Acabo de recibir un YouTube, algo atrasado, en el cual hace una arenga, la conocida Yoli, sobre el trabajo, en una torticera presentación y de equivocada consonancia y atolondradas palabras con lo que estaba hablando. No comprendo como el presidente comunista social de España la tiene en su gobierno, aunque, a decir verdad, la sinonimia entre ambos, es pura simbiosis. Tal para cual.
La Biblia nos dice que todos somos hijos del Altísimo (Salmos 82.6). Escribanos tenemos en la iglesia ahora mismo. No seré yo quien exponga aquí las percepciones que hay. Sin embargo, me atengo a lo que dice George Orwel. todos somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros.
En rebelión en la granja, el tema principal es el abuso de poder, donde la miseria y le mezquindad desmenuza, al contrario, aunque aquí me refiero a los animales ¿y que somos las personas? Digo yo. Animales un poquito humanizados y con alguna iluminación de conocer el bien del mal, tratando de engañar a sus vecinos de corral, manipulando y falseando con tretas y asfixiando a su extraño vecino del gallinero.
Anoche viniendo de la salinera ciudad de Caí en el AVE, leía y observaba con los ojos abiertos, de par en par, un WhatsApp en donde se le veía la garganta hinchada a la señora que se ha quedado con todo el paraje de los chiringuitos afiliados de la carcoma de Podemos. La Yoli, decía: gracias al compañero Hugo, solo le faltó decir Huguito del alma mía, lo digo para darle más salero a esta correspondencia.
Aunque en la viña del señor cabemos todos, todas, todes toitos y toitas. Tontas, tontos y tontos de remate. Cuando se mezcla ignorancia y soberbia obtienes una dosis de mediocridad y chabacanería. Ya ven, es igual, aquí cabe todo. Lo importante es que hablen de ti, aunque sea mal.
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