han conseguido pervivir hasta hoy gracias a la creación y sublimación de vínculos emocionales con sus parasitados (nación, patria,), de alertas del caos social si cambiase el statu quo y, sobre todo, de clientes que sostengan el negocio (funcionarios, pensionistas, parados, dependientes) y de relatos que avalen su legitimidad (contrato social, aumentar la oferta de servicios más allá de la protección exterior, como las pensiones, sanidad y la educación públicas).


El caso de los ERE ejemplifica muy bien la idea de Olson y de tantos otros que equiparan de una u otra manera al estado como una estructura creada y mantenida por bandas mafiosas (partidos) que se alternan en el poder, capturándolo y dedicándose al robo y reparto del botín entre los suyos y los afines. Esas bandas forman, nombran y financian una casta que les protege a ellos ( jueces afines designados a dedo, medios de comunicación, artistas e intelectuales de cámara) cuando se les pilla en infracciones del marco de derecho, establecido teóricamente de igual manera para todos.


En el caso de los ERE tenemos a la banda (el PSOE, y más en concreto a su célula en Andalucía); a unos líderes - Chaves y Griñán - que capturaron el poder regional y diseñaron y aprobaron el plan del atraco (programa 3.1 L, también conocido como fondo de reptiles); a sus secuaces que lo ejecutaron y promovieron dentro del gobierno (Guerrero); a conseguidores de otras bandas afines, como por ejemplo la UGT, para obtener clientes y comisiones (Lanzas) y a centenares de amigos, afines al PSOE, y enchufados de todo pelaje a los que colaron sin motivo alguno en las ayudas ilegales.


Toda una vasta estructura dentro de la Junta, creada para robar 700 millones de euros de nuestros impuestos y repartir tan jugoso botín entre amigos, empresarios cercanos al PSOE, afines o con contactos en el partido, bajo la excusa de ayudar, de manera silenciosa y opaca, al empleo y a empresas en problemas. Cientos de personas colocadas por la cara en programas de ayudas en empresas para las que nunca habían trabajado ni sabían de su existencia. Comisiones millonarias para tropecientos conseguidores por encontrar cómplices y empresas a las que subvencionar y meter en programas firmados en las servilletas de bares, sin el más mínimo control ni fiscalización ni autoridad para ello. Coca y prostitutas a troche, moche y noche, pagadas con nuestro dinero -no es magia, son tus impuestos- y toda una red clientelar más que sumar a las otras y así permanecer decenios en el poder, que al final es de lo que se trata para seguir haciendo estas cosas.


Y resulta que esta banda tiene defensores y éstos se encuentran dentro de la propia estructura del estado y sus aledaños. Tenemos a todos los miembros del Tribunal Constitucional elegidos a dedo por el gobierno socialista, siete jueces y al propio presidente incluido, Conde Pumpido, decidiendo esta semana al unísono que se anulen las condenas de los líderes de la banda, echando por tierra toda la investigación y el trabajo que durante años han llevado tantos juzgados y el mismísimo Tribunal Supremo de este país, que condenó a los líderes de la banda.


Y tenemos a los periodistas de cámara - mamporrería siempre la hubo y siempre la habrá-, bastantes de ellos estómagos agradecidos viviendo del presupuesto público, a otros de una u otra ideología, defensores todos del statu quo, sea el que sea y pase lo que pase, que llevan años minimizando el caso, negando la mayor, de manera subliminal algunos y sin careta otros, diciéndonos que era buena gente y que se trataba de un sistema de ayudas para empresas en problemas que buscaba en la falta de control, la agilidad de la ejecución.


Querido Mancur, no sé si los estados tuvieron un origen criminal o no, no se si son estructuras mafiosas mantenidas por bandas estacionarias, no sé si tratan de legitimar el robo tratando de protegernos de otras bandas y dándonos servicios que no hemos pedido. No lo sé, pero el caso es que lo parece de izquierda a derecha, de arriba a abajo, de este a oeste y de norte a sur.   

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