El Papa Francisco, en sus primeros discursos en el emblemático viaje que realizó a las periferias de Oriente, a cuatro países de Asia y Oceanía. Sin duda ha sido un viaje del sucesor del apóstol Pedro a una realidad plural desde el punto de vista cultural y religioso, en la que es necesario proponer incasablemente la armonía de las diferencias, “el noble objetivo de servir al bien de todos”, como dijo en su primer discurso a las autoridades, la sociedad civil y al cuerpo diplomático acreditado en Indonesia. Frente a las tendencias que en este mundo complejo obstaculizan el desarrollo de la fraternidad universal, el Papa insistió en que la búsqueda de la unidad en la multiplicidad debe hacerse desde la justicia social, lo que implica, recordando lo dicho en ese país por san Juan Pablo II, “el respeto a los Derechos Humanos y políticos de todos los ciudadanos, y en el apoyo al crecimiento de la unidad nacional basada en la tolerancia y respeto a los demás”.
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