Diferentes localidades del sur de la India acogen estos días el rodaje del largometraje documental “Mudras. Tejiendo hilos invisibles” sobre los vínculos entre el flamenco y las danzas tradicionales indias codirigido por la española María Salgado y el indio Bobbi Bedy.
![MUDRAS. TEJIENDO HILOS INVISIBLES © Atrece Creaciones copia](/images/showid2/6936881?w=1200&zc=4)
Presentada durante la última edición del Marché du Film del Festival de Cannes como la primera coproducción indoespañola, se trata de una película asociación entre las compañías españolas Atrece Creciones y Piensan las Manos en coproducción con la india Content Flow Studios que cuenta con el apoyo de la Casa de la India, la Valladolid Film Commision y el Ministry of Information & Broadcasting - Goverment of India.
Aprendizaje y diálogo. Cultura y danza. Dedicación y pasión. España e India. Producido por Anna Saura en coproducción con Marino García y Bobby Bedi, el documental retrata un viaje de ida y vuelta de una madre y su hija tejiendo los hilos invisibles que configuran la vida, a través de la historia real de la coreógrafa Mónica de la Fuente y su hija, la bailarina Nazaré de la Fuente.
Un relato escrito por la propia Mónica de la Fuente, con Isabel Ruíz Ruíz como directora de fotografía y música original de Germán Díaz y el Dr. L. Subramaniam, cuyo rodaje se está desarrollando en estos momentos en diferentes ciudades de los estados indios de Kerala, Tamil Nadu y Maharastra como Chennai o Bombay, para más adelante recalar, ya en España, en Valladolid y Madrid.
SINOPSIS
A principios de los años noventa, Mónica de la Fuente, estudiante española de teatro y danza de 19 años, emprende un viaje por tierra a la India. Tras una intrépida travesía por territorios desconocidos y culturas exóticas, a su llegada al subcontinente indio encuentra en las artes clásicas del sur de la India una vida en la danza. Descubre un nuevo lenguaje del cuerpo, tan ajeno y, a la vez, familiar, como una forma de arte orgánico que habla más allá de las fronteras. Mónica fue grabando todo este proceso que duró años.
Ahora, 3 décadas después, su hija Nazaré, bailarina de danza española y también de 19 años, emprende el mismo viaje. Esta vez por aire. Nazaré vuelve a los lugares donde fue su madre a nutrirse de la danza, las artes marciales, y, en definitiva, de la cultura india, para su carrera como bailaora y para la creación de un espectáculo. Asistimos al surgimiento de un nuevo diálogo, plasmado en una cautivadora creación de madre e hija: dos bailarinas en escena, dos formas de expresión, cada una en su propio viaje vital que se entrecruza, fusionando sus pulsos rítmicos; dos almas que se convierten en un solo latido y dan a luz una nueva pieza de danza para celebrar un universo de conexiones.
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