Educación y libertad, dos derechos básicos de toda sociedad moderna.
Da miedo pensar que un gobierno elegido, en principio, para una legislatura se atreva a remover los cimientos de nuestra libertad.
Desechar la enseñanza del español en Cataluña, es derrotar a España desde el interior del Gobierno.
¿Qué juró el Presidente? ¿Qué juraron los ministros? ¿Qué juraron los altos cargos del Estado?
El solo hecho de plantear el tema de la lengua, es aceptar que el derecho innato de hablar y comunicarme en el idioma principal de mi País sea anulado de la Constitución. ¿Cómo se respetaría la igualdad de todos los españoles en sus derechos a un trabajo digno y a una capacidad de promocionar en base a sus conocimientos y no en base a la lengua de la tierra de cada cual?
¡Dios mío!, y hablábamos de lo errático de los años 30... Esto, no sólo es absurdo, es utilizar el Gobierno como topo y herramienta para destruir España.
Dentro del Gobierno hay personas, que, farisaicamente, quieren imponer a todos lo que ellos ni se les ocurriría imponer en sus casas. (Sus hijos estudian, con libertad, en otro tipo de colegios sin tanta ideología)
Si el futuro es leer, escribir y formarse con letras políticas porque una serie de personas lo voten por "DECISIÓN DE PARTIDO", está claro que la traición es muy fácil de comprar y que los principios de honradez constitucional han fracasado.
Lengua, formación y cultura son bases necesarias para que la libertad y los derechos existan. Lo contrario es propio de países bananeros, sin ningún tipo de proyección.
Visto lo visto, el pueblo deberá. también, tener la posibilidad de optar por la OBJECCION DE CONCIENCIA... porque ese tipo de imposiciones, se entiende, son CONTRA NATURA.
¡Somos Españoles y tenemos derechos ineludibles!, entre los que se encuentran: la LENGUA y una EDUCACIÓN exigente, no regada con suspensos lingüísticos, torpedos infiltrados para DESTRUIRNOS.
Una PROPOSICION, "sin malicia":
Las ofertas de trabajo en las diversas Comunidades Autónomas, deberían contemplar unas exigencias generales, capaces de igualar los derechos, nunca jamás capaces de premiar las diferencias.
Pueden premiarse los idiomas, cualquiera, pero nunca deben calificar, clasificar y valorar. Nos referimos al derecho de poder informar del nivel de idiomas, como complemento de las calificaciones generales a final de curso.
Hace años, el que fuera ministro de Defensa Sr. SERRÁ, contaba la anécdota de una señorita, EXTRAORDINARIA y EFICIENTE Secretaria, con contrato temporal en Organismo Oficial. No fue renovada por su deficiencia en el idioma español.
La señorita, llorando, comentó:
"No soy responsable de que en mi Comunidad Autónoma no se nos formase en la lengua de la nación de todos: ESPAÑA".
Esto mismo pasa, ahora, en Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana, Comunidad Autónoma de Galicia.
¿Dónde la igualdad de oportunidades de TODOS LOS ESPAÑOLES?
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