Lo peor del “sanchismo barato” es que todo lo que toca lo estropea. Ya comenzó con el cambio de colchón en La Moncloa, un acto natural que quiso elevarlo al Podio Publicitario para contentar a sus borreguitos. Después, como había que “tocar” RTVE, la “tocó”. Para mal. Colocó al frente de ella a la anciana Rosa María Mateo, nada más y nada menos que como Administradora Única. TVE fue de mal en peor, pero ensució lo que pudo. Después fue sustituida y RTVE siguió y sigue con sus enfermedades. Más tarde Sánchez, como los malos políticos, con celos con las televisiones privadas, buscó a un tío que hiciera sombra a Motos, de Antena Tres. ¿Pública contra Privada? ¡Sí! Y contrató, por dos años a un tal Broncano por ¡28 millones de euros! Como el fulano no va como se esperaba, ya hay discrepancias. O, mejor dicho, broncas. Algo que comentar: “estamos en pleno sanchismo”.
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