La caída del precio del petróleo conlleva una reducción del precio de la gasolina. Las fluctuaciones del precio de la gasolina generalmente están correlacionadas, a corto plazo, con la evolución de los gastos de consumo. La baja del precio del petróleo contribuirá a que los hogares aumenten su consumo.
Considerando los datos de septiembre, el precio del petróleo podría caer hasta un 25% en un año. Esto ayudará a reducir la contribución negativa del precio del petróleo a la inflación. La tasa de inflación seguirá desacelerándose de forma efectiva.
El precio del petróleo se repliega inicialmente porque la oferta continúa aumentando. En su último informe, la Agencia Internacional de Energía indicó una progresión de 80.000 barriles/día en agosto a 103 millones de barriles por año.
Por otro lado, las perspectivas de demanda se revelan a la baja, especialmente en China. La actividad es moderada, mientras que el desarrollo del parque de vehículos eléctricos es rápido –más de la mitad de los vehículos vendidos en agosto eran eléctricos–. Mientras que las importaciones chinas de petróleo siguen siendo altas, las nuevas coberturas no anticipan una demanda más dinámica.
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