“Te has quedado dormida sin saber que soy el espía de tus sueños, sin más bandera que tu lecho, sin más frontera que tus besos” (Cómplices).
Permítanme redactores de Siglo XXI, permítanme queridos lectores de Siglo XXI, que hoy mi columna diaria vaya dirigida a mi mujer, Eva. ¿Cuál es el motivo? Hoy día 31 de julio, San Ignacio de Loyola, es nuestro aniversario, y quiero mostrarle mediante esta columna, si Siglo XXI me lo permite, todo mi sentimiento, todo mi cariño, toda mi ternura y todo mi amor.
Eva, no me faltes nunca, yo siempre voy a estar a tu lado amándote, cuidándote y protegiéndote.
Queridos lectores, un día 31 de julio Eva y yo sentimos un flechazo, sí ese de Eros o de Cupido, los dioses del amor en la antigua Grecia y en la antigua Roma, un flechazo auténtico con una complicidad inmensa, con unas miradas que ya se enamoraron, con unos besos intensos con sabor a amor.
Pienso que lo más maravilloso de mi vida fue conocer a Eva, y lo más dulce de mi vida es y va a ser compartirlo todo con ella.
Perdonen queridos lectores de Siglo XXI si mi columna diaria de hoy 31 de julio no es lo que esperaban sobre temas de actualidad, pero es que mi actualidad diaria es Eva... Sé que lo van a entender... porque “el viento silba el nombre de Eva cuando se va a descansar”.
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